El País de Madrid
Un supuesto mensaje de Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo paramilitar Wagner, en el que expresa su posición favorable al golpe de Estado en Níger, que califica como “lucha contra los colonizadores”, así como la aparición de banderas prorrusas en las manifestaciones partidarias de la asonada militar en Niamey, han extendido el temor de que Rusia haya maniobrado en la sombra para desestabilizar a este país africano, hasta ahora el último gran aliado de Occidente en el Sahel.
La asociación rusa Comunidad de Oficiales para la Seguridad Internacional (COSI), considerada como parte de la constelación propagandística de Wagner, difundió un supuesto mensaje de audio de Prigozhin, cuya autenticidad no ha sido verificada, en el que define el golpe de Estado en Níger como “lucha del pueblo nigerino contra los colonizadores que tratan de imponerle sus normas de vida”, según la agencia France Presse. Prigozhin añade: “Para tenerlos controlados, los antiguos colonizadores llenan esos países de terroristas y grupos armados, creando ellos mismos una gran crisis en materia de seguridad”.
La tesis de que Occidente, y Francia en particular, está detrás de los grupos yihadistas que operan en el Sahel forma parte del corpus del sentimiento antifrancés que se extiende por toda la región y que está en el origen de los golpes de Estado en Malí y Burkina Faso.
Según Prigozhin, las misiones militares “de decenas de miles de soldados” enviadas por las antiguas metrópolis no están en condiciones de defender a la población. “Y es de ahí de donde procede su amor por la sociedad privada Wagner y su eficacia, porque un millar de combatientes de Wagner es capaz de instaurar el orden y destruir a los terroristas”, concluye. Unos 1.400 mercenarios de Wagner combaten en Malí junto al Ejército, mientras que la cooperación militar entre Burkina Faso y Rusia se ha estrechado desde la llegada al poder del capitán Ibrahim Traoré.
Por otra parte, al igual que ocurriera en sus vecinos Malí y Burkina Faso, las banderas rusas y los mensajes antifranceses emergieron en las primeras manifestaciones partidarias del golpe de Estado que se vivieron este jueves en Niamey. El hartazgo de la población ante una amenaza yihadista que se prolonga durante más de una década pese a la intervención militar francesa, espoleado por la labor de la maquinaria propagandística de una Rusia que en África tiene una imagen mucho más positiva que en Occidente, alimenta la inestabilidad en el Sahel.
En el otro lado, desde el entorno de Bazoum, se alzan ya las primeras voces que critican a Francia por su inacción, llegando incluso a acusarla de “traición”, según fuentes próximas al Gobierno.