AFP, EFE
En la frontera entre Polonia y Bielorrusia sigue aumentando la tensión. Polonia prevé reforzar su frontera con su vecino aliado a Rusia con alrededor de 10.000 soldados.

“Serán unos 10.000 soldados, 4.000 de los cuales participarán directamente en las operaciones de apoyo a la policía fronteriza y otros 6.000 como refuerzos”, declaró el ministro de Defensa polaco, Mariusz Blaszczak, a la radio pública.

Polonia, un país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), advirtió recientemente de las provocaciones de Bielorrusia y los riesgos de la presencia del grupo ruso de mercenarios Wagner en el país.

El gobierno polaco también acusa a Bielorrusia y a Rusia de organizar un nuevo flujo récord de migrantes hacia la Unión Europea (UE) para desestabilizar la región.

Según los guardias fronterizos polacos, 19.000 migrantes trataron de entrar en Polonia desde inicios de año, contra 16.000 en 2022.

En julio, más de 4.000 migrantes trataron de cruzar la frontera polaca.

Para agregar mayor tensión en la zona, el Ejército bielorruso realizó esta semana prácticas de tiro en el polígono Gozhski de la región de Grodno, limítrofe con Lituania y Polonia.

“En el polígono de Gozhski se llevaron a cabo prácticas de tiro, durante las cuales se emuló un episodio táctico con emboscadas”, señaló el Ministerio de Defensa de Bielorrusia en Telegram.

Según Defensa, en estos ejercicios “se recreó una situación compleja, lo más cercana posible a una situación real de combate”.

El Ministerio de Defensa bielorruso indicó que en las maniobras “se utiliza activamente la experiencia de la operación especial militar” de Rusia en la invasión a Ucrania, en particular, “el uso amplio de drones, la interacción estrecha entre unidades de tanques y motorizadas con unidades de otros tipos”.

La región de Grodno colinda con el llamado “corredor de Suwalki”, una franja de territorio de algo menos de cien kilómetros de largo que separa a Polonia de Lituania, de gran importancia estratégica, al estar junto al enclave ruso de Kaliningrado, otra zona de tensión para Varsovia y Vilna.

En medio de estos movimientos militares, el dictador bielorruso, Alexander Lukashenko, dijo ayer el viernes que pidió a su gobierno que reanude los contactos con Polonia.

“Es necesario hablar con los polacos. He pedido al primer ministro que los contacte”, dijo Lukashenko, según la agencia pública Belta.

El gobierno polaco, según Lukashenko, busca “una escalada y así empeorar la situación para mostrar que han sabido armar y rearmar el país”, de cara a “las elecciones (legislativas) del próximo 15 de octubre” en Polonia.

“Si ellos (los polacos) quieren, podemos hablar y normalizar las relaciones”, afirmó.

Lukashenko, quien acusó a los estadounidenses de utilizar a Polonia para aumentar la tensión entre los dos países, consideró “poco probable” que haya “cambios significativos” en los dos próximos meses.

Lukashenko dijo también que quiere conservar relaciones con la UE, pese a las sanciones impuestas a Bielorrusia por las elecciones de 2020, consideradas fraudulentas por la comunidad internacional y la oposición bielorrusa.

El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, el español Josep Borrell, avisó esta semana que la UE “seguirán ejerciendo presión al régimen bielorruso mientras sea necesario”,

Lukashenko afirmó que a día de hoy Bielorrusia coopera principalmente con Rusia y China, pero no hay que olvidar a “Occidente, tecnológicamente avanzado”.

“Están cerca, son vecinos y no podemos perder la relación con ellos”, aseguró el dictador bielorruso.