AFP
Israel autorizó el viernes la entrada de ayuda humanitaria a Gaza por uno de sus pasos fronterizos. El representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los territorios palestinos celebró la apertura del terminal, añadiendo que hay que “trabajar” en el acceso de camiones con suministros básicos en todo el territorio. La guerra sumió a la Franja de Gaza en una grave crisis humanitaria y 1,9 millones de habitantes (un 85% de su población) fueron desplazados, según la ONU. Muchos de ellos tuvieron que huir varias veces, a medida que los combates se extendían.
La ONU advirtió de un “colapso de orden civil” en la Franja de Gaza, y afirmó que el hambre y la desesperación empujaba a los habitantes a apoderarse de la ayuda humanitaria, que llega con cuentagotas.
En Jan Yunis (sur), el Ministerio de Salud de Hamás indicó el viernes que hubo “intensos bombardeos israelíes”. En la misma ciudad, el movimiento palestino terrorista indicó que hizo explotar una casa donde había soldados israelíes.
Varios cohetes fueron interceptados por la defensa antiaérea israelí sobre Jerusalén.
El ejército israelí afirmó que, en total, 119 de sus soldados murieron en Gaza desde el inicio de la ofensiva terrestre el 27 de octubre.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, estimó en Tel Aviv que cuando termine la guerra, no sería “correcto” que Israel ocupe la Franja de Gaza a largo plazo. En Ramala, en Cisjordania ocupada, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, dijo a Sullivan que cualquier intento de “separar y aislar” a Gaza del Estado palestino era “inaceptable”.
La ofensiva permitió a Israel tomar el control de varios sectores en el norte, antes de extenderse a todo el territorio.
Más de 60 periodistas y empleados de medios de comunicación han muerto.