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ETA anuncia su disolución total tras cuatro décadas de violencia

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Mañana viernes está previsto un acto donde ETA pondrá fin a su existencia. Foto: Reuters

FIN DE UNA ETAPA

Desconfianza entre las víctimas; para el gobierno la banda aún debe “pagar su deudas”

Tras cuatro décadas de atentados, secuestros y extorsiones, la banda terrorista vasca ETA anunció por carta que "ha disuelto completamente todas sus estructuras". La organización, que en 2011 renunció a la lucha armada tras los golpes recibidos en España y Francia, hizo el anuncio en una carta fechada el 16 de abril y difundida por varios medios ayer miércoles.

"ETA ha decidido dar por terminados su ciclo histórico y su función, dando fin a su recorrido. Por tanto, ETA ha disuelto completamente todas sus estructuras y ha dado por terminada su iniciativa política", dice la carta.

Adelanta así el contenido de un video que se espera sea publicado hoy jueves por la BBC y que será el anuncio definitivo.

Ya el pasado 18 de abril se conoció la intención de disolverse de la banda, que ponía como fecha para el anuncio oficial el primer fin de semana de mayo. Dos días después, el 20 de abril, ETA reconocía en un comunicado el "daño causado" a las víctimas y decía que lo sentía "de veras" y pedía "perdón", aunque solo a las que no estaban relacionadas directamente con lo que ellos califican de "conflicto" con el estado español.

El acto oficial de disolución está previsto para mañana viernes en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bains y concluirá con la lectura de una declaración a cargo de representantes de la comunidad internacional.

La disolución supondrá la desaparición de la última insurrección armada de Europa occidental, a la que se atribuyen al menos 829 muertos. Pero deja flecos sueltos, pues queda pendiente la situación de sus cerca de 300 presos desperdigados en España y Francia, y las asociaciones de víctimas exigen que se esclarezcan cientos de crímenes.

ETA, considerada como terrorista por la Unión Europea, dice querer abrir "un nuevo ciclo político" en el País Vasco, donde la coalición independentista Bildu es la segunda fuerza parlamentaria por detrás del gobernante PNV, nacionalista pero no separatista.

Creada en 1959, durante la dictadura franquista, —cometió las primeras acciones violentas entrada la década de los 60—, señala que la disolución "cierra el ciclo histórico de 60 años de ETA". Pero subraya que el anuncio "no supera, en cambio, el conflicto que Euskal Herria mantiene con España y con Francia", donde reclamó durante décadas la independencia del País Vasco francés.

Las víctimas.

Por su lado, el colectivo de víctimas Covite, en una conferencia de prensa en San Sebastián, manifestó ayer miércoles su descontento por la manera de disolverse de ETA. "Este no es el final de ETA que queríamos (...) debía de haber sido diferente", dijo Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite y hermana de Gregorio, político vasco asesinado por ETA en 1995.

La asociación de víctimas exige que se "evite poner a cero los contadores de los 853 asesinatos cometidos" por ETA y grupos afines, e insiste en que quedan por esclarecer 358 crímenes. Y pide también que los miembros de la organización "asuman su responsabilidad histórica y criminal".

El gobierno de Mariano Rajoy se ha mostrado firme y asegura que no habrá ventajas para ETA, que entre otras cosas pide un reagrupamiento de sus presos cerca del País Vasco.

"No solo basta con que se arrepientan (...) sino que es también necesario que paguen sus deudas y al mismo tiempo colaboren con la administración de justicia para el total esclarecimiento de los hechos" pendientes, dijo el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido.

Según los expertos, hay aún unos 100 etarras en la clandestinidad.

Daño en democracia.

ETA atacó a policías, guardias civiles, políticos, empresarios y simples ciudadanos de a pie. Según el informe Foronda, de la Universidad del País Vasco, sus acciones fueron in crescendo tras la muerte de Francisco Franco en 1975. Entre 1968 y 1975, ETA mató a 43 personas. A partir de ahí y hasta 2010 mató al menos a otras 786. Entre 1981 y 1991, la media fue de casi un muerto cada diez días.

A los ataques de ETA vinieron a responder estructuras parapoliciales, como los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), que cometieron 27 asesinatos. Según Foronda, un total de 914 personas perdieron la vida, el 92% de ellas en acciones de ETA y grupúsculos afines, 7% víctimas de los GAL y pequeños grupos de ultraderecha y 1% sin esclarecer.

Para financiarse, ETA recurrió al secuestro y extorsión, sobre todo de empresarios. En total, 86 personas fueron secuestradas por ETA y grupúsculos afines, según el estudio Foronda, que cifra en el equivalente de 38,5 millones de euros los rescates abonados a la banda.

Más allá de los atentados, secuestros y extorsiones, imperaba un clima de agitación callejera. La kale borroka, "combate de calle" en vasco, tenía por objetivo mantener a la población bajo presión.

Las extorsiones habrían afectado a cerca de 10.000 personas, según el libro Misivas del terror, publicado por la Universidad de Deusto en 2017. Los empresarios que se negaban a pagar recibían cartas con el emblema de ETA: una serpiente enroscada en torno a un hacha.

A base de ejecuciones, secuestros y torturas, las fuerzas de seguridad también hicieron su "guerra sucia" en el País Vasco. Entre 1960 y 2014 se presentaron más de 4.000 denuncias contra la policía por presuntas torturas.

Otros grupos.

Con su disolución, ETA sigue los pasos de otros grupos terroristas que surgieron en Europa en la segunda mitad del siglo XX y que marcaron una época de sangre en sus respectivos países.

Es el caso del Ejército Republicano Irlandés (IRA), que tomó las armas en 1970 contra las fuerzas británicas en Irlanda del Norte, sacudida por la violencia entre católicos nacionalistas y protestantes unionistas.

En su combate por la reunificación de Irlanda, el grupo llevó a cabo múltiples atentados y asesinatos. Tras la firma de los acuerdos de paz en 1998, el IRA renunció a la violencia en julio de 2005 y desmanteló su arsenal. Los enfrentamientos dejaron más de 3.500 muertos.

También marcaron una época las Brigadas Rojas, un grupo armado italiano de extrema izquierda, que fue uno de los principales actores de los "años de plomo" que ensangrentaron Italia entre 1969 y 1980. Fundadas por el sociólogo Renato Curcio, hirieron en las piernas o mataron a decenas de magistrados, políticos, periodistas e industriales. Entre 1969 y 1988, las operaciones de las Brigadas Rojas y del "terrorismo negro" neofascista dejaron 415 muertos en 15.000 atentados.

Otros grupos armados ya inoperantes fueron Fracción del Ejército Rojo en Alemania; Acción Directa en Francia; el Frente de Liberación Nacional de Córcega, y la organización 17 de Noviembre en Grecia.

"Ocasión única"

El líder nacionalista irlandés Gerry Adams estimó que, tras el anuncio de la disolución de la ETA, ahora tienen que actuar España y Francia para poner fin al conflicto en el País Vasco.

"Existe ahora una ocasión única para apartar el conflicto de esta región. Le toca a los gobiernos francés y español construir sobre estas iniciativas", declaró Adams, uno de los artífices del proceso de paz norirlandés, en un comunicado de su partido, el Sinn Fein.

Según el comunicado de Sinn Fein, Gerry Adams viajará al País Vasco para participar el viernes en una conferencia sobre el proceso de paz. También estarán Jonathan Po-well, exjefe del gabinete del ex primer ministro británico Tony Blair, y el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern.

Alberto Spektorowski
El uruguayo que negoció la entrega
Alberto Spektorowski:

Alberto Spektorowski (66 años) es un politólogo uruguayo-israelí profesor en la Universidad de Tel Aviv, y ha tenido un papel central en el proceso que llevó a la disolución de la ETA. Como integrante del Grupo Internacional de Contacto, que reúne a expertos de varios países, Spektorowski fue uno de los negociadores. El domingo 29 de abril, El País publicó una extensa entrevista en la que Spektorowski cuenta su experiencia con la ETA, la relación de la banda vasca con el MLN-Tupamaros de Uruguay, y analiza otros temas internacionales.

¿Qué pueden aprender los sudamericanos del fin de ETA?, le preguntó El País.

"No mucho —responde. En mi caso me fui de Uruguay cuando empezaba la dictadura. Y no noto similitudes. Está claro que la gente de la ETA admira mucho al Frente Amplio y a la izquierda uruguaya. Tuvieron mucho contacto con Eleuterio Fernández Huidobro y después con Lucía Topolansky, con quien me he encontrado algunas veces en ese intento de alcanzar la paz. Esta gente (los tupamaros) cobijaba en algunas cosas a la ETA pero también le hacían muchas críticas. Los extupamaros entendían que la ETA había abusado del terror, sobre todo en la época democrática. Y otro detalle: los tupamaros tenían en su guerrilla una cuestión más social, la ETA era puramente nacionalista".

Un capítulo de la historia de la ETA se escribió en Uruguay. Fue el 24 de agosto de 1994, cuando un grupo de militantes de izquierda apoyado por el MLN-Tupamaros intentó impedir la extradición a España de tres etarras.

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