Redacción El País
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso ayer jueves un censo que excluya a inmigrantes irregulares, en medio de su lucha por nuevos distritos electorales que favorezcan a los republicanos en el Congreso.
Trump instruyó al Departamento de Comercio comenzar a trabajar inmediatamente en un censo nuevo basado en los resultados de la elección de 2024 y que no contará a las personas que vivan ilegalmente en el país.
La congresista Marjorie Taylor Greene sostuvo que esto refleja que el “presidente Trump apoya” su iniciativa legislativa Making American Elections Great Again (hacer las elecciones estadounidenses grandiosas otra vez).
El proyecto de ley “no solo ordena un nuevo censo que cuente solo a ciudadanos estadounidenses, sino que ordena la redistribución de escaños según el nuevo conteo de ciudadanos estadounidenses y requiere prueba de ciudadanía para votar”, expuso Taylor Greene, representante federal de Georgia.
Pero especialistas y opositores tacharon de “inconstitucional” el nuevo censo propuesto por Trump, pues la Constitución de Estados Unidos estipula que el censo debe ocurrir cada 10 años -el próximo es en 2030- “contando el número entero de personas en cada estado”, de lo que entonces deriva la distribución de recursos federales y la representación electoral.
“La demanda de Trump de un nuevo censo que cuente solo a ciudadanos no es solo absurda, es también inconstitucional. La Constitución de Estados Unidos explica que el censo debería contar a todos”, expuso la organización civil Project on Government Oversight, que combate la corrupción gubernamental. EFE