Miles de estadounidenses se reunieron ayer domingo en el estado de Arizona para despedir a Charlie Kirk, en un evento donde el presidente Donald Trump y altos funcionarios de su gobierno le rendían homenaje tras su asesinato a tiros la semana pasada.
El tributo ha generado un extraordinario nivel de atención mediática, comparado incluso por algunos medios con un funeral de Estado, para el que se ha desplegado un fuerte dispositivo de seguridad.
Trump esperó su turno para dirigirse a la multitud, escuchando discursos del secretario de Estado Marco Rubio, el secretario de Defensa Pete Hegseth y otros funcionarios mientras se desarrollaba el evento. “¿Pensaron que podían matar a Charlie Kirk? Lo han hecho inmortal”, dijo el principal asesor de Trump, Stephen Miller. “Han inmortalizado a Charlie Kirk, y ahora millones llevarán adelante su legado”.
Entre otros oradores figuraban la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard; el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr.; el comentarista conservador Tucker Carlson y otros funcionarios.
Al salir de la Casa Blanca para volar a Arizona, el presidente aseguró que el tributo tiene como objetivo “celebrar la vida de un gran hombre”.
En el evento, Trump lamentó la pérdida del líder de la juventud conservadora Charlie Kirk. “Hace menos de dos semanas, nuestro país fue despojado de una de las figuras más brillantes de nuestra época”, declaró Trump ante la multitud. “Un gigante de su generación y, sobre todo, un devoto esposo, padre, hijo, cristiano y patriota”, dijo para referirse al activista de 31 años.
Antes del amanecer, miles de personas hacían cola con la esperanza de entrar en el estadio, con capacidad para unas 70.000 asistentes, donde se celebraba el servicio para rendir homenaje al líder conservador considerado un impulsor de la reelección de Trump.
Muchos de los asistentes lucía prendas con los colores rojo, blanco y azul de la bandera estadounidense o gorras con el icónico eslogan de Trump “Make America Great Again” (Hagamos a Estados Unidos Grande de Nuevo).
Kirk, de 31 años, recibió un disparo en el cuello el 10 de septiembre mientras hablaba en una universidad de Utah como parte de su popular serie de debates públicos.
Las autoridades arrestaron a un sospechoso tras 33 horas de búsqueda, y la fiscalía solicitó la pena de muerte en el caso.
El asesinato del líder conservador, fundador del grupo juvenil de derecha Turning Point USA, ha profundizado aún más las enconadas divisiones políticas en Estados Unidos. Las autoridades afirman que el presunto tirador de 22 años citó como motivo de su crimen el “odio” que, según él, alimentaba Kirk, quien era un crítico mordaz de las personas transgénero, los musulmanes y otros.
Sucesora política
La viuda de Kirk, Erika Kirk, quien asume las riendas de Turning Point USA, también se dirigiró a la audiencia en el estadio State Farm de Glendale.
En respuesta al asesinato, la Casa Blanca declaró la semana pasada que tomaría medidas enérgicas contra lo que denomina “terrorismo doméstico” por parte de la izquierda.
Trump dijo que designaría a Antifa, una difusa red de activistas de izquierda radical que se definen antifascistas, como “organización terrorista”.
El destacado presentador de televisión Jimmy Kimmel fue retirado del aire el miércoles, horas después de que el gobierno amenazara con acciones legales debido a sus comentarios sobre el asesinato de Kirk. Estas medidas han generado alarma entre los críticos de Trump, quienes advierten sobre medidas para silenciar la disidencia durante su gestión, marcada por un retroceso en las políticas de justicia social y una ofensiva contra la inmigración que ha generado denuncias generalizadas de abusos de derechos.
Trump y Musk estrecharon sus manos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el empresario Elon Musk se reencontraron públicamente ayer domingo en el funeral de Charlie Kirk, activista conservador asesinado el pasado 10 de septiembre mientras ofrecía una charla en la Universidad de Utah Valley, casi tres meses después de su confrontación pública.
Durante la transmisión del evento, que se celebró en el State Farm Stadium de Arizona ante más de 70.000 seguidores de Kirk, las cámaras captaron el momento en que el dueño de Tesla y el mandatario republicano dejaron a un lado sus diferencias para conversar y posteriormente estrecharse la mano.
Musk fue un aliado clave de Trump durante la campaña electoral y, tras los comicios, fue designado responsable del controvertido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), creado con el objetivo de reducir el gasto público.
Sin embargo, abandonó el cargo tras una serie de desacuerdos con el plan fiscal del presidente.
Las tensiones entre ambos escalaron en junio con intercambios agresivos en redes sociales.
En un momento dado Musk publicó en X un mensaje en el que aseguraba que las autoridades federales tenían información adicional sobre Trump en los archivos de Jeffrey Epstein y sugirió que debía ser sometido a juicio, aunque poco después eliminó la publicación.
AFP, Agencia EFE