CAMBIO DE MANDO
El presidente Joe Biden, que asumió ayer el cargo, quiere que EE.UU. lidere con el ejemplo, tras el fin de la presidencia de Donald Trump.
Hace una década, Joe Biden entró a un salón en Atenas para sostener una reunión con el presidente de Grecia, un país que en ese entonces estaba ahogándose en deuda y enfrascado en tensas negociaciones con la Unión Europea.
“Este hombre representa al Departamento del Tesoro”, dijo Biden con frialdad a su anfitrión y señaló a un hombre vestido de traje gris que formaba parte de su comitiva.”Trae cientos de millones de dólares”.
Las risas estallaron en el salón. Era evidente que el vicepresidente de Estados Unidos no traía una maleta con billeres para pagar las deudas de Grecia. Pero, la anécdota expresó una verdad más profunda: en 2011, muchos todavía veían a Estados Unidos como el último garante del orden internacional. Y Biden se veía a sí mismo como el conductor de ese legado, con absoluta confianza que era la consecuencia de cuatro décadas como senador trotamundos.
Al asumir la presidencia ayer y prometer el restablecimiento de las alianzas de Estados Unidos y comprometerse otra vez con el mundo, el interrogante que surge para muchos en el exterior es si lo verán en poco tiempo como hombre de mundo. En capitales desde Europa hasta Asia, diplomáticos y expertos en política exterior cuestionan si Estados Unidos se encuentra demasiado dividido, debilitado y preocupado por las convulsiones internas como para jugar el tipo de liderazgo que Biden dio por sentado cuando era senador y vicepresidente.
Sin embargo, hay motivos para creer que el presidente Biden será más un militante de lo que muchos esperan, pese a que debe abordar la pandemia, un esfuerzo masivo de recuperación económica y profundas divisiones que dejó la era de Donald Trump. Se estima que Biden no estará fuera del escenario mundial por mucho tiempo. “Este hombre pasó 40 años conociendo a los líderes extranjeros alrededor del mundo”, indicó Peter Westmacott, quien fue vecino de Biden cuando se desempeñó como embajador del Reino Unido en Washington, durante los mandatos de Barack Obama. “Cuando se le toma el gusto a las relaciones internacionales, no se le da la espalda a eso”.
Wolfgang Ischinger, un ex embajador de Alemania en Estados Unidos, estimó que Biden utilizará sus relaciones personales para restablecer los lazos con los aliados europeos que fueron quebrados por Trump. “Joe Biden es un maestro para tejer redes de contactros y con facilidad podrá recomponer la falta de confianza que existe en la actualidad”, señaló Ischinger, quien ahora dirige el Foro de Seguridad de Munich.
En su discurso inaugural, Biden dijo que “el mundo mira” y prometió que Estados Unidos salió fortalecido de la reciente prueba a la que fue sometido. Prometió restaurar el liderazgo estadounidense que, dijo, “no solo liderará por medio del ejemplo de nuestro poder, sino por el poder de nuestro ejemplo”.
Es probable que Biden tenga su debut formal en el encuentro de los líderes del Grupo de los 7 en junio, que tendrá como anfitrión al Reino Unido, en el balneario de Cornwall. Quizás extienda el viaje para incluir otros destinos europeos.
“Metas ambiciosas de política exterior no coinciden con la realidad de la disfunción política y económica de Estados Unidos”, escribió Emma Ashford, del Atlantic Council, en la revista Foreign Policy. “¿Cómo puede Estados Unidos difundir la democracia o actuar de ejemplo si apenas tiene una democracia funcionando?” Pero, Wright argumentó que las amenazas internas a la democracia deben fortalecer la decisión del gobierno de Biden de luchar contra los abusos a los derechos humanos en China, Rusia y otros gobiernos autócratas.
Instinto para actuar en escena exterior
Joe Biden eligió a Kurt Campbell para desempeñarse como coordinador de alto nivel de política asiática. La designación puede indicar que aplicará una línea dura con China junto con un intenso esfuerzo para dar seguridades a Japón y Corea del Sur, dos aliados de Estados Unidos.
“Biden elige a personas que entienden y están comprometidas con la competencia estratégica”, consideró Thomas Wright, experto en política exterior de Brookings Institution.
Algunos expertos argumentan que el asalto al Capitolio en Washington DC comprometió el papel tradicional de Estados Unidos como el líder de la democracia y que la cascada de crisis internas consumirán la energía de Biden, así como lo distraerán de los asuntos exteriores.
Jake Sullivan, el nuevo asesor de Seguridad Nacional, utilizó Twitter para opinar sobre temas sensibles antes de que su jefe asumiera la presidencia. Condenó la detención en Rusia del líder opositor Alexéi Navalni y pidió a la Unión Europea que piense dos veces antes de firmar un tratado de inversiones con China.
Deberá verse si el gobierno de Biden respaldará esas palabras con acciones. Pero, algunos señalan que el instinto, temperamento y extensa trayectoria de Biden como miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, le llevarán a aprovechar las oportunidades de conducir en el escenario mundial.