EFE, La Nación/GDA
Ya son varias las ciudades del mundo que cobran un impuesto a turistas extranjeros, con el objetivo de disminuir la gran cantidad de personas que ingresa a diario, y Barcelona será otra de ellas, tal como se votó en su ayuntamiento.
Luego de pautar la prohibición de las viviendas turísticas, que establece que dejarán de existir antes de 2029, ahora aumentaron a casi el doble del valor el impuesto turístico que le cobran a los visitantes extranjeros. Si bien recientemente había pasado de 2,75 a 3,25 euros, a partir de octubre llegará hasta los 4 euros por noche.
La medida fue aprobada tras una votación en el ayuntamiento local, en donde los funcionarios aseguraron que el objetivo es que la suba del impuesto “aumente el turismo de calidad” por encima del número de turistas que reciben al año, que, según los últimos informes, actualmente ronda los 32 millones.
Según la revista Time Out, se espera que España supere a Francia como el destino más visitado del mundo a lo largo de los próximos 15 años.
Cómo se cobra el impuesto turístico en Barcelona
Todo aquel que quiera visitar la mítica ciudad europea deberá pagar dos tipos de impuestos. En primer lugar está el impuesto turístico regional, que se cobra por noche en función del tipo de alojamiento que se utilice. Es decir, si es en un hotel de lujo, se cobrará un extra de 3,50 euros por noche; mientras que un Airbnb —que en 2028 no estarán más disponibles— requiere un desembolso de unos 2,25 euros por cada pernocte.
A eso se suma la tasa turística —la que aumentará en el otoño boreal— y que se cobra por noche, hasta una estadía de siete noches. A partir de octubre de este año, si el turista decide alojarse en un establecimiento de cinco estrellas durante siete noches, deberá pagar un total de 52,50 euros además de la tarifa hotelera.
Esto se prevé que no solo generará una baja en las visitas a la ciudad, sino que implicará mayores recaudaciones para el gobierno. De esta forma, se estima que el aumento del impuesto en Barcelona eleve los ingresos anuales de 95 a 115 millones de euros, y que esos ingresos se destinen a obras de infraestructura de la ciudad, como mejoras en las calles y más servicios de transporte.
La manifestación contra el turismo en Barcelona
Bajo el lema “Pongamos límites al turismo”, miles de manifestantes se reunieron en los puntos turísticos más importantes de Barcelona para reclamar por un “cambio de modelo económico que reduzca la afluencia turística” y las consecuencias que esta provoca.
Unas 2.800 personas, según la Guardia Urbana o Policía local, participaron en la marcha, convocada por más de 140 entidades de la ciudad, entre ellas asociaciones vecinales, ecologistas, movimientos en defensa de la vivienda y sindicatos.
En medio de las movilizaciones, algunos grupos de manifestantes protagonizaron agresiones contra turistas que se encontraban en sitios icónicos de la ciudad, como el paseo de La Rambla o el barrio la Barceloneta. Los videos del momento muestran como los visitantes que estaban comiendo en mesas sobre la vereda tuvieron que retirarse al interior de los restaurantes porque los protestantes les dispararon con pistolas de agua.
Con pancartas en las que se leía “¡Decrecimiento turístico ya!”, los manifestantes corearon consignas como “fuera turistas de nuestros barrios” y se detuvieron frente algunos hoteles y otros sitios importantes. “Contra el turismo no tengo nada, pero con el exceso de turismo que estamos sufriendo en Barcelona, sí, porque eso hace invivible la ciudad”, afirmó Jordi Guiu, un sociólogo de 70 años, cuando arrancaba la marcha, según consignó AFP.
Ayuntamiento de Barcelona condenó la actitud de los manifestantes
El ayuntamiento local criticó este lunes las molestias que algunos manifestantes causaron a turistas el sábado pasado durante una protesta contra la masificación de visitantes de esta conocida ciudad española de la costa mediterránea.
Las autoridades municipales pidieron respeto para los visitantes a la vista de las imágenes de personas que increpaban y mojaban con pistolas de agua a turistas que estaban en terrazas.
"Protestar contra el turismo masivo debe ser compatible con el respeto hacia las personas que visitan Barcelona", subrayó hoy en la red social X el teniente de alcalde de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo, Jordi Valls.