REFORMA
Al finalizar, hoy martes 30 de agosto, tras los trabajos de la asamblea, a las 17.30 horas (12.30 horas en Uruguay) el papa celebrará con todos los cardenales una misa en la basílica de San Pedro.
El papa Franciscoconvocó a todo el colegio cardenalicio -han llegado a Roma cerca de 190 purpurados - para una reunión inédita en su pontificado y en la que se discutirá sobre la nueva Constitución que reforma la Curia romana, pero también para abrir una discusión sobre el futuro de la Iglesia.
Francisco aprovechó el consistorio para la creación de 20 nuevos cardenales, cuya ceremonia se celebró el pasado sábado y también para convocar “una reunión de todo el colegio cardenalicio para reflexionar sobre la nueva Constitución apostólica ‘Praedicate Evangelium’”, la gran reforma del pontífice y para la que se han necesitado casi 9 años de trabajo.
La nueva Constitución, que cambia totalmente el organigrama de la Curia romana -la administración de la Iglesia-, entró en vigor el 5 de junio y sustituye a la “Pastor Bonus”, promulgada por Juan Pablo II en 1988 y da una dirección “más misionera” y abre a la puerta a una mayor presencia de laicos y mujeres.
Prueba de ello es la creación del gran dicasterio (ministerio) para la Evangelización, en el que se engloba la Congregación para la Evangelización de los pueblos y el Pontificio consejo para la nueva evangelización.
Será presidido directamente por el papa y además se sitúa como el principal en el organigrama de la administración vaticana, mientras que hasta ahora era el de la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio.
El director de la revista de la Compañía de Jesús, “Civiltá catolica” y muy cercano al papa, Antonio Spadaro, destacó a EFE que la reunión, que se inició ayer lunes y culmina hoy marters, “es importante porque permitirá retomar y discutir la nueva Constitución de forma sinodal. Los cardenales, de hecho, vienen de todo el mundo y su servicio es ayudar al Papa en su ministerio petrino”.
“Necesitamos, por tanto, como en las congregaciones generales antes del Cónclave, una reflexión sobre el futuro de la Iglesia, en este caso partiendo del valor y significado de la Curia Romana”, explicó.
Pero además confirmó que “será también un momento importante de conocimiento mutuo de los miembros del Colegio cardenalicio”.
Y es que, aunque el papa ha asegurado que no tiene intención de renunciar, por el momento, en esta reunión soplan aires de cónclave al ser la primera vez en la que muchos de los que elegirán al futuro pontífice se verán las caras.
Francisco en estos nueve años ha dejado su huella en el colegio cardenalicio, pues ha nombrado a 83 de los actuales 132 cardenales electores -aquellos con menos de 80 años que podrán participar en el cónclave- que supone el 63% de los que entrarán en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo pontífice.
En su pontificado, aparte de los ocho para el nombramiento de cardenales, sólo convocó un consistorio extraordinario al que fueron llamados todos los purpurados el 20 y 21 de febrero de 2014 para hablar de la familia.
El Vaticano informó que han confirmado su presencia 197 purpurados de los 227 que forman el colegio cardenalicio y estarán los patriarcas de Oriente y los superiores de la Secretaría de Estado, muchos de ellos no han podido llegar a Roma al ser ancianos o como el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, que no pudo viajar porque su madre está enferma.
La reunión, a puerta cerrada, comenzó ayer lunes a primera hora de la mañana; se hizo un descanso para el almuerzo y retomó en la tarde.
Se inició con un discurso privado del papa Francisco y después los cardenales se dividieron en grupos lingüísticos sobre diversos aspectos relacionados con el documento y luego se abrió el debate.
Al finalizar, hoy martes 30 de agosto, después de los trabajos de la asamblea, a las 17.30 horas (12.30 horas en Uruguay) el papa celebrará con todos los cardenales una misa en la basílica de San Pedro.
El rezo ante el primer papa que renunció
El papa viajó el domingo a la ciudad italiana de L’Aquila para rezar por las víctimas del devastador terremoto de 2009 y oró ante la tumba del primer pontífice de la historia que renunció. Francisco elogió “la resiliencia” de la gente de L’Aquila durante su visita de pocas horas a esa ciudad de los Abruzos, en el centro de Italia, que quedó devastada tras el terremoto que causó 300 muertos y más de 1500 heridos. “Ustedes han demostrado que son gente con un carácter resiliente”, dijo el papa ante la catedral, que permanece destruída desde el sismo. Ante miles de personas y familiares de las víctimas, que lo recibieron con un silencio conmovedor, el pontífice se refirió a la difícil reconstrucción, no solo física, sino también cultural, espiritual y moral de esa ciudad, ubicada a 80 km. de Roma. Unas 50.000 personas perdieron sus casas a causa de la destrucción total o parcial de edificaciones, palacios históricos y templos medievales el 6 de abril del 2009. El pontífice llegó poco antes de las 08.30 horas en helicóptero a la localidad de unos 70.000 habitantes, donde también celebró la misa y el rezo dominical del ángelus y cumplió el antiguo rito de la apertura de la Puerta Santa. La visita del papa ha sido programada un día después del Consistorio para la investidura de 20 nuevos cardenales y coincide con la antigua “fiesta del perdón” católico, que se celebra en esa ciudad desde el siglo XIII.