Boeing sufrió otro revés el jueves, cuando el accidente de uno de sus aviones de pasajeros en el oeste de India renovó el escrutinio del historial de seguridad de la compañía luego de una crisis de calidad que lleva años. Podrían pasar meses o años hasta que se determine la causa del accidente, en el que un avión de pasajeros de Air India, un Boeing 787 Dreamliner que transportaba 242 pasajeros y tripulantes, se estrellara contra una facultad de medicina en Ahmedabad, en el estado indio de Gujarat.
En última instancia, los problemas de fabricación pueden tener poco que ver con lo que salió mal, pero el episodio (el primer accidente fatal que involucra a un Dreamliner) aún podría conducir a un mayor escrutinio sobre las preocupaciones sobre las prácticas de producción de Boeing.
“Nuestras más profundas condolencias para los seres queridos de los pasajeros y la tripulación del vuelo 171 de Air India, así como para todos los afectados en Ahmedabad,” dijo Kelly Ortberg, director ejecutivo de Boeing, en un comunicado.
Ortberg también informó que había hablado con N. Chandrasekaran, presidente del Grupo Tata —el conglomerado propietario de Air India— y ofrecido el apoyo de Boeing. La empresa dijo que tenía un equipo preparado para colaborar con la investigación, la cual está siendo dirigida por los reguladores de aviación de la India.
Los accidentes aéreos suelen deberse a múltiples factores, como el impacto con aves, errores del piloto, defectos de fabricación o mantenimiento inadecuado. Las hipótesis iniciales suelen descartarse a medida que avanzan las investigaciones técnicas, que son largas y complejas.
El primer Dreamliner se entregó en 2011 a All Nippon Airways, la aerolínea más grande de Japón. Actualmente hay más de 1.100 en servicio, incluyendo casi tres docenas operadas por Air India, según Cirium, una firma de datos sobre aviación.
El avión involucrado en el accidente del jueves fue entregado a Air India en enero de 2014 y había acumulado más de 41.000 horas de vuelo, según Cirium. El avión había despegado o aterrizado casi 8.000 veces en su vida útil, una cantidad normal para un Dreamliner de esa antigüedad.
El accidente del jueves se produce mientras Boeing aún lidia con las consecuencias de dos accidentes mortales que involucraron a su avión 737 Max en 2018 y 2019, y que causaron la muerte de 346 personas. El mes pasado, la empresa llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia que la exime de asumir responsabilidad penal por esos siniestros.
Niraj Chokshi / The New York Times