BUENOS AIRES | AGENCIAS Y LA NACION/GDA
Con un duro discurso y el anuncio de una profunda reforma en el seno de las Fuerzas Armadas, el presidente argentino, Néstor Kirchner, participó ayer del Día del Ejército en ese país, hablando ante oficiales y soldados en el Colegio Militar de El Palomar.
La dureza de su intervención que no llegó a los quince minutos, más la revisión anunciada del sistema de Defensa -en la que no entró en detalles-, son los últimos eslabones de una política que Kirchner ha llevado adelante en sus tres años de gobierno, que apuntan a la mayor subordinación militar al poder civil desde el fin de la dictadura, en 1983 (ver nota aparte).
APOLOGIA. El presidente Kirchner inició su discurso repudiando una marcha que un grupo de militares realizó el pasado 24 de mayo en la Plaza San Martín de Buenos Aires, en la que homenajearon a las "víctimas de la subversión" y reivindicaron la represión ilegal durante la dictadura instalada en marzo de 1976. Unas tres mil personas participaron de esa manifestación.
Kirchner advirtió que en ese acto "hubo una reivindicación del terrorismo de Estado rayana en la apología del delito" que "no pueden ser toleradas".
Unos seis oficiales ya habían sido sancionados con hasta 40 días de arresto por participar de esa manifestación.
En ese acto de la semana pasada, se acusó de "traidor" al jefe del Ejército, Roberto Bendini, y se escucharon amenazas de muerte para el actual mandatario.
"Que quede claro que como presidente argentino no tengo miedo ni les tengo miedo", enfatizó ayer Kirchner en referencia a esas amenazas.
A esa manifestación, Kirchner le sumó el descubrimiento de espionaje interno, realizado de manera ilegal por el servicio de inteligencia naval descubierto entre fines del año pasado y principios de éste en Trelew, al sur del país.
"Estos son hechos que no ayudan a la autocrítica que han realizado las Fuerzas Armadas" a la represión durante la dictadura, enfatizó el presidente argentino.
"Queremos el Ejército de (José de) San Martín, (Manuel) Belgrano y (Enrique) Mosconi; y no el Ejército que asesinó a sus propios hermanos, como el de (Jorge) Videla, (Roberto) Viola, (Leopoldo) Galtieri y (Reinaldo) Bignone", finalizó el presidente, aludiendo a los jerarcas castrenses del último gobierno militar.
Tras su discurso -que había sido precedido por otro del jefe del Ejército, Roberto Bendini, en similar tono- el presidente se retiró, sin participar del tradicional desfile de los militares, que conmemoraban el 196° aniversario de esa fuerza.
ACERCAMIENTO. Según dijo a El País la socióloga y analista Graciela Römer, la estrategia del presidente Kirchner con respecto al tema militar consiste en "recortar la brecha entre éstos y la sociedad civil".
Römer destacó que si bien hoy la oficialidad en las FF.AA. de Argentina existe un convencimiento "muy profundo" de su subordinación al poder civil, aún existen "remanentes autoritarios". Esto era más visible hace tres años cuando "solo el 66% del Ejército reconocía que se habían cometido violaciones a los derechos humanos durante la dictadura", dijo.
Lo que hizo Kirchner fue, de acuerdo con la socióloga argentina, "atacar desde el inicio de su gestión los bolsones de impunidad" tales como el Ejército. Eso ayudó a su popularidad que hoy ronda el 80%.
Primero fue mediante actos simbólicos, tales como el retiro de cuadros de represores en la sede de la ESMA. "Ahora el gobierno se encuentra en otra etapa, que se caracteriza por cambios estructurales en las Fuerzas Armadas", señaló Römer a El País.
Reestructura integral de la Defensa
"Nos disponemos a iniciar un proceso de revisión, reconversión y modernización integral del sistema de defensa nacional. Debemos avanzar de manera sostenida en un proceso que permita readecuar y establecer nuevas bases sobre las cuales se debe ordenar el sistema de defensa y las propias Fuerzas Armadas", señaló el presidente Néstor Kirchner en su discurso de ayer.
Kirchner no dio precisiones sobre esas reformas. Sin embargo, estas representan un recorte del poder a los tres jefes de las Fuerzas Armadas.
Según informó el diario La Nación en su edición del domingo, las designaciones de ascensos, el reclutamiento, los ejercicios de adiestramiento y la compra de material e insumos serán determinados por la reestructuración del Estado Mayor Conjunto (EMCO). Este dependerá directamente del Ministerio de Defensa.
Esa nueva estructura y sus facultades ya estaban previstas en la Ley de Defensa promulgada durante el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989), pero nunca se pusieron en práctica por decisión de los gobiernos sucesivos.
La oficialidad que integre el EMCO será designada por el titular de ese organismo, cuya implementación sería a fines de año.
Según afirmó días atrás la ministro de Defensa, Nilda Garré, se busca impedir que cada una de las armas de las FF.AA. tenga "vuelo propio", tanto en cuestiones políticas como de asistencialismo social. la nacion/gda
Subordinación
Durante su gobierno, Kircher derogó las leyes exculpatorias de militares y policías acusados de violar derechos humanos, lo cual está permitiendo la reapertura de causas judiciales contra centenares de ellos.
Se llevaron adelante drásticas "purgas`` en los altos mandos castrenses, a través del nombramiento como jefes de los servicios armados de los más jóvenes oficiales del escalafón militar.
La expresa imposición a las fuerzas armadas, como doctrina oficial, de que la última dictadura militar, y la intervención militar en la vida civil, fueron episodios desafortunados, que deben repudiarse y jamás repetirse.
La calificación de que la represión que hizo la dictadura militar de sus adversarios, que provocó la "desaparición`` de miles de ellos (13 mil según datos oficiales, 30 mil según organismos de derechos humanos), no constituyó una guerra, sino un episodio de "terrorismo de Estado``.
El 23 de mayo, el gobierno anunció que los nueve liceos militares dejarían de estar bajo la órbita de Defensa y pasarían a ser instituciones "normales".