La tensión en la península de Corea aumentó ayer tras el anuncio del régimen de Corea del Norte de que lanzó cuatro misiles de crucero estratégicos y advirtió que el incremento de las maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur “puede contemplarse como una declaración de guerra”.
La multiplicación de ensayos armamentísticos como los de este viernes por parte de Corea del Norte hace temer un posible ensayo nuclear que sería el primero desde 2017.
La agencia oficial norcoreana KCNA indicó que sus fuerzas armadas habían disparado cuatro misiles Hwasal-2 que recorrieron 2.000 kilómetros antes de impactar “con precisión” en el mar de Japón.
En paralelo a la escalada de las pruebas armamentísticas de Corea del Norte, Estados Unidos y Corea del Sur incrementaron sus maniobras militares y volvieron a desplegar activos estratégicos estadounidenses en la región.
Corea del Sur busca tranquilizar a su población, cada vez más nerviosa, sobre el compromiso de Estados Unidos con la llamada disuasión ampliada, en la que los activos estadounidenses, incluidas las armas nucleares, sirven para prevenir ataques.
Corea del Sur no dispone de armas atómicas y mantiene su compromiso oficial con la no proliferación nuclear, aunque en su país crecen los llamamientos para que considere la posibilidad de dotarse de sus propias armas nucleares.
Las relaciones entre las dos Coreas se sitúan en uno de sus peores momentos en décadas por los repetidos ensayos armamentísticos del Norte.
El año pasado, el régimen comunista norcoreano realizó un número récord de lanzamientos de misiles y declaró “irreversible” el estatus nuclear de Corea del Norte.
Para aumentar más las tensiones en la región, un diplomático norcoreano advirtió que si Estados Unidos sigue adelante con el despliegue militar en la península y su plan de celebrar grandes maniobras militares con Corea del Sur en marzo, Corea del Norte podría considerar estas acciones como una “declaración de guerra”.
“La única forma de evitar el círculo vicioso de la escalada de la tensión militar en la península de Corea y la región circundante es a través de acciones claras”, indicó en un texto publicado ayer viernes por la agencia estatal KCNA el director general de asuntos estadounidenses de la cancillería norcoreana, Kwon Jong-gun.
Estas acciones consisten en que “Estados Unidos abandone su compromiso de desplegar activos estratégicos en Corea del Sur (la llamada “disuasión extendida”) y suspenda todo tipo de ejercicios conjuntos contra la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del Norte)”, añadió.
“Hay que entender que si Estados Unidos continúa con sus prácticas hostiles y provocadoras contra la República Popular Democrática de Corea a pesar de nuestras repetidas protestas y advertencias, esto podría considerarse como una declaración de guerra contra la RPDC”, subraya Kwon.
El diplomático condena en el escrito el que Washington haya traído esta semana ante el Consejo de Seguridad de la ONU el lanzamiento, efectuado el pasado sábado por el régimen norcoreano, de un misil balístico intercontinental (ICBM) que cayó en aguas de la Zona Económica Especial (ZEE) de Japón.
Kwon insistió en que este tipo de ensayos constituyen el “derecho legítimo a la autodefensa de un estado soberano” y que la ONU está ignorando actos de Estados Unidos y Corea del Sur que “incrementan la tensión militar”.
En base a AFP y EFE