BARCELONA | DANIEL BELTRAN ROHR
El raro gorila albino "Copito de Nieve", que era uno de los símbolos más populares de Barcelona, murió ayer a edad avanzada tras recibir una inyección letal para abreviar su sufrimiento. El animal, que había llegado al zoológico de Barcelona en 1966, sufría de cáncer de piel.
El gorila se encontraba desde el pasado miércoles fuera de la vista del público después de que en los últimos días hubiera empeorado su salud, ya que había perdido más de 10 kilos, se había agrandado la herida causada por el tumor que tenía bajo la axila y apenas se relacionaba con los otros ejemplares que había en su jaula.
La enfermedad terminal del animal fue hecha pública por el zoológico hace unas semanas y desde entonces miles de ciudadanos han hecho cola en especial los fines de semana, para ver por última vez a "Copito de Nieve", y muchos niños le habían llevado dibujos con la imagen del gorila blanco que decoraba sus aposentos.
Los últimos días del emblemático simio han abierto un debate sobre si el cuerpo de Copito debería ser incinerado o disecado, especialmente después de que su descubridor, el primatólogo Jordi Savater Pi, se mostrara partidario de disecarlo y exponerlo en una sala especial del zoológico.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona no había descartado antes de su muerte que fuera incinerado, aunque no ha especificado cuál será el destino de los restos del animal.
CAPTURADO EN GUINEA. "Copito de Nieve" fue capturado por el cazador Benito Manié, de la tribu essamangon, de la etnia fang, el 1º de octubre de 1966 cerca del poblado Nko, en la selva de Ekonoguong (Guinea Ecuatorial).
Manié abatió a toda una familia de gorilas porque consideraba que destrozaban sus cosechas.
El cazador se percató entonces de que, agarrada a la espalda de la madre gorila, había sobrevivido una cría albina que tenía entre dos y tres años de edad, medía 54 centímetros y pesaba 8,75 kilos, por lo cual la trasladó al centro de Adaptación y Experimentación Zoológica que el Ayuntamiento de Barcelona tenía en Ikunde y se lo vendió al primatólogo Jordi Savater Pi, quien aceptó pagar la suma exigida si el animal sobrevivía un tiempo razonable.
El gorila que recibió como primer nombre "Nfumu-Ngui" —que en la lengua de la etnia fang significa "gorila blanco"—llegó a Barcelona el 1º de noviembre del mismo año, y en marzo de 1967 apareció en la portada de la revista estadounidense "National Geographic", bautizado como "Copito de Nieve", nombre que al final quedó como definitivo.
Los responsables del zoológico le han procurado tres parejas a lo largo de su vida, con las que ha tenido 21 hijos, de los cuales el único varón, Urko, murió el pasado mes de agosto tras ser operado de urgencia de peritonitis.
Ninguno de sus hijos ni de sus nietos ha heredado su albinismo.
Con cerca de 40 años de edad —muy superior a los 25 que suelen alcanzar en libertad—, equivalentes a más de 80 para un humano, "Copito" llegó a alcanzar los 181 kilos de peso y 1,63 centímetros de altura, con una alimentación a base de frutas, verduras, leche y yogur.