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Comienzo del año legislativo en Reino Unido sin la reina, y con el estreno de Carlos

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Príncipe Carlos. Foto: AFP.
Britain's Prince Charles, Prince of Wales looks towards the Imperial State Crown as he delivers the Queen's Speech in the House of Lords Chamber during the State Opening of Parliament at the Houses of Parliament, in London, on May 10, 2022. - Queen Elizabeth II missed Tuesday's ceremonial opening of Britain's parliament, as Prime Minister Boris Johnson tries to reinvigorate his faltering government by unveiling its plans for the coming year. (Photo by Dan Kitwood / POOL / AFP)
DAN KITWOOD/AFP fotos

PREOCUPACIÓN POR ISABELL II

El heredero ocupó el lugar de Isabel II, que no asistió por motivos de salud.

Príncipe Carlos. Foto: AFP.

El año parlamentario del Reino Unido abrió ayer martes con un discurso del príncipe Carlos, heredero de la Corona británica, y con la ausencia por primera vez desde 1963 de la reina Isabel II, por motivos de salud.

El príncipe de Gales leyó el Discurso de la Reina, donde se describen las grandes líneas del Ejecutivo británico para el año legislativo.

Pese a que la voluntad de la soberana, de 96 años, era estar presente en este acto, uno de los más simbólicos y representativos del ejercicio monárquico, a última hora del lunes el Palacio de Buckingham anunció su ausencia.

“La reina sigue experimentando problemas episódicos de movilidad y, en consulta con sus doctores, ha decidido a su pesar que no participará en la apertura del Parlamento “, señaló el palacio en un comunicado.

Se trató solo de la tercera vez a lo largo de su reinado en que Isabel II no leyó el Discurso de la Reina. En las dos ocasiones anteriores, la monarca no participó debido a su embarazos de los príncipes Andrés, en 1959, y Eduardo, en 1963.

En la ceremonia, además del príncipe de Gales, también estuvo presente el nieto de la reina y segundo en la línea de sucesión, Guillermo, duque de Cambridge.

En el Reino Unidos, se tomó la ausencia de Isabel II como parte de la transición progresiva del trono a su heredero.

Carlos, de 73 años, que reemplaza cada vez más a su madre, no llegó al Parlamento en carroza sino en un Rolls-Royce con techo transparente, acompañado por su esposa Camila.

Tampoco vistió la tradicional capa de armiño sino un uniforme militar con múltiples medallas; ni llevó la pesada corona ornada con piedras preciosas que presidió la sesión sobre un cojín ante el espacio vacío dejado por el trono ausente de la soberana.

El príncipe de Gales se sentó al lado, en un trono menor que ya ha ocupado en otras ocasiones junto a su madre. Acompañado por Camila y su hijo Guillermo, de 39 años, leyó el discurso con la misma voz monótona, solemne y aplicada de la reina, ante los diputados y los lores reunidos en la cámara alta del parlamento.

La reina presente

Toda la ceremonia, que incluyó la llegada de la corona en una procesión real, soldados y heraldos con sus cargados trajes ceremoniales, demuestra que “la reina sigue al mando”, en palabras del diario Daily Mail.

Pero “no se equivoquen, es un momento histórico para la corona”, subrayó el diario.

La salud de Isabel II es motivo de preocupación desde que los médicos le ordenaron guardar reposo en octubre y estuvo una noche hospitalizada para someterse a “pruebas” médicas nunca precisadas.

Desde entonces canceló su participación en eventos destacados y se la ha visto con bastón y dificultades para desplazarse.

En su histórico discurso radiofónico cuando cumplió 21 años, el 21 de abril de 1947 la entonces princesa Isabel prometió dedicar toda su vida al servicio de su pueblo. Ahora todos la consideran determinada a no abdicar pese a sus crecientes achaques.

Especialmente este año, que del 2 al 5 de junio verá cuatro días de grandes festejos por el “jubileo de platino”, los 70 años de reinado de Isabel II, un récord para cualquier monarca británico.

Año difícil para Johnson

El discurso duró menos de 9 minutos y en él Carlos detalló la agenda legislativa elaborada por el gobierno del primer ministro conservador Boris Johnson buscando reconquistar a los británicos para los dos años venideros, hasta las próximas elecciones legislativas.

El controvertido primer ministro ve desde hace meses amenazada su permanencia en el poder debido a la indignación causada por el denominado “partygate”, el escándalo de las fiestas ilegales organizadas en Downing Street durante los confinamientos por el covid-19.

A esto se suma el revés electoral sufrido la semana pasada por su partido, que perdió una docena de concejos municipales, incluidos importantes bastiones londinenses como Westminster, y casi 500 concejales en comicios locales.

Los electores expresaron su preocupación por la crisis del coste de la vida, con una inflación descontrolada que debe superar el 10% este año.

Más de 7 millones de adultos y 2,6 millones de niños, en un país de 66 millones de habitantes, vivían en abril en un hogar donde no se come suficiente, un aumento del 57% desde enero, denunció el lunes un estudio de la Food Foundation.

En este contexto, el gobierno buscará “aliviar el coste de la vida”, “reducir las desigualdades”, “respaldar al Banco de Inglaterra en su esfuerzo por devolver la inflación a sus objetivos”, leyó Carlos, al mencionar los 38 proyectos legislativos del gobierno de Johnson para el próximo año.

Responden a los “retos económicos” que enfrenta el Reino Unido, defendió Johnson en el debate parlamentario posterior, a lo que el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, le respondió acusándolo de estar “desconectado de la realidad”.

“Insostenible” estatus de Irlanda del Norte

El estatus especial para Irlanda del Norte tras el Brexit es “insostenible” y debe reformarse para desbloquear la formación de gobierno en esa región autónoma británica, advirtió ayer martes el primer ministro Boris Johnson, desatando airadas reacciones de sus pares europeos.

El Sinn Fein, partidario de la reunificación de Irlanda del Norte con la vecina República de Irlanda, ganó las elecciones regionales del pasado jueves, por primera vez en los cien años desde la partición de la isla. Esto debería permitirles encabezar el ejecutivo autónomo norirlandés, que deben formar en coalición con los unionistas del DUP en virtud del acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998 que puso fin a tres décadas de sangriento conflicto entre ambas partes.

Pero la formación de este gobierno de coalición está bloqueada porque el DUP, ahora segunda fuerza en el parlamento regional, se niega a participar en un gobierno si no se modifica el denominado “protocolo de Irlanda del Norte”, las disposiciones especiales que se fijaron para evitar el retorno de una frontera física en la isla tras el Brexit. En una conversación con el primer ministro irlandés Micheál Martin ayer martes, Johnson describió la situación como “muy grave”, afirmó Downing Street. “El equilibrio del acuerdo de Viernes Santo está en peligro y las recientes elecciones han demostrado una vez más que el protocolo es insostenible en su forma actual”, aseguró.

El gobierno de Johnson lleva meses intentando renegociar el protocolo con la Unión Europea, sin que haya habido avances significativos hasta la fecha, y ha amenazado repetidamente con suspender unilateralmente algunas de sus disposiciones.

Según el diario The Times, la ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, estudia suspender la semana que viene grandes partes del protocolo en la ley británica, incluida la obligación de controlar las mercancías que llegan a Irlanda del Norte procedentes del resto del Reino Unido.

Combate a la inflación, prioridad del Johnson

Medidas para aliviar el coste de la vida, evitar que las protestas de grupos ecologistas interfieran en la actividad de aeropuertos o vías ferroviarias y la promesa de impulsar la regeneración económica figuran en el próximo programa legislativo del Gobierno británico presentado ayer martes en el Parlamento por el príncipe Carlos, heredero de la corona.

El programa del primer ministro Boris Johnson para el próximo período parlamentario contiene 38 propuestas legislativas, entre ellas medidas para hacer frente al incremento de la inflación por el alza de los precios energéticos, así como impulsar el crecimiento económico para reducir las desigualdades económicas y sociales entre las distintas zonas del país.

Según el programa, el Ejecutivo quiere introducir proyectos relacionados con el Brexit, como la posibilidad de modificar leyes comunitarias que quedaron vigentes después de que el Reino Unido saliera de la Unión Europea (UE) el 31 de diciembre de 2020.

También legislará en materia de inmigración para evitar los “cruces peligrosos e ilegales del Canal de la Mancha” y hacer frente a las bandas criminales que se benefician de estos viajes.

Entre otras cosas, el Gobierno propondrá legislación destinada a atajar las crecientes protestas de los grupos ecologistas, con la imposición de penas de cárcel por interferir en el funcionamiento de aeropuertos o ferrocarriles o tratar de bloquear calles o autopistas.

Esta medida está pensada para limitar la actividad de grupos como “Insulate Britain” y “Extinction Rebellion”, que en los últimos años han tomado medidas drásticas, como establecer piquetes y cortar calles a fin de llamar la atención sobre la crisis climática.

El príncipe de Gales dijo que la prioridad del Gobierno será “fortalecer la economía y ayudar a aliviar el coste de vida”.

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