Redacción El País
Adrián Simancas, un joven de 20 años, fue protagonista de un increíble episodio en la zona del Estrecho de Magallanes, en Punta Arenas, Chile, cuando fue tragado por una ballena jorobada mientras practicaba kayak. Afortunadamente, segundos después el animal lo escupió y pudo vivir para contar la anécdota.
"Llegamos a la bahía del Águila y comenzó mal tiempo repentinamente, como pasa en Magallanes. Empezaron a levantar olas emocionantes y empecé a grabar", detalló Dell Simancas, padre de Adrián, en diálogo con CNN.
"Cuando me pongo a grabar, escucho como si reventara una ola fuerte detrás de mí. Me pareció extraño que una ola reventara así y cuando volteo no veo a Adrián ni a su packraft (tipo de kayak) y entonces me preocupé", dijo el hombre, quien se tranquilizó segundos después al ver que su hijo "salió disparado" a la superficie.
El joven, consultado por cómo fue el momento, confesó que "nunca había visto una ballena". "Media hora antes, más o menos, alcancé a ver un chorrito de agua que se disparaba y sentí un golpe que venía de atrás, que me levantaba un poco, pensé que podía ser una ola pero era demasiado fuerte", contó.
"Cuando voteo siento en mi cara una textura como babosa, alcanzo a ver colores azules y blancos, algo que me encierra y me hunde. En ese momento pensé que ya no podía hacer nada, que iba a morir. Habíamos hablando que por la zona quizás podría haber orcas", agregó Simancas.
El joven contó que en el momento que el animal abrió la boca, se lo había tragado, pero "las ballenas no se tragan a la gente, porque tienen un esófago muy pequeño". "Tienen un sistema de subir a la superficie, agarrar todo lo que encuentren: lo que les sirve se lo quedan y lo que no lo escupen", sentenció.
Adrián Simancas nunca soltó su embarcación, por lo que ni bien volvió a la superficie nadó para acercarse al kayak de su padre. Lo que sí perdió fue uno de sus remos, por lo que tras el accidentado episodio, decidieron volver a tierra.