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Aumenta el temor y el clima bélico en Medio Oriente tras muerte del general Soleimani

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Ciudadanos iraquíes rinden homenaje, en Bagdad, al general Qasem Soleimani y a los milicianos que mató Estados Unidos. Foto: AFP

ACCIÓN DE TRUMP IMPLICA ALTO RIESGO Y COSTOS

Irán prometió responder al ataque de EE.UU. que mató a su figura militar clave. En el mundo se viven días de gran tensión e incertidumbre.

El presidente Donald Trump se encontraba en una profunda deliberación con asesores políticos sobre los planes para la campaña electoral, en su club privado de Mar-a-Lago, en Florida, poco antes de las 17:00 horas del jueves, cuando fue convocado de urgencia a otra reunión. Un rato después, con tanto misterio como había salido, retornó a la conversación sin ofrecer indicio alguno sobre lo que estaba ocurriendo.

En esos pocos minutos, Trump hizo una de las decisiones más significativas en materia de política exterior de su presidencia, al dar la autorización final para realizar un ataque con un dron, a medio mundo de distancia, que eliminaría a uno de los enemigos mas mortíferos de Estados Unidos, mientras empujaba al país al borde de una confrontación creciente con Irán, que podría transformar a Medio Oriente.

La operación militar que mató al general Qasem Soleimani -el comandante de seguridad e inteligencia iraní responsable por las muertes de cientos de militares estadounidenses a lo largo de los años- fue diferente de las que se efectuaron para eliminar a los jefes terroristas Osama bin Laden y Abu Bakr Al Bagdadi, después de largas persecuciones. Soleimani no tuvo que ser perseguido, debido a que como alto jerarca del gobierno iraní, siempre estuvo a la vista de todos durante años. Solo se necesitó un presidente que decidiera apretar el gatillo.

Ataque al aeropuerto de Bagdad. Foto: EFE
Ataque al aeropuerto de Bagdad. Foto: EFE

Los presidentes George W. Bush y Barack Obama no lo hicieron. Los dos concluyeron que matar al general más poderoso de Irán solo generaría el riesgo de una guerra más amplia con ese país, alejaría a Estados Unidos de sus aliados en Europa y Medio Oriente y socavaría a Estados Unidos en una región que ya le había costado muchas vidas en las últimas dos décadas.

Pero, el presidente Trump optó por tomar ese riesgo, decidido a demostrar, después de meses de desistir ante anteriores provocaciones iraníes, que ya no podía permanecer en la inacción mientras Soleimani se movía con absoluta libertad. “Debió haber sido matado hace muchos años!”, escribió Trump en Twitter.

Ayer sábado, crecieron el temor y el clima de guerra. Una facción proiraní en Irak, Kataeb Hezbolá, conminó a las tropas iraquíes a alejarse “al menos 1.000 metros” de las bases militares estadounidenses a partir de hoy domingo. Esta advertencia indica la el riesgo de un nuevo ataque. Ayer, hubo disparos de cohetes en las zonas donde están la Embajada de Estados Unidos y una base militar con soldados estadounidenses en Irak

Reacción de Trump.

La pregunta es porqué Trump lo hizo ahora. Asesores del presidente indicaron que éste había reaccionado con indignación cuando un ataque con cohetes, la semana pasada, lanzado por fuerzas vinculadas a Teherán mató a un civil con contrato con el gobierno estadounidense. Su ira creció al ver por televisión las imágenes de manifestantes proiraníes irrumpiendo en la embajada de Estados Unidos en Bagdad (la capital de Irak) en los días siguientes. Habitualmente ninguno de esos hechos hubiera resultado en una represalia al parecer desproporcionada.

Sin embargo, altos funcionarios estadounidenses indicaron que la decisión de tener a Soleimani como blanco surgió de un flujo de amenazas de Irán contra embajadas, consulados y militares estadounidenses en Siria, Irak y Líbano. Soleimani había salido de Damasco, la capital de Siria, donde estaba planificando un ataque inminente que podía costar cientos de vidas, señalaron los funcionarios.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters

“Hubiera sido negligente de nuestra parte si no respondíamos”, dijo a los periodistas, en su despacho del Pentágono, el jefe de la Junta de Estado Mayor, general Mark A. Milley. “La amenaza de la inacción excedió a la amenaza de la acción”.

De cualquier manera, los jerarcas ofrecieron escasos detalles y solo explicaciones generales de porqué estas amenazas eran diferentes de los ataques con cohetes, bombas detonadas a la vera de las rutas y otras agresiones cometidas por las Fuerzas Quds, lideradas por Soleimani, a lo largo de los años. “El tamaño, la escala y alcance”, respondió Milley, sin ampliar el concepto.

Expertos en seguridad nacional y otros altos funcionarios del Pentágono señalaron que no tenían conocimiento de nada drásticamente nuevo sobre el comportamiento iraní en las últimas semanas. Soleimani era acusado de instigar a las milicias chiítas para atacar a los estadounidenses durante más de una década.

Tiempo difícil.

El ataque con dron se produjo en un tiempo agitado para el presidente Trump, quien enfrenta un juicio político en el Senado, después de la decisión de la Cámara de Representantes de acusarlo de abuso de poder y obstrucción del Congreso.

El abuso de poder deriva de una conversación que Trump sostuvo con su par de Ucrania, Volodimir Zelenski. el 25 de julio, en la que le pidió que investigara supuestos hechos de corrupción de Joe Biden -puede ser su rival en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre- y por haber retenido la ayuda militar a ese país que enfrenta la amenaza de Rusia. La obstrucción es consecuencia de la prohibicón que impuso el mandatario a miembros del gobierno de declarar ante las comisiones de Diputados que investigaban esos hechos.

Trump sostiene que no hizo nada indebido, ni retuvo la asistencia militar. Por ello, difundió la transcripción de la conversación con Zhelenski, a la que calificó de perfecta.

Si bien los asesores del presidente insisten en señalar que la situación política interna nada tiene que ver con la decisión de matar a Soleimani, el momento en que se concretó hace inevitable que surjan interrogantes en un periodo marcado por profundas sospechas entre los Partidos Republicano y Demócrata.

Hasta ahora, el presidente Trump había evitado realizar acciones militares contra Irán. Si bien se expresó en términos duros después de que Irán fue culpado de varios ataques contra buques petroleros en el Golfo de Omán y la principal refinería de Arabia Saudita, Trump declinó el uso de la fuerza. En un momento, llegó a cancelar un ataque aéreo cuando faltaban solo diez minutos para que comenzara.

Un alto funcionario estadounidense relató que los asesores del presidente estaban preocupados debido a que había indicado muchas veces que no quería una guerra con Irán y por tanto, Teherán estaba convencido que Estados Unidos no actuaría por la fuerza. Pero, el funcionario reconoció que el ataque es una apuesta enorme y podría suscitar una reacción desmesurada tanto de Irán como de Irak.

Funeral del general iraní Suleimani. Foto: AFP
Funeral del general iraní Suleimani. Foto: AFP

La operación fue el punto culminante de tres años de creciente tensión desde que Trump asumió la presidencia. El mandatario cumplió su promesa de retirarse del acuerdo nuclear con Irán que su antecesor Barack Obama promovió en 2015. Como parte de una campaña de “máxima presión”, Trump reimplantó las sanciones contra Teherán para estrangular la economía, en tanto Irán puso a prueba al presidente estadounidense con una serie de acciones de provocación.

La decisión de atacar.

La misión que tuvo como objetivo a Soleimani, se puso en marcha después del ataque con cohetes contra una base militar iraquí en las cercanías de Kirkuk, en el que murió un estadounidense, indicaron altos funcionarios de Estados Unidos. El Comando de Operaciones Especiales dedicó varios días a buscar la oportunidad para matar a Soleimani. Funcionarios militares y de inteligencia explicaron que el ataque tuvo como base datos aportados por informantes secretos, intercepciones electrónicas, aviones de reconocimiento y otras herramientas de vigilancia.

Trump, quien estaba en Mar-a-Lago con motivo de las fiestas de Año Nuevo, participó de varias reuniones sobre el operativo. Los asesores dijeron que no tuvo dificultad para tomar la decisión, contrariamente a lo que había ocurrido algunos meses antes cuando cambió de idea por temor a que hubiera bajas civiles. “Fue una decisión clara de parte del presidente para concretar esta acción”, dijo el asesor de Seguridad Nacional, Robert C. O’Brien.

Hasta el jueves, los funcionarios evaluaron otras opciones menos explosivas. Sin embargo, los asesores estimaron que Trump se había cansado de las advertencias de que acciones audaces traerían consecuencias negativas, debido a que en algunos casos no se habían hecho realidad.

Cuestionan momento del ataque.

Los legisladores del Partido Demócrata expresaron dudas sobre el momento en que se concretó el ataque, debido a que puede tener como motivo desviar la atención del juicio político que se espera comience este mes en el Senado. La sospecha es que actúa en el exterior para distraer de sus problemas políticos internos.

Asimismo, los demócratas expresaron su preocupación de que el presidente arriesga iniciar una nueva guerra en Medio Oriente. También cuestionaron la falta de detalles sobre una nueva amenaza que justificara la orden de Trump para matar a Soleimani.

“Lo que siempre frenó a presidentes republicanos y demócratas de tener como objetivo a Soleimani fue una simple pregunta: ¿Ese ataque vale la probable represalia y la posibilidad de involucrar a Estados Unidos en un conflicto largo?”, indicó la diputada demócrata Elissa Slotkin, una ex analista de la CIA. “Los dos gobiernos para los que trabajé indicaron que los fines no justificaban los medios”.

“¡Muerte a EE.UU.!”, pide multitud en el cortejo

Miles de iraquíes, al grito de “¡Muerte a Estados Unidos!”, participaron ayer sábado en el cortejo rumbo al funeral del general iraní Qasem Soleimani y del líder miliciano Abu Mehdi Al Muhan. El cortejo salió de Kadhimiya, un distrito chiíta de Bagdad, rumbo a la Zona Verde, donde hay edificios de gobierno y embajadas y donde se celebrará el funeral oficial. Los féretros de los cinco iraquíes fueron llevados a Kazimiya en vehículos con la bandera nacional, en medio de una muchedumbre vestida de negro.

Los cuerpos de los cinco iraníes estaban cubiertos con la bandera de su país.

Algunas personas llevaban retratos del líder supremo iraní, Alí Jamenei, o del jefe del Hezbolá libanés, Hassan Nasrallah, que asegura formar parte, junto al Hashd, de un “eje de resistencia” a Estados Unidos e Israel en Medio Oriente. (Fuente: AFP)

El vocero militar de Irán dice que habrá respuesta “aplastante”
Protestas contra Donald Trump en Irán. Foto: AFP

El presidente de Irán, Hasan Rohaní, advirtió ayer a Estados Unidos de que las repercusiones por el asesinato del comandante de la Guardia Revolucionaria Qasem Soleimani tendrán su eco en la región.

“Los estadounidenses no se dieron cuenta del gran error que cometieron; los efectos de este error los verán no solo hoy sino a lo largo de los próximos años”, subrayó Rohaní durante su visita a la familia de Soleimani. Tras el ataque, las autoridades iraníes, entre ellas su líder supremo, Alí Jamenei, clamaron venganza, como también prometió el presidente de Irán a la familia del influyente general fallecido.

No se espera una respuesta inminente y el blanco pueden ser aliados regionales de Estados Unidos como Arabia Saudita e Israel. El portavoz de las Fuerzas Armadas iraníes, Abolfazl Shekarchí, adelantó que Irán “evitará tomar medidas apresuradas”, pero que la venganza será “aplastante”.

Según Rohaní, el ataque perpetrado en Bagdad por Estados Unidos “permanecerá en la historia de sus mayores crímenes inolvidables contra la nación de Irán”. Destacó que Soleimani “no era solo un comandante de guerra y un importante planificador de operaciones, sino también un político y un estratega excepcional y talentoso”.

Por ello, aseguró que “los jóvenes iraníes siguen y aman el camino” trazado por el comandante de la Fuerza Quds y que en Irán “se crearán si Dios quiere decenas de generales Soleimani”.

“Sin duda, si Estados Unidos era odiado antes, hoy es mucho más odiado entre la gente de Irán y de Irak”, agregó aludiendo a que también en el país vecino el general era muy influyente.

La milicia iraquí Multitud Popular también ha amenazado con vengar el asesinato, al igual que otros grupos chiítas regionales afines a Irán y como el libanés Hezbolá, lo que eleva los temores a una escalada.

El ministro de Asuntos Exteriores de Catar, Mohamed bin Abderrahman al Zani, viajó apresuradamente hoy a Teherán para reunirse con su par iraní, Mohamad Yavad Zarif. Al Zani describió como “preocupante” la situación regional e instó a encontrar “una solución pacífica” (Con información de Efe)

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