La provincia de Corrientes define al sucesor del radical Gustavo Valdés, en medio de tensiones en Argentina

La tónica fue de altas confrontaciones políticas y una Casa Rosada aún bajo los efectos shockeantes de la difusión de audios que comprometerían a Karina Milei.

Gustavo Valdés.
Gobernador. Gustavo Valdés declaró a la prensa “nunca tuve memoria de una campaña tan sucia”.
Foto: @gustavovaldesok

Al cierre de esta edición, se daba por finalizada la votación para gobernador en la provincia de Corrientes, Argentina, con expectativas sobre los resultados. Estas elecciones son importantes porque, de alguna manera, constituyen un indicador, entre otros, sobre cómo están parados el oficialismo y la oposición en el mapa político de ese país.

En la sede de la UCR se vivían ayer momentos de incertidumbre, a la espera, según datos extraoficiales, de un triunfo en primera vuelta en el proceso electoral que definirá al sucesor del radical Gustavo Valdés por los próximos cuatro años. El intendente Juan Pablo Valdés, el hermano del gobernador, se transformaría así en el nuevo gobernador de la provincia. Pero hay dos candidatos opositores, Ricardo Colombi y Martín Ascúa, que pugnan por entrar al balotaje.

Tras el cierre de la votación, en el comité oficialista se atribuían la victoria, mediante la difusión de un mensaje en las redes sociales con la leyenda “ganamos”, mientras que en el bunker peronista daban a su candidato Ascúa “en segunda vuelta”.

Según el presidente de la Junta Electoral, Gustavo Sánchez Mariño, votó más del 70% del padrón habilitado para hacerlo en toda la provincia. De ese modo, mejoró el nivel de participación respecto de otras provincias, como Santa Fe, donde apenas osciló en la mitad del padrón. El mal tiempo en algunas localidades, como Virasoro, donde granizó, complicó la votación hacia el cierre del comicio.

Cerca de un millón de correntinos (950.576 eran los habilitados según el padrón) estuvieron habilitados para elegir 15 diputados provinciales, cinco senadores e intendentes en 73 localidades, incluida esta ciudad capital. Pero la expectativa estaba puesta en el sucesor de Valdés, muy activo durante la campaña para asegurar la continuidad de su proyecto. De hecho, se postula a senador provincial y se comporta como si fuera el principal candidato del oficialismo.

Cuando el gobernador Valdés terminó de votar ayer en la escuela Sarmiento, ante un enjambre de periodistas, se mostró confiado y negó las acusaciones vinculadas a los incidentes del pasado jueves en la caminata de Karina Milei por la peatonal céntrica (la hermana del presidente y él mismo fueron abucheados). “Ellos pidieron que la Policía no esté. Y después la Policía actuó” , afirmo. Asimismo, criticó a sus rivales: “Nunca tuve memoria de una campaña tan sucia”, lanzó.

Luego, ante una pregunta, comparó los casos del niño desaparecido Loan con el del fiscal Alberto Nisman. “La Justicia federal y todos los correntinos seguimos buscando a Loan, como a Nisman”, dijo.

Por lo pronto, las encuestas coincidían en adjudicar el favoritismo a Juan Pablo Valdés, intendente de Ituzaingó y hermano del gobernador, al frente del oficialista Vamos Corrientes. Las consultoras diferían, eso sí, en el porcentaje que Valdés le sacaría a la fórmula peronista Limpiar Corrientes que encabezaba el intendente de Paso de los Libres, Martín Ascúa, y a la de Encuentro por Corrientes, que postula al exgobernador Ricardo Colombi, el caudillo provincial que buscaba su revancha y un eventual cuarto mandato.

En teoría con menos chances y la posibilidad de quedar cuarto, si los sondeos no se equivocaron, aparecía el dirigente libertario Lisandro Almirón, el “candidato de Milei” en la provincia.

Cumpliendo su promesa de denunciar cualquier irregularidad, Almirón envío ayer de mañana a la prensa un audio en el que afirmaba que “muchas mesas de la capital” no abrieron, ya que la empresa Andreani, encargada de la distribución de las urnas y que reemplazo en esa tarea al Correo Argentino, estaba “capacitando en el momento” a sus empleados.

Lo cierto es que el ambiente está pesado. La Casa Rosada enfrenta un escenario que se presenta adverso, una semana antes de las cruciales elecciones bonaerenses y aún bajo los efectos shockeantes por la difusión de audios protagonizados por Diego Spagnuolo que vinculan a Karina Milei y a otros miembros del gobierno, como el subsecretario y responsable del armado nacional libertario, Eduardo “Lule” Menem.

Voceros del oficialismo especulaban ayer que el episodio de violencia podría generar “una corriente de simpatía” por la lista encabezada por Almirón, aunque reconocían que el efecto de mejora electoral sería “mínimo”.

La preocupación del oficialismo se centraba en la posibilidad, que de todos modos ven improbable, que Colombi terminara segundo y lograra forzar una segunda vuelta. “Puede aglutinar a la oposición”, dijeron desde el oficialismo, en relación al antiguo cacique de la UCR, de quien sospechan podría haber iniciado contactos con otras fuerzas de cara a una hipotética segunda batalla.

La Nación (GDA)/ Corrientes

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