José María Costa/La Nación (GDA)
Sobrevuela el misterio alrededor de la muerte de Fabián Sturm Jardón, el ciudadano uruguayo de nacionalidad española, que fue asesinado en el barrio Recoleta, Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Según informa el diario La Nación, hay dos hipótesis que manejan los investigadores que se pueden excluir o complementar.
“Hay dos hipótesis, una es que el asesinato estaría vinculado a la venta y compra de automóviles con la participación de la comunidad gitana. Aparentemente, un mal negocio o una traición derivó en el brutal crimen. La segunda teoría tiene que ver con un homicidio que sucedió en Pilar (provincia de Buenos Aires) del que estarían acusando a la víctima. Por ese homicidio, por esa situación que sucedió en Pilar, lo rastrearon, lo siguieron y lo asesinaron”, resumió ante La Nación uno de los investigadores que cree que en las próximas horas puede haber un panorama más claro.
El hombre de 42 años fue asesinado a traición este jueves minutos antes de la una, en la puerta de un kiosco ubicado en la calle Paraguay al 2900, entre Agüero y Laprida. Según informaron a La Nación fuentes de la Policía de la Ciudad, un testigo presenció cómo el asesino descendió de un vehículo estacionado y sin mediar palabra disparó varias veces contra la víctima. Luego huyó a pie. Las imágenes de la cámara de seguridad instaladas en la puerta del local, que está abierto 24 horas, confirmaron lo dicho por el testigo.
Personal de la Comisaría Vecinal 2B se dirigió al lugar tras el crimen. Al llegar encontraron al hombre tendido en la vereda con al menos tres tiros en la espalda. Además, en el frente del comercio había dos impactos de bala. En la zona se recogieron cuatro casquillos. En ese marco, se pidió la presencia de unidades del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) para que trasladaran al hombre al Hospital Fernández, donde finalmente fue constatada su muerte.
El asesinato quedó grabado por una cámara de seguridad. En el video, que dura casi dos minutos, se ve a un par de personas en la entrada del comercio, hablando, y luego a la víctima, vestida con una remera oscura y una bermuda clara, que camina hacia la vereda tras bajar de un auto. En ese momento el agresor, con un buzo oscuro con capucha, una peluca y lentes, lo alcanza rápidamente y le dispara desde atrás.
El hombre cae al piso y el delincuente, que lo había sobrepasado, vuelve, le efectúa otro disparo, le arranca la riñonera y se va del lugar a pie. La víctima quedó tendida en el piso, cubierta en sangre. En medio de la primera ráfaga de disparos, los que se encontraban en el lugar huyeron para resguardarse. En menos de 30 segundos aparece en escena a efectivo de la policía de la Ciudad. El uniformado trató de asistir a la víctima y dio aviso a través de su radio.
En la causa Interviene la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°13, a cargo de Marcelo Roma, quien dispuso el secuestro del vehículo, de donde se bajó el asesino, y de cuatro cartuchos de bala para realizarles las pericias correspondientes. Fue su pareja quien se presentó en la fiscalía y aportó los datos tras ver el video del crimen. La víctima estaba radicada en el país y vivía en la zona norte bonaerense en un barrio cerrado.
En las primeras horas de la investigación, pudieron determinar que el asesino utilizó un arma calibre 9 milímetros que tenía una especie de silenciador que se usa para distorsionar los proyectiles y que no se puedan cotejar después con el arma desde la que se disparan.
También se hizo un barrido de las cámaras de seguridad, públicas y privadas, instaladas en las inmediaciones al kiosco y se puso la lupa sobre dos vehículos. Uno de ellos es un auto marca Volkswagen, modelo Surán, de color gris, desde donde bajó el asesino tras ver pasar a la víctima. El otro rodado es de marca Renault, modelo Logan, en el que llegó la víctima y había dos personas que ya fueron identificadas. Se cree que habrían sido los entregadores. Sobre el auto Surán se determinó que llevaba 24 horas estacionado en la calle y que se trata de un rodado con patente adulterada.
Por la tarde, se hicieron allanamientos en diferentes puntos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en base a los dominios y registros de ambos vehículos.
Otro crimen en un kiosco, pero dos meses antes
Sturm Jardon estaba bajo la lupa judicial en el marco de un caso de homicidio ocurrido en el partido de Pilar, el mismo donde la víctima se había instalado junto a su familia.
Se trata del crimen de otro uruguayo, Marcelo González Algerini, de 36 años, que fue asesinado hace dos meses también frente a un kiosco. Según La Nación, a González Algerini lo mataron el sábado 12 de octubre a las 18.15. Había salido de su casa del barrio Finca San Agustín, en Pilar, en una camioneta Chevrolet Tracker, con Teófilo Américo S. J., un uruguayo de 80 años, padre de su socio, para hacer compras. Teófilo Américo sería el padre de la víctima de Recoleta sobre quien pesaba un pedido de captura.
Cuando llegaron a un quiosco, Teófilo Américo se bajó del vehículo. González Algerini se quedó en el vehículo, esperando. De pronto, a la par de la Chevrolet Tracker, se detuvo una camioneta Jeep Renegade desde donde comenzaron a disparar. Diez tiros, cuatro proyectiles impactaron en el cuerpo del conductor, que murió casi en el acto.
En un primer momento, la investigación del homicidio quedó a cargo del fiscal de Pilar Germán Camafreita, con la colaboración de detectives de la Subdelegación Departamental de Investigaciones (SubDDI) de Pilar, quienes allanaron la casa del barrio Finca San Agustín, donde vivía la víctima. Intervino el juez de Garantías Nicolás Ceballos.
Alguien había estado en la casa de la víctima. Se había llevado el disco rígido (DVR) que graba las filmaciones de las cámaras de seguridad. Había sido el hijo de Teófilo Américo, el socio de la víctima, que era buscado por los detectives policiales y judiciales hace dos meses y en la madrugada del jueves fue acribillado.