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“Apagones” voluntarios en Cuba; la luz aumenta 500%

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“Magia es lo que haremos” para pagar, dicen los cubanos. Foto: EFE

REFORMAS ECONÓMICAS DEL RÉGIMEN

La subida es una de las medidas que acompañan al largamente pospuesto proceso de unificación monetaria y cambiaria que arrancará el primer día de 2021.

Los “apagones” serán voluntarios a partir del 1 de enero en Cuba, donde la electricidad costará hasta un 500% más tras años fuertemente subsidiada, un aumento que hará que los cubanos piensen dos veces si encienden el aire acondicionado o más lámparas de las estrictamente necesarias.

La subida es una de las medidas que acompañan al largamente pospuesto proceso de unificación monetaria y cambiaria que arrancará el primer día de 2021 junto a una reforma salarial y la retirada de buena parte de los subsidios a los productos básicos y servicios.

Si en tiempos de crisis los cubanos siempre han temido a los cortes de suministro programados que alcanzaron su mayor intensidad en el “periodo especial”, cuando la población pasaba más horas sin electricidad que con ella, ahora los “apagones” cobrarán a regañadientes la categoría de autoinfligidos por miedo a la factura de la luz.

“Voy a rezar para que me alcance para poder pagar la electricidad a fin”, señala a EFE Isi, una joven guía de turismo que a la pregunta de qué hará para ahorrar en la factura espeta: “magia, magia es lo que vamos a hacer”.

Hasta ahora los servicios básicos estaban subsidiados, lo que mantenía relativamente controlado el coste de la vida en la isla a pesar de los bajos salarios y pensiones.

Con el nuevo año también aumentarán los precios del agua, mientras las telecomunicaciones de momento parece que se mantienen, pero ya tenían uno de los costes más altos del mundo.

Las nuevas tarifas para los hogares se dividen en diez tramos en los que el precio se incrementa a mayor consumo.

Los precios oscilan entre los 0,40 pesos por Kwh que pagarán quienes gasten de cero a cien Kwh, a los 25 pesos (poco más de un dólar) que deberán abonar quienes superen un consumo de 5.000 Kwh.

Aunque los salarios suben en 2021, el porcentaje de los ingresos que los hogares tendrán que destinar a la factura eléctrica aumenta en una proporción aún mayor.

Con este panorama, los cubanos no han tardado en hacer inventario de sus efectos eléctricos y sacar la calculadora para anticiparse al susto de la nueva factura, que no llegará hasta febrero.

En las redes sociales proliferan también las ecuaciones. Un internauta que dice tener un refrigerador, dos aires acondicionados y un calentador eléctrico calcula que por un consumo de unos 700 Kwh pasará de pagar 38 dólares a unos 178, más del 60% de su salario.

El Gobierno, mientras, aduce que los nuevos precios buscan “desestimular el consumo” e incentivar el ahorro.

El pasado domingo el ministro de Economía, Alejandro Gil, defendió en la televisión estatal que la fórmula es “justa y equitativa” y que se aplicaron “fórmulas socialistas” para seguir protegiendo a quienes tienen menores ingresos.

Sin embargo, el despiadado calor caribeño hace que sean ya pocos los hogares, humildes o no, los que no tienen al menos un aparato de aire acondicionado, muchos gracias a la ayuda económica que reciben de la familia en el extranjero. Lo mismo pasa con los congeladores de gran tamaño, utilizados para acopiar comida ante el crónico desabastecimiento en el país.

A ello se suman las miles de cocinas, calentadores y ollas eléctricas que hay en los hogares cubanos desde la llamada “Revolución Energética” iniciada en 2006 por el ya fallecido expresidente Fidel Castro.

Estos aparatos, en su mayoría fabricados en China, sustituyeron a los viejos equipos soviéticos que consumían todavía más energía.

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