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Animales en peligro de extinción reaparecieron en su hábitat natural

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Leopardo de las nieves. Foto: Naciones Unidas

NATURALEZA

Entre marzo y abril fueron vistos varios animales que se creían en peligro de extinción. También se vieron animales salvajes en varias partes del planeta.

Especies en peligro de extinción y especies salvajes han aparecido en las ciudades de todo el mundo. Desde un leopardo de las nieves, hasta jabalíes y orcas.

Hay entre 4.000 y 7.500 leopardos de la nieve en las zonas montañosas de China, Rusia y la India, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Lamentablemente, su hábitat ha venido sufriendo estragos a causa del calentamiento global. Además, este animal es cazado por su piel y tiene dificultad para alimentarse, pues los animales que consume (ovejas y cabras salvajes) también se cazan ilegalmente.

Por todo esto, resultaba difícil avistarlo. No obstante, el mes pasado se pudo observar a una hembra en el Parque Nacional Sailugem, ubicado al sur de Rusia. Aquella área protegida acoge al águila esteparia, el halcón saker y el buitre negro, entre otras aves.

La tortuga laúd es de las más grandes tortugas marinas en todo el mundo, ya que supera los 500 k y alcanza hasta 2 m. El 2019, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hizo pública su preocupación por la sobrepoblación de las hembras.

Sucede que, a la fecha, existen 34.000. Tal cantidad rebasa largamente a la de los machos por 116 a 1 y genera problemas de reproducción. Aquella diferencia abismal es consecuencia del calentamiento global. Las altas temperaturas de la arena donde los huevos son depositados se traduce en el nacimiento de hembras. Por otra parte, el comercio de su carne y la contaminación de los océanos son amenazas a las que se enfrentan y por las que mueren. La tortuga laúd vive en los mares de México, Brasil y Costa Rica. Sin embargo, el turismo masivo de estos destinos ha hecho que migren. En marzo último, y ante la falta de turistas en Cancún, una de ellas recuperó su hábitat y puso 112 huevos en una de playa del área hotelera.

Hace 70 años, el pollo quebrantahuesos se extinguió del Parque Nacional de los Picos de Europa (España). Sin embargo recientemente nació uno en el parque. La noticia la dio la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCB). ¿Pero cómo ocurrió? En el 2010 la FCB llevó a una hembra que habitaba la Cordillera de los Pirineos (entre Francia y España) a los Picos de Europa para protegerla. Cuatro años después, un macho sorprendió con su arribo. Así, la reproducción fue posible. La demora, no obstante, se debió a dos factores. Primero, cada pareja pone solo un huevo al año. Segundo, por condiciones climatológicas y accidentes naturales, el huevo no resistía. Afortunadamente, los investigadores de la FCB siguen con gran expectativa el crecimiento del polluelo que estará listo para volar en junio próximo.

Resulta importante destacar que la responsabilidad de su desaparición recae, principalmente, en el ser humano. Este pájaro sobrevolaba la Cordillera Cantábrica, que se extiende desde los Picos de Europa hasta los Pirineos. Hablamos de un sector turístico frecuentado por esquiadores y excursionistas profesionales. El pollo quebrantahuesos muere a causa del contacto directo con los cables de los postes eléctricos o al comer los huesos (de ahí su nombre) de la oveja o del zorro envenenado que los cazadores utilizan como carnada para capturar a otras especies.

Por otro lado, en Vancouver se pudo ver una manda de orcas, no habitual en esa área.

En Venecia , por ejemplo, sus aguas se volvieron cristalinas, aparecieron cisnes blancos impolutos, delfines y centenares de peces que hoy nadan en esas estrechas calles que solían estar atestadas de turismo.

Pero eso no es todo. Ante una cuarentena que ya lleva semanas, ovejas, jabalíes y caballos aparecieron en la calle y fueron registrados por usuarios que subieron fotos y videos a las redes.

En Roma aparecieron patos silvestres, mientras que los delfines llegaron a varios puertos italianos. En el Parque Nacional de las Calanques, cerca de Marsella (sudeste de Francia), cerrado al público por el confinamiento, "la naturaleza y los animales están regresando a sus espacios naturales a una velocidad sorprendente", dice su presidente Didier Réault.

"Las pardelas que solían anidar en los archipiélagos, en áreas altamente protegidas, ahora se están reuniendo en el agua", explica.

Lo mismo ocurre con las plantas. Las orquídeas salvajes, protegidas, crecen a finales de abril/principios de mayo y a veces son recogidas por los caminantes, dice Jean-Nol Rieffel, director regional de la Oficina Francesa de la Biodiversidad.

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