La organización no gubernamental Mujer y Salud en Uruguay (MySU) lanzó ayer el informe "Salud Sexual y Reproductiva y servicios de Aborto en Uruguay", en que se señala que el 81,3% de los profesionales de ginecología de Paysandú (13 de 16) son objetores de conciencia, misma situación que se da con el 42,9% de los de Río Negro (3 de 7).
Por otra parte, se advierte que la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), se negó a dar los datos sobre el departamento de Soriano.
El trabajo advierte, también, sobre una fuerte estigmatización contra las mujeres que puedan pensar en realizarse un aborto, y lo documenta con citas de entrevistas llevadas a cabo en estos departamentos, a mujeres de entre 15 y 49 años, de variados niveles educativos y que se atienden tanto en prestadores públicos como privados.
Entre los testimonios se pueden leer consideraciones como estas:
—Lo llamemos como lo llamemos, está interrumpiendo una vida.
—Es matar a alguien, porque por más que se lo saques a tiempo, que digas que no esté formado ni nada, es una vida.
Por otra parte, las mujeres advirtieron en sus testimonios que en el interior es difícil que se cumpla la ley en cuanto a la confidencialidad:
—Las cosas malas se difunden rápido; sí, acá se entera todo el mundo enseguida.
—En ciudades chicas, te enterás; de las cosas malas siempre te enterás; bueno malas, por decir malas.
También manifestaron la existencia de una importante cuota de discriminación:
—La familia cómo la trataría… Seguramente… Esto hipotético, ¿no? Condena la conducta. Creo que no hay acompañamiento.
—Ya sé quiénes me discriminarían, lo tengo claro.
—En mi barrio reaccionarían con críticas, con etiquetas, con murmuraciones.
—No se lo diría a nadie. Y no sé si iría a un médico de acá, capaz que iría a hacerlo a otro lado.
—No se lo diría a nadie y no sé si iría a un médico de acá.
Informe de ONG admite una fuerte estigmatización