ESCAPE
Los menores salieron corriendo durante actividad en una plaza en Brazo Oriental ayer, fuera del centro.
En lo que va del año, 13 jóvenes se escaparon de los centros del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) durante las actividades que se realizan fuera de sus instalaciones. La última fuga sucedió ayer cuando escaparon dos internos de 15 años. Los jóvenes fueron a una plaza en Brazo Oriental, como todos los martes, y, en un momento, huyeron corriendo.
La presidenta del Inisa, Rosanna de Olivera, aseguró a El País que las fugas durante las actividades son “riesgos que se corren” y que asumen. Además, aclaró que los reclusos van a esas instancias con una autorización de un juez y acompañados de educadores -funcionarios encargados de cuidar y controlar a los adolescentes-.
“Son situaciones que le suceden al Inisa”, comentó en la misma línea la directora por el Frente Amplio, Andrea Venosa. En ese sentido, aclaró que “pocas veces es por una negligencia de los funcionarios”.
En lo que va del año, se escaparon 13 adolescentes, de los cuales ninguno volvió aún, informó Venosa. El dato no presenta grandes diferencias frente a años anteriores: en 2020 hubo 18 y en 2019 fueron 19, según datos del Sistema de Información para la Infancia, proporcionados por la directora. “Estamos en el mismo número que las administraciones anteriores”, añadió.
No todos los jóvenes pueden salir de los centros. Antes de que vayan a las actividades, el Inisa realiza un estudio de la situación de cada uno. La directora del Frente Amplio señaló que “se analiza que el adolescente haya hecho un buen proceso y, por tanto, esté apto” para concurrir a esas instancias.
Al mismo tiempo, aclaró que esos análisis “pueden fallar”. Puede que se realice de “manera apresurada” y, en realidad, el joven aún “no estaba para salir”. Otra opción es que “sean tentados por factores externos” como “bandas en los barrios o problemas familiares” y “vean esa oportunidad” para escaparse.
El presidente del sindicato del Inisa, Víctor Mango, comentó a El País que las fugas “no son algo nuevo” para ellos. Y es que, en estas salidas, no se utilizan medidas de seguridad, por lo que hay un “riesgo constante”.
Hace poco tiempo, por ejemplo, se escapó un adolescente de una piscina municipal en el barrio Ituzaingó de Montevideo. También sucedió en la Plaza de Deportes N°12, en Brazo Oriental, mismo lugar de donde se escaparon hoy, recordó.
Personal
El presidente del sindicato contó que no suelen trasladar con más de cinco adolescentes por salida, para los que van dos educadores. Lo “ideal” sería que estén acompañados por más, pero sucede que en algunos centros “no hay suficiente personal”, añadió.
La directora del Frente Amplio también criticó la falta de trabajadores en los centros. En diálogo con El País, señaló que “no hay un acompañamiento de los educadores, como debería suceder, porque hay pocos”. A su vez, en el sistema hay “tres o cuatro” centros donde hay “más encierro”, donde coincide que tienen turnos con “dos o tres” empleados para 25 jóvenes.
En ese sentido, apuntó que es “imposible poder dar cumplimiento a todas las medidas socioeducativas” fuera de los centros porque tienen que ir acompañados.
Según el último censo del Inisa, que realizó Equipos Consultores, en los centros en Montevideo los “adolescentes pasan en promedio 17 horas dentro de la celda, mientras que en los centros en Canelones ese promedio se ubica en 15,5 horas”.
El Inisa planteó en el marco del proyecto de Rendición de Cuentas un aumento del presupuesto para contratar más personal. Sin embargo, en la Cámara de Senadores solo se dieron $ 42 millones por año para el funcionamiento del instituto.
Quieren que exista un menor nivel de encierro
La presidenta del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa), Rosanna de Olivera, dijo a El País que quieren que los jóvenes “tengan más” de esas instancias de esparcimiento y de capacitación. La cabildante indicó que buscan que los reclusos “no estén en el encierro”.
La idea es que “interactúen con otras instituciones y el resto de la comunidad”, añadió. Por ejemplo, ayer, un grupo de internados realizó un jardín en un hogar de ancianos.