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Reconstruyen rostro de mujer milenaria

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Así es el rostro de la mujer que vivió hace más de 1.600 años. Foto: Cícero Moraes

Tecnología forense

Murió hace 1.600 años en lo que hoy es Rocha; son los restos más antiguos del país.

A mediados de este año, el brasileño Cícero Moraes, especialista en reconstrucción facial forense, se comunicó con el Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) y le contó al director del establecimiento, Facundo de Almeida, que estaría visitando el país en noviembre. Le explicó que tenía la intención de reconstruir un cráneo de Uruguay. Según le dijo, era algo que intentaba hacer en todos los países que visitaba, como una forma de dejar una huella en cada sitio.

Los cráneos que había en el MAPI no eran originarios de Uruguay, por lo que decidieron comunicarse con el Departamento de Antropología Biológica de la Facultad de Humanidades en busca de algún resto local milenario. El investigador de ese departamento, Gonzalo Figueiro, le informó que tenían un cráneo de una mujer que murió hace más de 1.600 años en un montículo de los que se conocen como "cerritos de indios", en Rocha. Es, hasta el momento, el resto más antiguo hallado en el país, por lo que Cícero no lo dudó y decidió que sería ése el cráneo al que le pondría rostro. Ayer fue presentado en el MAPI el trabajo terminado.

Hallazgo.

El cráneo y el esqueleto completo de la mujer fueron hallados hace 30 años en Rocha en una excavación realizada por un grupo de investigadores, muchos de los cuales hoy son docentes de la Facultad de Humanidades. En ese mismo lugar se encontraron también otros restos, pero ninguno tan antiguo como este.

Para determinar la fecha aproximada en la que había muerto, en 2012 se envió un hueso de una falange al laboratorio del Departamento de Física de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos. Los resultados mostraron que la mujer había muerto hacía unos 1.600 años, mucho tiempo antes que la llegada de los europeos al continente.

Cícero Moraes, especialista en reconstrucción de cráneos estará en Uruguay en noviembre. Foto: Martin Dlouhý
Cícero Moraes, especialista en reconstrucción de cráneos. Foto: Martin Dlouhý

También se pudo determinar que murió con cerca de 45 años, que era de origen indígena y que tenía algunos rasgos asiáticos. "Hay un montón de técnicas que permiten, a través de ciertas características como las suturas craneanas, determinar la edad. Y a partir de ciertas características morfológicas que tienen que ver con la gracilidad o la robustez del cráneo, se determina el sexo. Cuanto más grácil, más posibilidad que sea femenino. Y cuanto más robusto, más chances de que sea masculino", explicó a El País el doctor y docente de la Facultad de Humanidades, Gonzalo Figueiro.

El dato más sorprendente sobre el cráneo —y que pesó también a la hora de elegirlo para ponerle rostro— fue el hecho de que los análisis mostraron que el ADN de la mujer pertenece a una variante que está solo presente en Uruguay, que estaba presente en el cacique Vaimaca Perú (uno de los charrúas que fueron torturados y llevados a París luego de Salsipuedes) y también en más de media docena de personas vivas en la actualidad que portan ese linaje. "No tiene descendientes, pero sí parientes lejanos vivos, tras un milenio y medio, lo que representa unas 50 generaciones", anotó Figueiro.

El proceso.

Para digitalizar la pieza, Luis Vázquez, estudiante de grado de la Licenciatura en Antropología de la Udelar, tomó 120 fotos del cráneo y la mandíbula, desde distintos ángulos. Estas fotos fueron enviadas a Cícero, quien digitalizó las piezas anatómicas en 3D mediante el software libre OrtogOnBlender.

Una vez que se realizó ese paso, Cícero, junto a expertos en antropología, colocó marcadores o referencias en distintas partes del rostro que indicaban el grosor del tejido blando. "Esos marcadores se basaron en el estudio de cientos de personas a las que se les realizaron mediciones para saber cuánto de tejido blando tenían. Es una media de una población", explicó el brasileño.

Eso ayudó a los especialistas al momento de estimar la cantidad de músculos, piel y gordura que debía tener cada una de las partes. Posteriormente, se hicieron las proyecciones de nariz, de las dimensiones de los labios, orejas y la posición de las órbitas. Finalmente, se realizó el proceso de escultura digital (lo que le da los rasgos al rostro) y una vez terminado, se procedió a la pigmentación de la piel y modelado del cabello.

"El rostro no es una identificación facial al 100% porque es muy difícil saber el tejido blando solamente analizando los huesos del cráneo. Es una proyección de cómo podría ser la persona", expresó Moraes.

Hacer el trabajo final le llevó al brasileño unos 7 días. "Estamos acostumbrados a realizarlo en menos tiempo porque al tratarse de una técnica forense, si estás trabajando junto a la Policía en una persona que fue asesinada, tenés que tener los resultados en pocas horas", dijo.

Según contó el director del MAPI, la reconstrucción facial será incorporada a la sala Cuenca del Plata —dentro de la exposición permanente—, en donde se incluirá un relato sobre el cerrito de indio e información sobre la mujer elaborada por la Udelar.

Video: Cícero Moraes

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