Por Eduardo Barreneche
Al final de la calle Grecia en el barrio Cerro, se encuentra el Astillero Montevideo S.A. donde también trabaja el taller naval y astillero Nitromar S.A. En el aire no solo se percibe la compañía del Río de la Plata sino también de la historia. El lugar fue fundado por una empresa británica orientada a reparar barcos hace más de un siglo atrás. En ese entonces, era de tal magnitud el trabajo que tenían los operarios ingleses que la firma utilizaba las tres rampas para varar y botar embarcaciones del varadero cerrense, actualmente se utiliza solo una de ellas El terreno del hoy Astillero Montevideo, ubicado frente a la Isla Humphreys, era conocido en esos años como “Varadero de Miller”, en alusión a su propietario de origen británico. H.S. Miller. En ese momento, el varadero era usado por los británicos para reparar la flota de balleneras que operaba en el Atlántico Sur.

Luego de los ingleses, el astillero pasó a manos de la firma Regusci y Voulminot, una de las principales industrias navales y metalúrgicas de Uruguay. En 1947, Regusci y Voulminot adquirió un dique flotante a Inglaterra de gran capacidad de levante (15.500 toneladas).

Más acá en el tiempo, en 1974, el grupo griego Tsakos compró el paquete accionario de la firma Regusci y Voulminot.

Entre los activos, el grupo griego obtuvo el “Varadero de Miller” que recuperó parte de su esplendor. En los noventa del siglo pasado, el varadero fue vendido a la Secta Moon y otra vez cayó su dinamismo.

En 2013, Techno Dive, la más importante empresa de buceo y de salvamento del país, compró el inmueble y propuso a los dos propietarios de Nitromar, Santiago García y Danilo López, utilizar las instalaciones -un galpón y una playa para trabajar en seco embarcaciones de más de 70 metros de eslora (largo) y elevado tonelaje- para realizar reparaciones y construcciones navales.

Los directores de Nitromar no eran en ese momento unos recién llegados al ramo de la industria naval. Desde su creación en el año 2000, el astillero Nitromar realizó innumerables reparaciones y reciclajes de embarcaciones, trabajando a flote, así varios alargues de pesqueros (en este mismo varadero), y en colaboración con el Dique de la Armada la construcción de dos barcazas para transporte de celulosa (de la empresa Botnia, hoy UPM), dos barcazas para transporte de combustibles y un empujador, estos últimos para Ancap.

En este momento, en el astillero se construye, una enorme nave con maquinaria de última generación y obreros especializados, una lancha con casco de aluminio. Esa embarcación será utilizada en el traslado de prácticos hasta los buques de gran porte que pretenden ingresar o salir a aguas oceánicas a puertos de la costa uruguaya.

Un largo camino

Danilo López se recibió de ingeniero en 1980. Fue el primer ingeniero diplomado en esa especialidad en Uruguay. En aquellos años, había otros dos ingenieros navales en el país que habían cursado estudios en el extranjero. Hoy, López es accionista del Astillero Nitromar y exdirector. El actual director de la empresa es su socio, Santiago García.

Hace más de cuatro décadas atrás, el entonces ingeniero López -hoy retirado- comenzó a trabajar en los diques Nacional y Tsakos en construcciones y reparaciones de embarcaciones. En 1986, un armador pesquero, propuso a Danilo López y Walter Sarasola (también empleado de Tsakos), construir una embarcación de pesca en Uruguay. Se trataba de una barco de 27 metros de eslora (largo), 7.50 metros de manga y tres metros de calado (profundidad).

Foto: Leonardo Maine.

“En aquel momento ese pesquero era considerado de media altura. Con Sarasola hicimos además otros cuatro barcos de 21 metros de eslora. Todos los cascos fueron construidos de acero naval”, recordó García.

En aquel entonces, la empresa se denominaba Ingeniería Naval S.R.L. y ese fue el inicio de las experiencias en construcciones navales de porte importante. En el año 2000 se crea una nueva empresa, Nitromar S.A. La novel firma arrancó con reparaciones de todo tipo en embarcaciones a flote. Se dedicaba a arreglos de cascos de acero, calderería, sanitaria e hidráulica, entre otros trabajos.

“Teníamos personal especializado para esas tareas”, dijo Santiago García, hoy encargado de la dirección del astillero Nitromar S.A.

Entre 1996 y 2006, la empresa trabajó en el puerto de Montevideo y su “base” se encontraba en un galpón ubicado en el barrio Aguada.

Entre 2006 y 2011 continuaron las reparaciones a flote, conjuntamente con las construcciones ya mencionadas en las instalaciones del Dique Nacional.

Actualidad

El ingeniero López explicó que la última etapa de la empresa comenzó en 2013 con su instalación en el predio actual de la calle Grecia a la altura del 3152.

“Nos dedicamos a subir y reparar barcos en este varadero. Realizamos tres construcciones de embarcaciones importantes y está en camino una cuarta”, dijo López.

Una de ellas es una lancha para servicio de prácticos, construida en aluminio de 15m de eslora, capaz de alcanzar una velocidad de 22 nudos, primera construcción importante en aluminio soldado realizada en el país.

La segunda es un buque multipropósito de 30m de eslora, casco de acero, con dos grúas, transporte de agua potable, tanques para almacenamiento de aguas contaminadas, capaz de realizar operaciones de salvamento, y transportar hasta 200 toneladas en cubierta.

Y la tercera fue una lancha de tráfico de aluminio, 25m de eslora, con grúa auxiliar, capacidad de 34 pasajeros, la mayor construcción en aluminio hasta la fecha.

“Los diseños son propios del astillero en acuerdo con los armadores de la embarcación a construir. Ellos saben qué tipo de barco precisan” para realizar sus trabajos, explicó López.

Los trabajos se realizan con personal propio y personal de Astillero Montevideo principalmente en las maniobras y movimientos de buques.

Según López, la sociedad entre estas empresas, Nitromar y Astillero Montevideo, facilitada por la amistad que une a sus propietarios, “ha permitido realizar obras importantes” para el desarrollo de la industria naval uruguaya.