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"Me saltaba el corazón de alegría", dijo Esteban Dieste tras declaración de Unesco

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Esteban Dieste en la Iglesia de Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes de Atlántida, que construyó su padre. Foto: Leonardo Mainé.

"Es un orgullo muy grande y entiendo que es de todos nosotros, de todos los uruguayos", expresó el arquitecto luego de que la iglesia de Atlántida fuera proclamada Patrimonio de la Humanidad.

Cuando tenía once años Esteban todavía no era un reconocido arquitecto, pero acompañaba a su padre, Eladio Dieste, a la obra de una iglesia que se estaba realizando en Estación Atlántida. Pasaba horas maravillado viendo como poco a poco todo tomaba forma. Años después, en ese mismo lugar, recibió la noticia de que la obra fue proclamada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Sentado en uno de los bancos de la iglesia, Esteban Dieste puede ver el juego de luces rojas y amarillas que se forma por el reflejo de la luz que entra por los vitrales, una característica clave del templo en el que se buscó aprovechar al máximo todos los recursos, incluso los naturales. Desde ahí, el arquitecto siente el corazón lleno de emoción por un logro que es de su padre, pero que para él pertenece a todos los uruguayos.

"Cuando escuché la noticia me saltaba el corazón, es un orgullo muy grande y entiendo que es un orgullo que es todos nosotros, de todos los uruguayos, porque si mi padre logró hacer las cosas que hizo es porque de algún modo tuvo el aporte del país y de los lugares donde vivió. Yo creo que esto es un triunfo de la cultura uruguaya", dijo el arquitecto a El País. 

Dieste considera incluso que esta obra refleja la humildad característica de los uruguayos, que incluso con esa modestia de pocos materiales y sin pretensiones de modas extranjeras "logró algo de altísimo nivel artístico".

Eladio Dieste. Foto: Archivo El País
Eladio Dieste. Foto: Archivo El País

De los comienzos y su historia

Eladio Dieste era católico ferviente, aunque su fe se desarrolló con los años y se bautizó siendo un adulto. El ingeniero se formó en una familia en la que no reinaba una cultura de creencia católica, si bien su padre, español, había tenido educación católica y cristiana.

Cuando se mudó a Montevideo se vinculó con un tío, hermano de su padre, quien era católico practicante y lo introdujo en el ambiente intelectual de la capital. Fue en ese momento cuando conoció a Esther Cáceres, escritora y reconocida militante católica. A partir de ahí su fe creció y se bautizó. 

"Por ahí viene la motivación y cuando tiene la oportunidad de hacer el proyecto de una iglesia lo hizo con mucho entusiasmo, dedicación y aprovechó a plasmar y a incrementar las estructura que estaba desarrollando y con las que estaba experimentando", relató Esteban Dieste a El País.

Aunque el proyecto que se le encargó consistía en hacer cuatro paredes y un techo con la técnica que él hacía y por la que ya era conocido. Sin embargo, el ingeniero vio la posibilidad de ir más lejos. "Mi padre aprovechó la oportunidad, no para hacer esa cosa tan simple que le proponían, sino que dentro del uso de un material humilde como el ladrillo y dentro de la austeridad de esos espacios, lo que hizo fue incorporarle técnica, dedicación y cariño para con ese material hacer algo de más calidad estética", contó. 

"Le puso todo su corazón y su concepción de lo que debía ser una iglesia dedicada al culto. Así introdujo algunas modificaciones y avances", explicó Dieste.

Una obra diferente

La idea del ingeniero y su inquebratable fe, llevaba a que Dieste tuviera una concepción muy democrática de cómo tenían que ser las ceremonias religiosas. Así, al realizar la obra, buscó que no hubiera una separación entre los celebrantes y los feligreses, el cura y los fieles, para evitar esa idea de poder y soberanía que se ve en algunos templos.

"El altar tiene un muro que es como si fueran brazos abiertos recibiendo al pueblo. Los escalones que separan el presbiterio de la nave son apenas dos y está como integrada al altar, algo que no sucedía en las iglesias en general que hasta tenían una baranda", indicó. 

En esa línea, Esteban Dieste recuerda las palabras de su padre, quien le decía que "una iglesia no debía ser una cosa de curas, sino una cosa de comunidad", para ir así un poco en contra "de esa concepción de que los curas y los obispos tenían poder sobre el pueblo". 

La obra fue creada entre 1958 y 1960 y denominada la Iglesia de Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes, está ubicada a unos 46 km de Montevideo y este martes fue proclamada Patrimonio Histórico de la Humanidad.

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