Los motivos por los que Ambiente rechazó el megaproyecto de 29 edificios en la zona rocosa de Punta Ballena

Después de varios meses de evaluación —y con idas y vueltas con los privados—, el ministerio decidió no darle la autorización ambiental previa, necesaria para la construcción de 320 unidades de vivienda en terreno privado.

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Punta Ballena.
Punta Ballena.
Foto: Ricardo Figueredo/Archivo El País.

El plan es ambicioso: 29 edificios de cuatro niveles, 320 viviendas y 462 plazas de estacionamiento. Esas son algunas de las características que tiene el megaproyecto —a las que se suman piscinas, calles internas, entre otras— que quieren construir privados en la icónica zona rocosa de Punta Ballena. Pero su futuro es, al menos, incierto: el Ministerio de Ambiente les notificó ayer que no les da la autorización ambiental previa, esencial para poder construirlo, incluso después de tener el visto bueno de la Junta Departamental de Maldonado.

El Ministerio de Ambiente en la resolución que envió a los privados —a la que accedió El País— dice que las evacuaciones de los desarrolladores —que presentaron dos escritos con consultas jurídicas y un informe ambiental después de que se conocieran un informe negativo del Área Evaluación de Impacto Ambiental del ministerio— no aportan “nueva información o fundamentos que modifiquen las conclusiones alcanzadas” previamente por técnicos de la cartera.

El Ministerio de Ambiente explica en la resolución por qué decide rechazar el pedido de los privados. El primer argumento es que esa zona de Punta Ballena “corresponde a una categoría de suelo urbano pero no consolidado, de fragilidad ecosistémica, correspondiente a áreas de alta sensibilidad ambiental, tanto por su fragilidad como por su vulnerabilidad frente a acciones antrópicas”.

También sostiene que el estudio realizado “identifica impactos ambientales negativos de alta significancia, tanto en la etapa de construcción como de ocupación, asociados directamente a la presencia física del proyecto, debido especialmente a la escala, características y urbanización del desarrollo urbano” que se quería implantar.

Un tercer argumento es que, de realizarse el proyecto, “se podrán generar afectaciones irreversibles sobre la diversidad biológica y el ecosistema terrestre, a la vez que provocará una modificación irreversible sobre el paisaje”. En ese sentido, dice que las medidas de mitigación que se propusieron son “inadecuadas o insuficientes”.

A su vez, se critica que el tránsito que generaría el proyecto en la zona “se sumaría a la problemática actualmente existente, especialmente en temporada alta, habiendo resultados parciales y de alcance limitado las medidas de gestión propuestas”.

Más allá de lo que dice el informe del Área Evaluación de Impacto Ambiental, que en su momento recomendó rechazar la solicitud de autorización ambiental previa, el Ministerio de Ambiente asegura que quedó en “evidencia durante la tramitación” de la autorización que el proyecto tiene una “percepción social negativa, manifestada especialmente a través de las instancias de participación públicas realizadas y previstas como parte del procedimiento, con un elevado número de apreciaciones y documentos técnicos que fueron analizados”.

El millonario argentino Ezequiel Carballo es una de las personas detrás del proyecto. En julio de 2024,ante la consulta de El País de qué haría si se les rechaza la autorización, respondió: "Voy a Punta del Este a descansar, no voy a pleitear. Así que, en el orden personal los pondría en venta y seguramente alguien con afán de litigar, los comprará y continuará con las acciones legales. Acciones legales que son muy sencillas porque es un trámite de ejecución de sentencia, no es que hay que hacer un juicio. Esto ya está terminado desde el punto de vista jurídico".

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