Hacia dónde planean mudar el parador La Huella de José Ignacio tras protestas de “vecinos ricos”

El parador La Huella de José Ignacio,Maldonado, se mudará tras las protestas de varios “vecinos ricos” por las fiestas que se hacen en ese lugar, dijo a El País Martín Pittaluga, uno de los propietarios del restaurante. Tras la resolución, Pittaluga explicó que aún no tienen decidido a dónde se van a ir. Pero aseguró que le gustaría seguir en Maldonado, ya que él vive en ese departamento desde 1983 y se siente como “un fernandino más” a pesar de haber nacido en Montevideo.

Pittaluga manifestó que les gustaría mudarse a un lugar que esté muy cerca de José Ignacio y que no “genere mucho impacto”. Además, resaltó que en toda su carrera como empresario gastronómico tuvo “10 restaurantes”, pero “ninguno como La Huella”.

“Buscamos un lugar que esté cerca del mar. Nosotros creamos algo más que un restaurante, creamos una atmósfera. Es algo muy fuerte lo que genera La Huella. Pero haremos otra Huella”, argumentó.

El empresario recalcó que aún no tienen establecida fecha para la mudanza, pero ya comenzaron a ver “nuevos locales” y se proyectan, como mínimo, en 2024 tener abierto la nueva Huella.

Una de las grandes fuentes de ingreso del histórico parador es la de organizar fiestas, principalmente casamientos que, según Pittaluga, se llevan a cabo fuera de la temporada de verano.

“Cuando hablamos de presiones de ‘vecinos poderosos’ o ‘vecinos ricos’ es porque nos presionan para enseñarnos cómo debemos comportarnos”, dijo el empresario. “No hay fiestas todos los días en La Huella, sino que son ocho en todo el año. Y lograron que cerráramos nuestros eventos. Por eso yo me pregunto: ¿es necesario prohibirnos y romper con la industria del casamiento en José Ignacio?”, añadió.

Pittaluga reconoció tener mucha preocupación por las “zonas vehiculares”, por el flujo de gente que llega al parador y la basura que genera el restaurante. No obstante, descartó que estén descontrolados “por los ruidos molestos” que hacen en el día a día.

Foto: Archivo El Pais

La Huella comenzó a funcionar el 21 de diciembre de 2001. Pasaron más de 20 años y el balneario cambió y mucho. Aumentaron las construcciones, hay más calles asfaltadas y un nuevo público visita José Ignacio.

Pittaluga contó que junto a sus dos socios conviven, desde hace un tiempo, con “muchas quejas”. Sin embargo, en diálogo con El Observador aseguró que no se trataba de una orden del gobierno departamental. “No hay un pedido de la Intendencia de Maldonado”, remarcó a El País, aunque esas protestas por las fiestas que se hacen en La Huella llevaron a adelantar la resolución de mudarse y crear “una nueva Huella”.

El empresario reiteró: “Por el lugar donde estamos y las denuncias de varios vecinos se nos presiona y notifica por ruidos molestos para que suspendamos los eventos. Nos pasó que el 21 de diciembre del 2022, nos suspendieron un cumpleaños y eso ayudó a acelerar nuestra decisión de mudarnos”.