Envidrio: empresarios negocian con estatal venezolana por el horno para reactivar planta tras ir a la Justicia

Los privados perdieron en una subasta en abril contra Envidrio y ahora, de no lograrse un acuerdo, “se articularán las acciones judiciales correspondientes".

Fabrica Envidrio
Planta industrial de Envidrio, fabrica de envases de vidrio que cerró hace más de cinco años.
Foto: Leonardo Mainé/Archivo El País.

A más de cinco años de que se cerrara Envidrio -escándalo mediante, con un procesamiento sin prisión-, privados continúan en la búsqueda de revivir la fábrica que está en el Parque Tecnológico Industrial del Cerro. De a poco, compraron las partes de la planta pero tienen el contratiempo de que una estatal de Venezuela les ganó en el remate del horno. Ahora -incluso después de que acudieran a la Justicia para que se anule la oferta venezolana- intentan llegar a un acuerdo para que no se lo lleven.

José Guichón, dueño del Parque Industrial Olmos, es la cara visible de los inversores, todos uruguayos. Desde el entorno del empresario explicaron que “en esta etapa se intenta un acuerdo para que no se desarme definitivamente el corazón del emprendimiento, el horno”. De no lograrse un acuerdo, continuaron en diálogo con El País, “se articularán las acciones judiciales correspondientes, las que determinarán otros tiempos pero, con el mismo objetivo”.

La liquidación de Envidrio S.A. se decretó en octubre de 2020, y en 2022 fracasó el intento de venta cuando quedó desierta la licitación de unos US$ 7.320.000. A partir de esto, los tres acreedores con garantías reales -Bandes, UTE y el Instituto Nacional de Cooperativismo (Inacoop)- salieron al mercado a buscar interesados, cada uno por su lado.

Los empresarios primero adquirieron la parte de Inacoop, que tenía los galpones con la maquinaria de la fábrica de vidrio; y en noviembre sumaron la de UTE, que incluía compresores de tornillo, secadores FD, purgas electrónicas y más. El perito Gabriel Ferreira indicó a El País que se remató por la base de US$ 80.000.

La parte que les falta es la que pertenecía a Bandes: la empresa remató en abril los bienes, entre los que estaba el horno, y los compró Venvidrio. Utilizando el argumento de que la compañía estatal venezolana se asoció con Envidrio, Guichón presentó una solicitud de anulación de la oferta de la venezolana ante la Justicia y pidió que se le adjudicara a él, segundo mejor postor.

En el escrito, tal como informó El País en ese momento, indicó que “resulta claro que la empresa venezolana Venvidrio C.A. (…) es una persona jurídica especialmente relacionada con la fallida (N. de. R: Envidrio S.A.), no solo por ser titular del 50% de su paquete accionario sino porque además fue administrador de derecho, o incluso aún lo es”.

Pero, como se mencionó anteriormente, ahora los privados y Venvidrio buscan llegar a un acuerdo.

En mayo, en una recorrida que hizo El País en la fábrica, Guichón argumentó su decisión de arriesgarse a comprar primero el galpón con la maquinaria: de no salir bien el negocio, puede vender los equipos a “otra fábrica de vidrio”. No obstante, aclaró: “Pero no es nuestro objetivo, queremos reflotar la planta. Queremos poder recuperar todo el vidrio que hay, que hoy se tira a los basureros; y abastecer el mercado local de vidrio y exportar lo que nos sobre”.

El empresario, convencido de revivir el negocio, relató en esa instancia que la planta tiene dos líneas de producción y que una, la que hoy tiene parte de los equipos tapados con nylon, “está sin uso”. En ese sentido, continuó: “La mitad de la fábrica está nueva. Cuando ellos comenzaron a fabricar, empezaron los problemas y nunca tuvieron el capital de giro suficiente para que la fábrica estuviera trabajando a full”.

“Sacar” el tema del “ámbito político”

El objetivo de los empresarios es “encontrar la eficiencia en la planta”, y “empezar a trabajar en nuevos mercados y en la búsqueda de oportunidades que se generan de empresas que necesitan -puede ser un formato distinto o un color diferentes- algunas especialidades que se podrían llegar a hacer y que de repente otras fábricas grandes no los atienden con tanta delicadeza”, contó Guichón en mayo a El País.

En esa instancia, el empresario insistió en “sacar” el tema del “ámbito político”. “Nos interesa que la planta se abra lo más rápido posible. Vamos realmente a lo comercial, a decir, el horno cuesta tanta plata y podemos o no podemos hacer un horno nuevo. Además de que entendemos que no es desarmable. Entonces ese es el razonamiento que hacemos, 100% comercial”, concluyó.

Fabrica Envidrio
Planta industrial de Envidrio, fabrica de envases de vidrio que cerró hace más de cinco años.
Foto: Leonardo Mainé/Archivo El País.

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