El próximo sábado comenzará en todo el país laprímera etapa del Censo Nacional 2023, que por primera vez en la historia de Uruguay podrá desarrollarse de manera virtual. Esta mecanismo estará disponible hasta el 17 de mayo. Allí el Instituto Nacional de Estadística (INE) pondrá a 7.000 personas en la calle para llevar al cabo el relevamiento de forma tradicional, puerta a puerta.
Esa tarea le demandará al organismo poner en práctica algunos "operativos especiales" en "contextos especiales". Por ejemplo, a la hora de ir a trabajar a los asentamientos irregulares que existen en varios departamentos.
Según explicó ante el Parlamento el titular del INE, Diego Aboal, en algunas de esas zonas se desarrollarán operativos grupales que requerirán un abordaje especial, que se deberá preparar de forma previa y con el apoyo de referentes locales. "Estamos coordinando con la Policía, no para que nos acompañe, pero sí para que exista una vigilancia periférica", dijo Aboal. En esos lugares se requerirá también el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), dado el conocimiento que esa secretaría tiene sobre esas zonas.
"Lograr abarcar esas zonas implica un desafío especial, fundamentalmente en la zona metropolitana", admitió el director.
Lucía Pérez, subdirectora del proyecto Censo 2023, indicó que se intentará que las personas encargadas del relevamiento vivan en esos lugares. "Eso facilitaría el acceso y evitará cierta sensación de inseguridad que podría sentir alguien que no resida allí", afirmó.
La delimitación de las zonas en las que se harán esos operativos "grupales" -en los que los censistas trabajarán de manera conjunta- se hará junto a los ministerios de Desarrollo Social e Interior, además de la intendencia departamental correspondiente.
El censo presencial le requerirá al INE otros "operativos" que, debido al contexto en que deben desarrollarse, significarán también un despliegue especial. Por ejemplo, los hogares colectivos, los residenciales de ancianos y las cárceles.
Los albergues y los que viven en la calle
El próximo censo relevará también a las personas que, por algún motivo, deben pernoctar en algún refugio del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) Para el mes de julio, en tanto, el INE prepara un censo específico para personas que viven directamente en la calle.
Más allá de despejar el dato de cuántos son los uruguayos que hoy deben vivir a la intemperie, este censo procurará abordar algunas cuestiones desde el punto de vista cualitativo. Por ejemplo, cuántas de esas personas tienen problemas de salud mental o presentan alguna adicción, cuántos fueron a vivir a la calle luego de salir de prisión o cuántos son inmigrantes.
En este caso y para evitar posibles "duplicaciones" el operativo se hará durante la noche. Se trata del momento en que estas personas no están caminando ni desplazándose. En este caso se aprovechará el conocimiento que tiene el Mides sobre los lugares a los que van a pernoctar los que, usualmente, no concurren a los albergues. "Vamos a salir a censarlos de noche para evitar contarlos dos veces en caso de que se hayan movido de un lugar a otro", explicó.
Las zonas rurales
Aboal informó que en buena parte de las zonas rurales del país el censo quedará cargo de la Policía. Así será salvo en lugares como Canelones, donde el INE puede tener mayor capacidad de desplazar a censistas y donde se hará un "mix".
La alternativa era que los policías oficiaran de choferes para recorrer las áreas rurales, pero se desechó al considerarse un "desperdicio de recursos". La decisión, por lo tanto, es que los uniformados queden allí a cargo del relevamiento, para lo que serán previamente capacitados. La intención es aprovechar el conocimiento que los policías tienen sobre los vecinos de esas zonas. "Incluso tienen hasta los celulares de la gente de su área, por lo que creemos que rápidamente pueden establecer contacto con las personas que residen en áreas rurales", dijo el titular del INE.