INSEGURIDAD
La decisión de enrejar espacios públicos de la vereda de las casas es tomada en barrios como La Comercial y Cordón luego de denunciar ante el Mides y la Policía por diversos inconvenientes.
"No queremos problemas con la Intendencia, porque no es una medida estética, sino de seguridad”. Así explica Marta, una vecina del barrio La Comercial, su decisión de enrejar la ochava con la que cuenta su casa. Lo hizo luego de encontrarse en varias ocasiones con personas en situación de calle durmiendo en ese lugar. Para tomar la decisión no se contactó con la Intendencia y desconoce si está o no permitido.
Su relato ha sido replicado por otros vecinos, que en diferentes zonas de Montevideo han alertado por situaciones de campamentos, a los costados o en el frente de sus hogares. La decisión de enrejar espacios de la casa es tomada luego de denunciar ante el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y la Policía por diversos inconvenientes.
Según la arquitecta Verónica Pastore hay zonas en las que “por normativa es obligatorio que las edificaciones cuenten con ochavas”, para evitar que las casas obstaculicen en las esquinas la visibilidad en el tránsito. Para la integrante del Departamento de Planificación de la Intendencia de Montevideo, enrejar el espacio que sirve de refugio para personas que no tienen un hogar es un hecho “cada vez más frecuente en el Municipio B”. De hecho, afirmó que se está sometiendo a discusión a la interna para generar cambios.
“Muchas veces este recurso puede significar un peligro para los peatones, por los materiales con los que se hacen como alambre de púas o fieros con puntas”, afirmó Pastore.

Ochavas
También conocida como chaflán es un recurso utilizado en edificios que se encuentran en esquinas. Las ochavas sirven para mantener la visibilidad de los conductores y para asegurar una circulación fluida a los peatones.
Casos
Marta decidió armar un pequeño vivero en aquel espacio de su casa que está entre rejas. Lo hizo para darle un sentido, más allá de que fue una medida forzada ante la situación de que personas sin un techo durmieran, consumieran drogas y hasta tuvieran enfrentamientos allí pegado a su casa.
“Teníamos una pareja que dormía aquí. El hombre llevaba una tobillera y tenían episodios violentos con su mujer en los que uno se veía incluido”, contó la vecina.
Según ella, la policía acudía al lugar y les pedía que se retiren, pero no pasaban muchos días hasta que volvían a instalarse.
La esquina de Cufré y Nicaragua no es el único caso. Bajando por esta última calle otros vecinos han tomado esta medida por la misma razón.

Sobre Acevedo Díaz vive Daniel, otro vecino que afirma no haber encontrado una solución distinta a poner rejas en ese espacio. En la esquina de su casa las personas prendían fuegos, hacían sus necesidades y en ocasiones tenían relaciones sexuales.
Fuera de La Comercial hay otros dueños que toman la misma medida. En el Cordón, entre las calles Palmar y Juan Paullier, tres de las cuatro esquinas tienen sus ochavas bajo rejas. Sobre Palmar dirige una inmobiliaria Silvia, quien asegura haber visto como “la zona se convirtió en un gran dormitorio”. “Prendían fuego para comer o calentarse y al llegar cerca de una persiana de madera se fue de control”, resumió.
En los tres casos afirman no haber pedido autorización a la Intendencia u otro ente e incluso Silvia asegura tener claro que está en falta.
“Yo sé que conlleva una infracción. Siendo sincera es horrible y me siento mal por la gente, pero es la solución que se encontró”, asegura.
De hecho, si la reja está en un espacio considerado como propiedad privada está permitida; pero no es así caso de estar en vía pública, por lo que la reja debe ser retirada, ya que para la IMM constituye una falta.