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Blindaje ante derrames petroleros

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La posibilidad de un derrame de petróleo es una constante amenaza para un sitio turístico estratégico como Punta del Este. Foto: Ricardo Figueredo.

FONDOS INTERNACIONALES DE INDEMNIZACIÓN

Proponen mayor cobertura ante riesgos de accidentes que puedan afectar a Uruguay.

La posibilidad de un derrame de petróleo es una constante amenaza para un sitio turístico estratégico como Punta del Este. Foto: Ricardo Figueredo.
La posibilidad de un derrame de petróleo es una constante amenaza para un sitio turístico estratégico como Punta del Este. Foto: Ricardo Figueredo.

Uruguay está en condiciones de poder acceder, con un mínimo costo, a una cobertura superior a los mil millones de dólares por eventuales daños que pueda causar un vertido de crudo al mar producido por un siniestro marítimo.

En la actualidad Uruguay tiene una cobertura para enfrentar daños ambientales producidos por vertidos de tanqueros por el equivalente a unos 300 millones de dólares, tal como lo establece el denominado "Fondo 1992" del que forman parte más de un centenar de países.

José Maura, director de los Fondos Internacionales de Indemnización de Daños debidos a contaminación de hidrocarburos (Fidac), con sede en Londres, estuvo en Uruguay y se reunió con autoridades que tienen injerencia en la temática. Maura dictó además varias conferencias, una de ellas en la Facultad de Derecho del Claeh de Punta del Este, donde expuso estos conceptos.

"El beneficio para Uruguay de pasar del Fondo 1992 al Fondo Complementario de cobertura es evidente porque hay muchísimo más dinero cubrir eventuales indemnizaciones frente a accidentes de este tipo", expuso Maura.

"Si hubiera un derrame muy importante que afectara a Punta del Este y al sector turístico, la cobertura sería de más de mil cien millones de dólares para responder ante daños causados por el derrame. Uruguay tendría un nivel de protección muy superior al que cuenta hoy y podría cubrir todos los daños eventuales", explicó.

Maura expuso que las indemnizaciones alcanzan no solo al daño ambiental sino a las actividades comerciales que puedan ser afectadas, como el caso de la industria turística de Punta del Este, si se volviera a repetir un incidente como el ocurrido con el tanquero San Jorge en 1997.

"Al país no le costaría nada; a la industria petrolera en Uruguay le supondría una contribución muy pequeña", contestó Maura al ser interrogado por el dinero que debe aportar el gobierno uruguayo para formar parte del "Fondo Complementario".

En la actualidad Ancap paga unos 2.000 dólares anuales para cubrir al país de un eventual derrame de crudo en su mar territorial. El cambio al Fondo Complementario sería por una exigua suma adicional.

Protocolo.

"Para que Uruguay pueda acceder al Fondo Complementario debe ajustarse a lo establecido en el protocolo elaborado en 2003 por la Organización Marítima Internacional (OMI), que está listo para ser ratificado. Solo falta que el Parlamento uruguayo lo apruebe y sea promulgado por el Poder Ejecutivo. Luego el Ministerio de Relaciones Exteriores debe notificar que el país adhirió al protocolo del año 2003 al secretario general de la Organización Marítima Internacional. A partir de esta notificación hay un plazo de tres meses para que Uruguay pase a ser miembro del Fondo Complementario", indicó Maura.

Asimismo informó que también planteó a las autoridades uruguayas la conveniencia de que el país adhiera al convenio de Sustancias Nocivas y Peligrosas (SNP), que todavía no entró en vigor. "Esto ocurrirá en un futuro muy próximo. Por tanto Uruguay tiene que pensar en ello. Y sé que el gobierno está reflexionando muy seriamente sobre este punto", dijo.

LA EXPERIENCIA DEL "SAN JORGE".

Un derrame en plena temporada

En febrero de 1997 se produjo el peor derrame de hidrocarburos registrado en el mar territorial uruguayo, en un punto situado a unas veinte millas náuticas al sur de Punta del Este. El buque tanque San Jorge, con cargamento de crudo, topó con un escollo no identificado por carta náutica alguna. Una importante cantidad de crudo fue vertido al mar. La corriente y el viento expulsaron el crudo mar adentro. Empero, las condiciones meteorológicas cambiaron y la mancha de petróleo se acercó a la costa. El impacto fue tremendo. Decenas de kilómetros de playa aparecieron de la noche a la mañana afectadas por la mancha de crudo. El peor impacto ocurrió en la Isla de Lobos y provocó la mayor mortandad que se recuerde. El desastre ocurrió en plena temporada turística. No había enconces rubros o fondos de libre disposición para ser empleados en las tareas de mitigar las consecuencias de semejante desastre. Para peor, las autoridades de gobierno se percataron que el Parlamento había estado omiso en aprobar el protocolo establecido por los Fondos Internacionales de Indemnización de daños debidos a contaminación de hidrocarburos (Fidac) y ese olvido de los legisladores le costó millones de dólares al país. El protocolo fue votado casi al otro día del incidente.

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