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MEF plantea dejar de regular las ferias y que pase a la órbita de la Intendencia de Montevideo

Feriantes critican desorganización y aumento del precio: “Si el metro de piso sigue subiendo va a ser inviable seguir haciendo esto”, advierte un trabajador.

Ferias vecinales en Montevideo
Ferias vecinales en Montevideo.
Foto: Francisco Flores

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Por Maite Beer
Todos quieren que haya ferias, pero nadie las quiere en la puerta de su casa, es una frase que repiten tanto los feriantes como en la Intendencia de Montevideo. La conveniencia por precios y cercanía que tienen las ferias es innegable entre los vecinos, por lo que los únicos problemas que surgen a raíz de los puestos es por la limpieza, la rotura de las veredas o el flujo de personas en la cuadra.

Las ferias están organizadas y reguladas por tres entes: la IMM, el Área de Defensa del Consumidor (Adeco) del Ministerio de Economía y Finanzas y la Asociación de Feriantes del Uruguay (AFU). Adeco se encarga de los permisos de cada puesto de feria y también de comunicarle a AFU la propuesta de traslado de ferias luego de cinco años.

Este planteo después pasa a la oficina de Planificación e Integración del Comercio Alimentario de la IMM, que analiza la logística del traslado -tránsito, limpieza y territorio- con el municipio y luego aprueba el plan. Una vez que hay acuerdo, la autorización depende de Adeco.

Sin embargo, la IMM y AFU juegan un rol importante porque, por un lado, la comuna se ocupa del cobro de metro de piso, que actualmente es de $ 20 el metro de puesto por día de feria. Por el otro, la AFU le cobra a cada feriante un ticket de $ 420 por día para que se cuente con un guardia de seguridad, con un baño químico y además le entrega tres bolsas de residuo para la limpieza, que luego es reforzada por la cuadrilla de la intendencia.

Adeco planteó que se quiere desligar de la regulación de las ferias para que pasen a estar en la órbita de la intendencia, aunque el director de esta oficina en el MEF, Álvaro Fuentes, dijo a El País que no saben cuándo se dará este proceso.

El jerarca dijo que las ferias son vecinales y, por tanto, es evidente que deben estar reguladas por las intendencias y no por una oficina nacional como sería Adeco. “Esta materia no corresponde a la defensa del consumidor”, señaló Fuentes y agregó que el involucramiento de Adeco es un error “que se arrastra históricamente”.

Carlos Varela, director de la División de la Promoción Económica de la comuna capitalina, sostuvo, en tanto, que “el tema es en qué condiciones, con qué objetivo y por qué Adeco dejaría de asumir la tarea”. El referente se pregunta si lo hacen porque no tienen recursos o por otro motivo, aunque aseguró que la intendencia está analizando la propuesta y no cerró ninguna puerta.

Feria vecinal en Montevideo. Foto: Archivo El País

Los feriantes

En medio de un día de calor sofocante y personas que circulan de allá para acá en Palmar y Simón Bolívar (Parque Batlle) comprando pescado, quesos, verduras y otros alimentos para el hogar, Hugo Seoane manifiesta que no tiene problemas en cuanto a quién se encargue del contralor de las ferias, pero sí tiene una posición tajante: el precio del metro de piso debe ser acorde a la devolución de servicios de la comuna.

“La feria genera ciertas molestias, como la generación de desperdicios, por más de que se embolse o barra, y entonces si pago el piso quiero encontrar mi puesto limpio y sin autos estacionados”, dice el feriante y apunta a los dos autos que están invadiendo un espacio que le corresponde. Se queja en cuanto a las personas que desconocen que hay ferias y estacionan los vehículos en la cuadra, por lo que le quitan espacio a los vendedores, además de que una vez armada la feria es imposible sacar los autos.

De esto ya se está ocupando la comuna capitalina al comprar cartelería para señalizar que en ciertas calles hay ferias tal día y en tal horario.

La feria es un “evento social imprescindible”, agrega el comerciante, porque es el que regula los precios y, sobre todo, tuvo un rol crucial durante la pandemia. “Pero vos tenés que hacerle un mimo a los vecinos”, dice Hugo, y menciona que si se rompe una baldosa la comuna -“por ese plus que te está cobrando”- la debería pegar y no debería tener que hacerlo el feriante con dinero de su bolsillo.

“Si la intendencia cumpliera con todo lo necesario para que el sitio quede en buenas condiciones, no me parece caro el metro de piso. Yo no tengo problema en pagarlo”, asegura el feriante. Él paga $ 9.000 por mes sumando las cinco ferias que hace por semana.

Por otro lado, el hombre cree la feria también debería aggiornarse a los horarios de hoy en día, en lugar de comenzar a las siete de la mañana y culminar a la una de la tarde, porque así no es posible llegar a los consumidores, sobre todo los más jóvenes que salen de trabajar a las seis. “Estaría bueno acortarlo en la mañana y extenderlo un par de horas en la tarde”, indica.

Por lo menos cinco feriantes plantearon a El País que lo mejor sería que hubiera un solo ente que regule las ferias. Muchos no tienen una opinión formada en relación a si lo mejor sería que permanezca en la órbita de Adeco o pase a la IMM, pero otros sí manifestaron que prefieren que sea el ministerio como ocurrió históricamente, sobre todo porque argumentan que cuando la IMM empezó a cobrar el metro de piso el precio fue subiendo.

“Siempre nos cobraban cinco pesos y una vez que la IMM se ocupó del cobro subió a $ 10, luego $ 16 y ahora ya nos cobran $ 20. Si sigue subiendo va a ser inviable poder hacer feria porque va a tener un costo elevadísimo”, explica Daniel Silveira, apicultor que vende en Santiago Vázquez y Masini. El comerciante apunta, asimismo, que la comuna tiene “fines comerciales” a diferencia del ministerio.

“Las ferias son el único lugar para que los productores puedan vender sus cosas y hoy en día es muy complicado abrir un negocio público”, enfatiza el vendedor de miel.

Otro comerciante que evitó decir su nombre, y vende en Mitre y Coronel Alegre, cree que si la intendencia se ocupara de la gestión, las ferias bajarían su calidad y menciona entonces a la feria de Piedras Blancas y a la Tristán Narvaja que, según el comerciante, “son un descontrol”.

“Está muy entreverado esto”, dice Sergio Galo, otro feriante de la misma ubicación, por lo que cree que debería haber un solo ente que nuclee todo. “Tendríamos que organizar de cero y que alguien diga estas son las condiciones de ahora en más”, continúa.

En frente al puesto de productos de limpieza de Sergio está el puesto de verduras de “Pancho”, que asegura que Adeco “se desentendió” de la gestión de las ferias y ahora hay un solo inspector para 23 ferias diarias. “Acá ni vino, no hay control de nada, es un desastre”, opinó el comerciante que trabaja en ferias hace 40 años. Pero también está en desacuerdo con los precios de la IMM y piensa que la solución, entonces, es que el único organismo regulador sea el ministerio.

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“Mucha plata para un baño y seguridad”

Más allá de quién es el ente encargado de regular las ferias, otra de las cuestiones que genera conflicto entre los feriantes es el pago del metro de piso, porque muchos no lo abonan. “Pancho”, vendedor de verduras, incluso llega a decir que el 90% no lo paga. El cobro es potestad de la IMM, pero al ser consultado sobre el incumplimiento, Carlos Varela aseguró que está entre las obligaciones del feriante, aunque no existen sanciones para quien no lo paga.

Sin embargo, según Gustavo Dubroca, miembro de la comisión directiva de AFU, quienes no lo pagan tienen una deuda, algo que quizá no todos los feriantes sepan. De todos modos, el dirigente remarcó que se tiene “un muy buen diálogo con la IMM” y que en poco tiempo se anunciarán cambios muy favorecedores.

Por otro lado, también hay un conflicto en cuanto al ticket que cobra AFU por día, que tiene un total de $ 420. “Es mucha plata para un baño y seguridad”, sostiene “Pancho”, un feriante, y detalla que si él trabaja cinco días a la semana, paga $ 2.100 y destaca que son $ 8.400 por mes. “Es un robo”, se quejó otra feriante, vendedora de pescado en Palmar y Simón Bolívar.

“AFU se ha vuelto un organismo con fines de lucro”, apuntó, en el mismo sentido, Daniel, apicultor, que preferiría que el único actor que participe sea Adeco.

El País le consultó a Varela por qué la IMM no cobraba más dinero por el metro de piso a cambio de encargarse del baño y la seguridad que lo organiza AFU y el jerarca respondió que es correcto que se encargue la asociación, como cualquier vendedor privado. “El costo debería aumentar muchísimo para absorber esos gastos”, dijo Varela, aunque repitió que no están cerrados a analizar ninguna propuesta.

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