Deborah Palfrey
La dueña de uno de los prostíbulos más famoso de Estados Unidos, Deborah Jeane Palfrey, de 52 años, fue hallada muerta ayer en Florida, donde vivía junto a su madre. Se había ahorcado. La "madama de Washington", como se la conocía, estaba a un paso de ir a la cárcel luego de que un tribunal federal la encontró culpable de varios delitos graves. Según la Policía, la mujer dejó una nota explicando sus motivos para quitarse la vida, además de escritos dirigidos a sus familiares. "Seguro que no voy a ir a prisión ni un día", había dicho pocos días atrás.
Deborah Jeane Palfrey, conocida como "la madama de Washington", juró que nunca llegaría a ir a la cárcel por mantener una red de prostitución, y lo cumplió: su cuerpo apareció el jueves ahorcado en casa de su madre en Florida.
Según explicó el capitán Jeffrey Young, de la Policía de Tarpon Springs, la madre de Palfrey, Blanche, fue quien encontró el cuerpo de su hija debajo de un alero en una comunidad de jubilados, cerca de su vivienda. Su madre salió a buscarla luego que despertó de dormir la siesta.
Al parecer, Palfrey se había ahorcado la noche anterior con una cuerda de nailon y dejó una nota de despedida, cuyo contenido preciso no se ha divulgado. Young comentó que en ella se describe la intención de la víctima de quitarse la vida, y agregó que la madre no tenía ningún motivo para pensar que su hija planeara matarse, "se encuentra muy alterada tras haberla encontrado así", dijo. También informó que en el lugar no se encontraron indicios de la participación de terceras personas en la muerte de la mujer.
JUICIO. El 15 de abril, Palfrey, de 52 años, fue declarada culpable de mantener una red de prostitución en Washington que daba servicio a destacados políticos y personalidades, además de cargos relacionados, como el uso del correo para fines ilícitos y blanqueo de dinero. Ella afirmaba que en su empresa, "Pamela Martin and Associates", las mujeres se limitaban a ofrecer compañía y que si alguna de ellas se prostituyó, lo hizo sin su conocimiento.
Pero la sentencia final estaba prevista para el 24 de julio, y se especulaba con una condena para la madama de entre cinco y seis años de cárcel.
NEGOCIO. Palfrey estableció en 1993 "Pamela Martin", que se anunciaba en la guía telefónica y los periódicos de Washington como proveedora de compañía de mujeres jóvenes, con educación universitaria y empleos estables, a cambio de 275 dólares la hora. Las autoridades federales señalaron que durante 13 años la empresa empleó a 132 mujeres y generó unos dos millones de dólares mediante "actividades relacionadas con la prostitución".
El caso desató un escándalo en Estados Unidos cuando Palfrey amenazó con vender al mejor postor las listas de llamadas para pagar su defensa, pero finalmente optó por divulgarlas de manera gratuita.
Entre los clientes de la agencia estaba el senador republicano David Vitter, quien pidió disculpas por haber cometido "un pecado muy grave", después de que su nombre apareciera en la lista de clientes de la "madama".
También la dimisión del director de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), Randall Tobias, se relacionó en su momento con la red de prostitución, aunque éste citó razones personales para hacerlo.
El ex abogado de Palfrey, Montgomery Blair Sibley, dijo ayer que carece de más información sobre la muerte y lamentó "la pérdida de una mujer que se merecía algo mejor".
En declaraciones a la cadena ABC el año pasado, la "madama" había expresado su convencimiento de que no iría a prisión y se había declarado dispuesta a hacer todo lo posible por evitarlo. (en base a efe)
La lista del escándalo
Palfrey se hizo conocida el año pasado, después de que se descubrieron sus actividades como dueña de una red de prostitutas de lujo que funcionaba en Washington.
Ante el inminente juicio, "la madama DC", como se la conocía, primero amenazó con vender una lista en la que tenía más de 10 mil números telefónicos de sus clientes, datos que luego hizo públicos en forma gratuita. Incluso la lista completa estuvo colgada en Internet para todo aquel que quisiera bajarla, pero el escándalo no tardó en llegar a las más altas esferas de varios organismos estatales estadounidenses e incluso internacionales. Entre los personajes más conocidos estaba el jefe de la Agencia para el Desarrollo Internacional del Departamento de Estado, Randall Tobias, quien renunció a su cargo después de confesar que llamaba al servicio "para que vinieran chicas a mi departamento a hacerme unos masajes".