Los directores de La Pasiva elaboran una fórmula para reabrir los locales cerrados y pagar la deuda que mantienen con la Dirección General Impositiva (DGI). En el día de hoy se dará a conocer el acuerdo en el que se trabajó ayer durante todo el día.
A su vez hoy, la empresa y los trabajadores se reunirán en el Ministerio de Trabajo para llevar a cabo una negociación y buscar una solución para que los empleados no pierdan el empleo.
El abogado Carlos Dentone, dijo a El País que "todos los involucrados" estaban dialogando en el día de ayer y probablemente se llegue a un acuerdo. Pero declinó dar detalles de la negociación para evitar que la misma se pueda ver "afectada".
Los trabajadores de los locales que se mantienen cerrados desde el fin de semana son optimistas en cuanto a la posibilidad de que las sucursales reabran sus puertas y puedan continuar trabajando.
El dirigente del sindicato gastronómico, Héctor Masseilot dijo que en la instancia que tendrán hoy a las 13 horas en la Dirección de Trabajo se espera, por un lado, conocer la situación del resto de las empresas y por otro, buscar una solución para los cien trabajadores que fueron enviados al seguro de paro.
Masseilot dijo que para conocer la situación de todas las empresas se convocó a representantes de todas las razones sociales y se pedirá que esté presente el ministro de Trabajo, Eduardo Bonomi. También participarán los delegados de cada una de las empresas.
EXPLICACIONES. El dirigente expresó que aunque es bien conocido que existió evasión por parte de las empresas, es necesario que la DGI "se haga cargo" de lo ocurrido. "Una cuestión central para nosotros es que existió a fines de abril un acuerdo sobre una fórmula de pago que fue sorpresivamente dejada sin efecto por la Impositiva", explicó. De acuerdo con ello, exigió un "cambio de actitud de la DGI porque este caso ha estado invadido de actitudes personales". Con respecto a la situación de los trabajadores desempleados, afirmó que aunque se ha mencionado la posibilidad de autogestión de los trabajadores, esa no es una solución definitiva. Por lo tanto, hay que intentar que se logre un acuerdo entre las empresas y la DGI, dijo.
En la totalidad de las empresas, a pedido de la Impositiva, la justicia civil dispuso intervenciones y retención sobre las ventas de tarjetas de crédito que oscila entre 6%, 30% y 100%, y retención sobre ventas de caja, decretadas por las sedes civiles que oscilan entre el 6% y el 15%, según afirma el auto de procesamiento de los directores indagados por el juez Pablo Eguren. En su resolución el magistrado también mencionaba que del monto defraudado por doce de las quince empresas que ascendía a U$S 4 millones, las mismas habían llegado a pagar el 36.30% de lo adeudado. La justicia comprobó que entre otras maniobras se adulteró el contador de operaciones de la máquina registradora; se utilizaban dos registradoras pero sólo se declaraba el producido de una de ellas; y se emitía un ticket por cada venta pero no toda las ventas se registraban en la cinta de control. Actualmente, por decisión del juez que les impuso medidas sustitutivas a la prisión, cuatro empresarios procesados sin prisión se dedican a "asesorar" al padre Uberfil Monzón en el Instituto de Alimentación. El quinto procesado por Eguren fue enviado a prisión por el juez Homero Da Costa. En tanto, el director de Rentas, Eduardo Zaidensztat terminó condenado por cuestionar la decisión de Eguren. El fallo judicial fue apelado por sus defensores y el 26 de julio el tribunal de apelaciones dictará sentencia.
¿Cómo funcionan las empresas?
Las quince sucursales que existen en Montevideo son quince empresas independientes económica y financieramente que operan bajo el nombre fantasía de La Pasiva. En cuatro o cinco de ellas se cruzan los miembros del directorio pero en el resto se trata de personas diferentes. Cada S.A. cuenta con numerosos accionistas que no tienen relación entre ellos.
Hace unos diez años el fundador de la empresa La Pasiva negoció con otros empresarios, que instalaron otros locales con la misma marca.
El primer local que abrió sus puertas fue el de Plaza Independencia. Ese local hoy está cerrado, por sus dueños junto con el de 8 de Octubre y Comercio, así como el de Rivera y Soca.
Las sociedades anónimas que operan como La Pasiva son las siguientes: Bacar en Arocena; Cruz en Ejido y 18 de Julio; Buenavista LP en General Flores y Luis A. de Herrera; Loval en Benito Blanco y Av. Brasil; Matsu en Plaza Colón; Miraler en 8 de Octubre y Albo; Harkesa en 8 de Octubre y Comercio; Corporación Cervecera en Plaza Matriz; Menzel en el Shopping Punta Carretas; Layts en Plaza Independencia; Villasol en 18 de Julio y Gaboto; Cimoral en Rivera y Soca; y Super Paz en Agraciada y Mariano Sagasta.
Por denuncia de la DGI la justicia investigó la actuación de los directores y procesó en mayo a cinco, uno con prisión. Hay otro prófugo desde entonces.
Trabajadores
Esperan lograr fórmula en la Dinatra para que los tres locales cerrados vuelvan a operar