SALUD
La letalidad del COVID-19 es más baja que otras enfermedades infecciosas. Pero la conjunción de esta infección con otras comorbilidades puede agravar la situación.
La muerte es una foto con retraso de una infección que lleva tiempo en el cuerpo humano. En los 174 fallecidos a causa del COVID-19 en Uruguay el año pasado, en promedio, han pasado 17 días desde la aparición de los síntomas y el deceso. Así lo comprobó el análisis de mortalidad por coronavirus que realizó el comité técnico creado para la ocasión.
Tras el estudio del historial clínico de los fallecidos, los médicos comprobaron que había patrones comunes: la persistencia de fiebre o taquicardia luego de seis días y una reacción inflamatoria exacerbada.
La letalidad del COVID-19 es más baja que otras enfermedades infecciosas. Pero la conjunción de esta infección con otras comorbilidades puede agravar la situación. De hecho, el 96% de los fallecidos en Uruguay presentaba una comorbilidad.
Las enfermedades cardíacas -isquémicas, valvulares o de trastorno del ritmo cardíaco- son las más repetidas entre los fallecidos en 2020: el 58% padecía este tipo de patologías. Casi la mitad (47%), a su vez, tenía hipertensión arterial, el 37% diabetes y el 24% enfermedades pulmonares como asma o EPOC. En este sentido, como el COVID-19 tiene su principal afectación en el sistema respiratorio, la combinación de enfermedades previas en ese sistema son un serio agravante.
La obesidad ha sido la quinta comorbilidad más frecuente: uno de cada cinco fallecidos era obeso.
En Estados Unidos, el centro de control de enfermedades infecciosas comprobó que entre la población joven fallecida solía ser frecuente el sobrepeso.
El deterioro cognitivo, las demencias y el Alzhéimer estaban presentes en decenas de pacientes. Como este tipo de patologías tienen una mayor prevalencia en las edades más avanzadas, y como los adultos mayores son los que tienen más riesgo de agravar por COVID-19, todavía no está del todo claro si la comorbilidad fue decisiva en el fallecimiento o el factor edad fue determinante.
Los prestadores de salud que atienden a más población fueron los que, a la vez, concentraron más cantidad de muertos por COVID-19. De los 174 que según el comité murieron por esta enfermedad en 2020, 39 eran usuarios de los hospitales de ASSE, 38 del Casmu, 25 de la Asociación Española y 13 de la Médica Uruguay. El resto de mutualistas o seguros privados reportaron siete o menos casos de fallecidos por el nuevo coronavirus.