El impacto de la vacunación infantil, el impulso del "inmunofitness" y la apuesta a dosis combinadas de adultos

El experto colombiano Robinson Cuadros destacó la importancia de preparar desde ahora el sistema inmunológico "para llegar lo mejor posible a la vejez”, que tiene como pilar obtener varias vacunas.

Seminario educativo para periodistas de Latinoamérica organizado por el laboratorio Pfizer, en Ciudad de México, en el marco de la Semana Mundial de la Inmunización.
Seminario educativo para periodistas de Latinoamérica organizado por el laboratorio Pfizer, en Ciudad de México, en el marco de la Semana Mundial de la Inmunización.
Foto: Pfizer

Enviado a Ciudad de México.
En el marco de la Semana Mundial de la Inmunización, se desarrolló días atrás el seminario educativo "Vacunas en el curso de la vida: protegiendo generaciones, creando futuro”, organizado por el laboratorio Pfizer en Ciudad de México, que reunió a expertos internacionales y funcionarios de la farmacéutica, al que asistió El País.

La inmunización materna, pensada para reforzar la protección de los recién nacidos a diferentes virus durante el primer año de vida, evitando cuadros graves que requieran hospitalización y perjuicios posteriores, es uno de los grupos principales a los que está orientada la vacunación. Pero no es el único.

Durante años, las campañas de inmunización estuvieron enfocadas en los niños, conformando el esquema de vacunación de la región. Su aplicación cayó en los últimos años tras la corrida en pandemia para obtener las vacunas contra el covid.

Uruguay se destaca junto a Chile en la cobertura regional, pese a presentar desafíos puntuales como el refuerzo en algunos departamentos de la vacunación completa de sarampión que lleva ahora adelante el Ministerio de Salud Pública (MSP).

En relación a esta baja en la cobertura, desde Pfizer han evaluado que responde más a creencias propias de la "desinformación y los mitos alrededor de la producción de vacunas y seguridad", que con una postura "más radical" de carácter religiosa o política.

Gabriela Abalos, líder del área médica de vacunas para Latinoamérica de Pfizer, destacó el rol de las vacunas no solo para reducir la morbimortalidad de los niños como el impacto socioeconómico. En los primeros 1.000 días del niño se sientan las bases fundamentales, no solo a nivel neurológico. Las vacunas evitan las infecciones y además permiten un “buen desarrollo infantil”, destacó la médica.

“Los niños que están inmunizados aumentan los logros educativos porque mejora el desarrollo cognitivo a largo plazo. Cuando se vio qué factor independiente podía haber entre los niños que estaban más tiempo escolarizados versus los que no, la inmunización fue uno de esos factores independientes”, añadió Abalos.

Desde las infecciones respiratorias, que son la “primera causa” de muerte infantil, así como la meningitis, el sarampión, la rubeola que tienen “impacto directo en el cerebro” de los niños, son enfermedades prevenibles con vacunas, puntualizó.

Pero lo cierto es que la inmunización en niños no es el único desafío por delante. “El covid-19 sigue siendo un problema de salud pública, persistente y se debe seguir vacunando”, resaltó la médica Graciela Morales, vicepresidenta del área médica de Pfizer para vacunas en mercados emergentes. Se estima que el 32% de la población mundial accedió a un refuerzo anticovid con las dosis más actualizadas, que se ajustan por la variante predominante.

El covid, pese a que disminuyó su incidencia frente a años anteriores, en Estados Unidos actualmente sigue generando más hospitalizaciones y muertes que la influenza (gripe), según datos oficiales al 2024. “Es menos que antes, pero sigue siendo más importante que otras virosis y por lo tanto las herramientas de prevención son necesarias”, resaltó Morales. Las farmacéuticas aguardan ahora noticias de la OMS y de la agencia de medicamentos (FDA) para evaluar si se deberán fabricar otras vacunas que protejan contra cierta variante.

Otro desafío nombrado refiere a la inmunización contra el neumococo, que previene casos de neumonía. Tras su aplicación en toda la región en los últimos años, con dosis que fueron aumentando su protección a cada vez más tipos de bacterias Streptococcus pneumoniae, se generó un cambio en su incidencia.

Si bien se dio una exitosa cobertura en niños, la enfermedad aumentó su carga en adultos. Mientras que en 1980 las muertes por neumonía se concentraban en los menores de cinco años, en 2021 se invirtieron los porcentajes, pasando a ser el principal grupo los mayores de 70 años. La “gran deuda” que ven desde Pfizer es transferir en este grupo el mismo impacto visto en niños.

Por otro lado, el especialista brasileño en enfermedades infecciosas y docente de la Universidad Estadual Paulista (Unesp) Alexandre Naime Barbosa resaltó que entre los adultos de entre 18 a 59 años hay cinco grupos que tienen inmunosupresión.

Estos grupos son las personas con transplantes de órganos o de médula ósea, así como los pacientes con cáncer que realizan quimioterapia; los que padecen enfermedades autoinmunes, los pacientes con VIH por debajo de 350 linfocitos CD4, y quienes realizan diálisis.

De acuerdo a varios estudios, se estima que llegan a ser un 6% de esa población, en cada país. Naime dijo a El País que este grupo ha aumentado porque existen nuevos tratamientos médicos que salvan vidas, que tienen el “pequeño precio a pagar” de vigilar las infecciones respiratorias, y también porque hoy se está “envejeciendo mal”, con estilos de vida que no son buenos.

Naime recomendó la vacunación contra el Virus Respiratorio Sincicial (VRS) -que se prevé una cobertura por dos años-, la dosis anticovid-19 -de frecuencia semestral-, contra el neumococo -una dosis para toda la vida-, y la antigripal -una vez por año- porque estas personas presentan un mayor riesgo de hospitalización, complicaciones severas y mortalidad por esos virus. Los grupos inmunocomprometidos son priorizados en el calendario de vacunación uruguayo.

Respecto a la cobertura, el experto brasileño remarcó que el principal obstáculo es la comunicación con los grupos más vulnerables, incluso por parte de los profesionales. “Nosotros como médicos, tenemos que hacer una comunicación mucho más efectiva” para mejorar la inmunización, resaltó.

Otro punto que se destacó en el evento es que la vacuna contra VRS, no solo impacta en los recién nacidos y en los grupos inmunosuprimidos, sino también en los adultos mayores, que pueden requerir una internación. Esta opción aún no está indicada en Uruguay y otros países.

“Vivir más debe de significar también tener calidad de vida y la inmunización se convierte en una base de un estilo de vida saludable”, resaltó Morales, de Pfizer.

Sobre el último aspecto se refirieron el geriatra colombiano Robinson Cuadros, presidente del Comité Latinoamericano y del Caribe de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría, junto al médico mexicano Rodrigo Romero, titular de la Asociación de Vacunología de México.

En un escenario en que las proyecciones indican un crecimiento de la población mundial en las edades más avanzadas, Cuadros señaló que “no existen enfermedades típicas de la vejez, sino que se construyen en la edad adulta y se expresan en la vejez”. De manera que “el cuidado del sueño, la nutrición y la actividad física es lo que va a presentar en la vejez la carga de comorbilidad”.

Ante una mayor concientización del cuidado de la salud en la edad adulta, Robinson planteó que hoy está sobre la mesa el “inmunofitness”. Esto implica “preparar el sistema inmunológico para llegar lo mejor posible a la vejez”, que implica resistir procesos inflamatorios e infecciosos que generan “gran dependencia y morbimortalidad”. El envejecimiento del sistema inmunológico, o inmunosenescencia, que comienza sobre las 50 años, cuando se pierde la glándula del timo.

El “inmunofitness”, explicó Cuadros a El País, se compone de tres pasos. Por un lado, la vacunación, para “prevenir enfermedades que van a generar una hospitalización innecesaria entre otros efectos”. También incluyó la buena nutrición y el ejercicio físico. “Es una tríada que se tiene que comenzar a preparar desde hoy para aquellos años de más”, indicó.

Respecto a qué vacunas son prioritarias en este proceso, Cuadros señaló la importancia de acceder cada año a las vacunas anticovid y contra la influenza. Pero también hay que tener “en la mira” las vacunas contra VRS, contra el herpes zóster, dpaT y neumococo.

En cuanto a los múltiples pinchazos anuales que podría implicar para un adulto mayor que busque reforzar su sistema inmunitario, Abalos, de Pfizer, planteó que a partir del éxito de vacunas polivalentes en niños, que cubre contra varias enfermedades en un solo acto vacunal, se está pensando aplicar lo mismo en adultos.

Como otras compañías, el laboratorio estadounidense está trabajando en una dosis que combine influenza y covid-19, “en principio para la población adulta”, dijo Abalos. La página web de Pfizer, que permite ver el desarrollo de los tratamientos, señala que esta opción está en Fase 1, primaria.

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