Científicos de la Facultad de Química y la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, en colaboración con el Banco de Leche del Centro Hospitalario Pereira Rossell, evalúan métodos alternativos para la pasteurización de la leche humana donada para reducir la pérdida de concentración de sus componentes bioactivos que ocurre por el método convencional. Uno de los objetivos es mejorar la calidad de la leche donada para preservar en mayor medida los efectos beneficiosos de la lactancia. Esto podría traducirse en una reducción de la incidencia de la Enterocolitis Necrotizante, una de las complicaciones más frecuentes en prematuros.
La Enterocolitis Necrotizante se produce cuando se inflama el intestino si no hay suficiente suministro de sangre y oxígeno, lo que daña y, en ocasiones, mata el tejido del colon del bebé. Es una patología que afecta cerca del 10% de los recién nacidos prematuros (con menos de 37 semanas de gestación) y presenta una alta tasa de mortalidad.
“Está científicamente demostrado que la lactancia materna protege al niño ante la patología; sin embargo, existen dudas o controversias en relación al efecto protector de la leche donada y esto se puede asociar al efecto de la pasteurización que puede afectar su composición”, dijo Claudio Rodríguez Camejo, profesor e investigador del Área de Inmunología de la Facultad de Química y participante del primer estudio exhaustivo de caracterización de componentes bioactivos de leche humana donada en el país.
En este sentido, Rodríguez adelantó a El País que dos métodos alternativos de pasteurización arrojaron resultados “muy alentadores” puesto que mejoran la retención de componentes esenciales de la leche materna.
Alternativas
El método convencional es la pasteurización de Holder que calienta la leche a 62,5 grados por 30 minutos. Este proceso, aunque seguro, “reduce algunos componentes inmunológicos importantes debido a la inactivación térmica”. La técnica de alta presión hidrostática entre 400 y 500 MPa (megapascales) por cinco minutos a 20°C redujo los recuentos de coliformes y bacterias aeróbicas totales a niveles indetectables y, al mismo tiempo, logró aproximadamente el 100% de retención de algunos componentes inmunológicos (distintas inmunoglobulinas, por ejemplo). Por su parte, la técnica de homogeneización de alta presión, que aplica una presión de 200 a 300 MPa a 20°C, demostró “buen potencial” para reducir los coliformes a niveles indetectables pero la anterior tuvo un mejor desempeño con los otros indicadores.
Una de las desventajas que presenta el método de alta presión hidrostática es el costo de las unidades, diseñadas principalmente para instalaciones industriales y no para hospitales. En este sentido, Rodríguez apuntó que cualquier equipamiento nuevo implicará inversiones y nuevas formas de trabajo pero deben priorizarse los beneficios.
A pesar de que la pasteurización modifica la composición de la leche donada, esta sigue siendo un excelente alimento para los recién nacidos cuando la lactancia materna no es posible y sigue siendo, a su juicio, superior a las fórmulas que derivan de leche de vaca o de soja. “Sigue siendo muchísimo mejor”, afirmó. Esto se debe a que la fórmula no posee muchos de los componentes bioactivos presentes en la leche humana aunque se vean disminuidos por la pasteurización. “La leche humana no puede replicarse en el laboratorio pero nuestros resultados muestran que, de todas formas, hay que mejorar la leche donada”, concluyó.
Alimento que no es "estático"
La leche humana “no es un alimento estático”, recordó el químico Claudio Rodríguez. Esto se debe a que varía su composición de acuerdo con los requerimientos del recién nacido. En líneas generales, el calostro -primera leche producida por el organismo de la madre- presenta la mayor concentración de componentes bioactivos en comparación con la leche madura.
Efectos en el ambiente instestinal
La investigación sobre la composición de leche humana donada al Banco de Leche del Centro Hospitalario Pereira Rossell implicó el estudio del efecto de la leche en modelos in vitro empleando células del compartimento intestinal. En concreto, se evaluó el efecto del calostro y leche madura (cruda y pasteurizada) sobre la proliferación de células epiteliales, su migración y su interacción con bacterias, entre otros aspectos. Así se encontró que el calostro presenta respuestas in vitro que se ven disminuidas con leche madura y más aún con leche pasteurizada. Debido a las limitaciones en los modelos in vitro, como la simplificación del ambiente intestinal, también se utilizó un modelo in vivo de inflamación intestinal con ratones.
Se observó que el calostro crudo presenta un efecto profiláctico sobre la inflamación intestinal pero no así el calostro pasteurizado ni la leche madura cruda. En conjunto, estas observaciones, a juicio de Rodríguez, apoyan la necesidad de optimizar los métodos de pasteurización para que afecten en menor medida la composición de la leche destinada a los recién nacidos más vulnerables.