INVESTIGACIÓN PIONERA

Los microorganismos del saneamiento y playas se asocian con infecciones.

Más de 500 cepas de bacterias fueron identificadas en las aguas crudas del saneamiento y en las de distintas playas de Montevideo, lo que podría significar un riesgo para la salud humana y animal.

Los datos del informe que fue presentado ayer en el Institut Pasteur surgieron de un estudio inédito en el país y en la región, llevado a cabo por Gregorio Iraola, investigador adjunto de la Unidad de Bioinformática del Institut Pasteur de Montevideo, el LATU y la división de Saneamiento y Control Ambiental de la Intendencia de Montevideo.

Para el proyecto, financiado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, se tomaron muestras de agua en más de 30 puntos de la capital, desde Punta Espinillo hasta Carrasco, durante el año 2017.

Entre los hallazgos más importantes figura el haber podido identificar los genes que están más presentes en el sistema de saneamiento y así conocer para qué antibióticos esos genes obtienen resistencia.

"Los resultados indican que son bacterias potencialmente riesgosas, pero para cuantificar cuán peligrosas son necesitamos más información: lo que hay que hacer es compararlas con las bacterias que aparecen en los hospitales o en los casos clínicos, para ver qué tanto pueden afectar a la salud", indicó el investigador.

Lo que sí ya se sabe es que muchos de esos microorganismos hallados causan problemas gastrointestinales, desde una diarrea común a vómitos o algo más grave, como la diarrea con sangrado.

Según Iraola, estas afecciones podrían producirse por la exposición de las personas al agua contaminada, tomándola o utilizándola para lavar alimentos. "Hay regiones de la ciudad en donde el saneamiento no tiene tanta infraestructura y entonces puede ser que la gente se exponga más directamente", explicó.

Iraola sostuvo además que el problema de las bacterias en el saneamiento no es algo planteado únicamente en Montevideo sino que se da en todas partes del mundo. "Se trata de un ambiente en donde converge todo el desecho humano y animal", puntualizó.

En referencia a las playas aseguró que en sus aguas también hay bacterias resistentes, aunque en menor medida. Los indicadores de mayor riesgo no están presentes en las playas. "Lo que identificamos fue que las bacterias más peligrosas están en el saneamiento", destacó el investigador.

Para la academia, la importancia de este análisis radica en que a partir de ahora, con la identificación de las bacterias, será posible establecer soluciones para mejorar la salud.

"Estudiar los microorganismos que hay en el saneamiento de toda una ciudad es algo pionero, sin precedentes", dijo Gregorio Iraola.

La investigación se analiza mientras a nivel internacional, de la mano del concepto de ciudades inteligentes, están desarrollándose mecanismos de alerta basados en alta tecnología, como pueden ser las aplicaciones de celulares. Ante la presencia de alguna cuestión riesgosa para la salud, hay un sistema automatizado que advierte de eso a los actores involucrados. "En un futuro esta información del monitoreo de estos ambientes podría utilizarse para prevenir o predecir cuándo van a aparecer brotes de bacterias resistentes, y de esa manera alertar a las autoridades o trabajar en conjunto con los centros de salud para que esa información llegue rápido y se esté preparado. Eso permite, a su vez, optimizar el tiempo y los recursos", dijo Iraola. "La ventaja de estas técnicas que estamos usando es que fueron aplicadas de forma longitudinal, es decir, durante mucho tiempo de forma ininterrumpida, lo cual permitirá generar información acerca de cuáles son los patrones de abundancia y movimiento de esas bacterias para trabajar sobre ellas", sostuvo.

Un objetivo de nuevos trabajos será la identificación de las diferencias que se dan entre el invierno y el verano.