Reabren caso de una de las nazis más buscadas

Cuando tenía 19 años, la destinaron a trabajar como guardia en el campo de concentración de Ravensbrück, en Alemania, y luego pasó al de exterminio de Majdanek, Polonia. Según testigos, fue una de las guardias más sádicas y crueles, pero hasta ahora, la Justicia no encontró pruebas firmes para condenarla. Días atrás, la encontró un historiador británico, viajó a Viena, donde vive Wallisch, y se presentó en su casa. Ella niega haber sido inhumana, pero la Justicia austríaca ya abrió una instrucción en su contra.

A juzgar por el frágil físico de Erna Wallisch (85), nada hace sospechar que fue una de las nazis más temidas en un campo de concentración. Pero fue.

El Centro Simon Wiesenthal de Jerusalén la calificó como una de las guardias más brutales y la Fiscalía austríaca abrió una instrucción preliminar contra ella cuando, días atrás, un historiador británico, Guy Walters, la encontró mientras trabajaba para su próximo libro, interrumpiendo años de silencio de la celadora. La aparición de nuevos testigos el año pasado en Polonia, también ayudó a que la Fiscalía interviniera y valorara esos testimonios.

"Todo lo que hice fue buscar en la guía telefónica en Internet, Y una semana después volé a Viena. Me temo que no fue una gran labor detectivesca", explica Walters a EFE.

ESPECIALMENTE CRUEL. La historia cuenta que cuando tenía 19 años, Wallisch fue destinada al campo de concentración de Ravensbrück, en Alemania, y al de exterminio de Majdanek, en Polonia, donde muchos documentos atestiguan que actuó de una forma especialmente cruel con la gente a la que forzaba a entrar en las cámaras de gas.

Durante la década de los 60 y principios de los años 70 fue sometida a investigaciones, pero no se hallaron pruebas firmes para condenarla. En su última declaración ante la justicia, en el año 1972, consta que nunca reconocíó haber formado parte del engranaje del Holocausto, y la conclusión a que llegó la investigación fue que, en Majdanek, tuvo "un papel secundario".

Después de ese episodio, Wallisch desapareció, hasta que en el año 2004 Efraim Zuroff, conocido como el "caza nazis" y promotor de la "Operación Última Oportunidad", recibió una carta anónima con una dirección en la que lo alertaban de que "la diabla del campo de concentración" vivía en Viena. Entonces Zuroff exigió a las autoridades que juzgaran a Wallisch, pero no tuvo éxito.

Actualmente Wallisch está séptima en las prioridades de la "Operación Última Oportunidad", una iniciativa que lanzó en 2002 el centro Wiesenthal. dedicado a encontrar y juzgar a antiguos criminales de guerra nazis antes de que mueran.

EN SU CASA. Walters viajó a Viena, se presentó en la casa de Wallisch y le dijo que sabía quien era. Ella admitió que era una guardia en ese campo, pero "no reconoció que hubiera matado o apaleado, ni que hubiera sido inhumana", cuenta el escritor. "No estoy sorprendido de que viva de forma tan abierta porque los austríacos no tienen voluntad para juzgar a gente como ella. Vive sin miedo a ser castigada. Me siento rabioso de que viva tranquilamente", se lamenta. "El tiempo no es una excusa. Ella vive y sus víctimas no", agrega.

Por su parte Zuroff, envió días atrás una carta a las autoridades austríacas donde les reitera el pedido de que Wallisch sea juzgada. "El hecho de que no ha sido previamente condenada es una burla a la Justicia, que ahora puede ser corregida", dice Zuroff en su carta.

INMUTABLE. Mientras, desde que su caso volvió a los periódicos, Wallisch no contesta a las llamadas ni se la ha visto por el barrio de Kaisermühlen de Viena, donde reside.

Testimonios que proporcionó el Instituto Polaco para la Memoria Nacional aseguran que Wallisch fue cómplice de matar a miles de personas y que se comportó con un sadismo atroz. "Escoltar" a los prisioneros no es más que un eufemismo para describir los golpes arbitrarios con fustas y palos, los insultos, las patadas a mujeres, ancianos y niños aterrorizados camino a las cámaras donde los mataban con el gas letal Zyklon B.

Los testimonios reunidos por la investigadora Elissa Mailander-Koslov sobre los guardias en Majdanek son estremecedores.

PERFIL

Nombre: Erna Wallisch

Nació: en Alemania

Edad: 85 años

Otros datos: Según testigos, era conocida en el campo por sus ataques de furia. Estuvo embarazada de un SS del campo

"ES Y SERÁ UNA CRIMINAL"

Majdanek fue un campo creado en otoño de 1941 para prisioneros de guerra, y una parte esencial del Holocausto. En otoño de 1942 , justo cuando llegó Wallisch, se transformó en un campo de exterminio. En las afueras de Majdanek se produjo en 1943 una de las mayores matanzas de la Segunda Guerra. El hecho de que la mayoría de los prisioneros murieran por golpes o en las cámaras de gas dificulta encontrar testigos directos tantos años después.

Una superviviente del campo, Ewa K., afirma que Wallisch era la más sádica y cruel, que su sola presencia despertaba murmullos de temor. "No tenía ningún reparo en golpear hasta dejar a la gente tendida en el suelo", dijo. "Ella es y será una criminal".

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