Los anuncios hechos por el presidente Luis Lacalle Pou ayer ante la Asamblea General provocaron diversas reacciones en filas de la coalición de gobierno. A nivel general se celebraron las rebajas impositivas aunque hubo voces disonantes que cuestionaron el impacto que podrán tener en el bolsillo de la gente.

Si bien el Frente Amplio lo analizará oficialmente hoy, ayer las primeras reacciones fueron de críticas (ver aparte). Ante esto, el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo en rueda de prensa que “lamentablemente” no esperaba otra actitud de la oposición. “Salieron a criticar la baja de impuestos, muchos de los que ellos crearon, que se están bajando para los sectores más vulnerables”, aseguró.

Por último, el dirigente nacionalista -que es señalado como un posible candidato en las internas de 2024- afirmó que en los próximos días se enviará el proyecto de ley que atenderá la situación de deudores del Banco Hipotecario y de la Agencia Nacional de Vivienda.

“Todos estos temas, creados por el Frente Amplio y que no tuvieron soluciones, ahora vienen las soluciones. Se podrá coincidir o discrepar, pero las críticas en este caso no es más de lo mismo sino que es peor de lo mismo”, dijo y agregó que “quizá no todo esté bien, pero todo está mucho mejor”.

El senador del Partido Nacional, Sebastián da Silva, afirmó que el discurso de Lacalle Pou fue “apabullante” y que demostró “la mejor cara del Uruguay”. Sobre la actitud de los legisladores opositores, lamentó que no hubo ningún aplauso durante los anuncios. “Parece que US$ 150 millones de renuncia fiscal fuera poco, que llegar con ambulancias al pueblo de San Antonio también fuera poco”, sostuvo.

En la misma línea, el senador blanco Jorge Gandini destacó que la reducción de impuestos anunciada es para “los laburantes” y que “eso es suficiente y es el camino”.

Por su parte, el expresidente y secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, sostuvo a Telemundo que Lacalle Pou realizó una oratoria “muy efectiva” en la que describió “una economía en crecimiento, logros sociales y desocupación en niveles más bajos”.

A esto, según agregó Sanguinetti -que ha sido uno de los socios que mayor respaldo dio a Lacalle Pou-, se sumó la rebaja de impuestos, “un verbo que no se conjuga en el país desde hace muchos años”.

Sin embargo, desde filas coloradas precisamente fue que también hubo muestras de disconformidad.

El diputado colorado Gustavo Zubía escribió en su cuenta de Twitter que se sentía “molesto, muy molesto”. “Nos olvidamos de 160.000 jubilados a los que les prometimos y nada. Y los pocos beneficiados tendrán un promedio de descenso del IASS de $ 2.500”, sostuvo el exfiscal y remarcó: “Muy molesto. Así no cumplimos”.

Consultado luego por El País, el diputado agregó que las medidas son “una limosna” y afirmó que a partir del crecimiento económico que se registró el gobierno podía haber “eliminado el impuesto”.

Otro de los que manifestó sus matices con los anuncios fue el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos. Su partido ha sido el socio de la coalición que mayores críticas realizó a la gestión y, sin dejar de respaldarla, ha pedido cambios en diversas iniciativas como la reforma de la seguridad social.

“Las medidas anunciadas van en el sentido correcto y significan alivio para mucha gente”, resaltó Manini Ríos en su cuenta de Twitter. Aunque remarcó que “faltó anunciar el aumento de la jubilación mínima”.

“En cuanto al IASS se deberá establecer en la ley de Seguridad Social la previsión de su gradual desaparición atada al crecimiento del país”, agregó el senador cabildante.

Su correligionario, el también senador Guillermo Domenech, dijo a El País que el balance es “positivo” porque “se comienza a transitar un camino de oxígeno para el pequeño y mediano empresario que es el que genera trabajo”. Dicho esto, Domenech indicó que a nivel personal le hubiera gustado escuchar medidas que atiendan al atraso cambiario.

Foto: Leonardo Mainé

Una hora antes de que Lacalle Pou llegara al Palacio Legislativo, decenas de simpatizantes se acercaron para poder saludarlo. Al grito de “presidente”, “Luisito” y con canciones del Partido Nacional de fondo, se congregaron sobre la entrada que mira a la Avenida del Libertador para darles su respaldo.

Una avioneta sobrevolaba el edificio con un mensaje del Espacio 40, el sector blanco liderado por el ministro de Defensa Nacional, Javier García. “Uruguay… ni un paso atrás!”, se leía en el cartel.

Foto: Juan Manuel Ramos

En la plazoleta de enfrente también se congregaron personas críticas del gobierno, con mensajes que apuntaban, sobre todo, al manejo económico de esta administración. “Con hambre no se puede pensar”, decía uno de los pasacalles colocados por la agrupación Gurises del Movimiento de Participación Popular (MPP).

El pabellón nacional y las banderas de sectores blancos dominaban la escena. A su vez, entre tanto celeste y blanco había alguna de Cabildo Abierto.

En la antesala del discurso del presidente los autos pasaban y tocaban bocina, para saludar a unos o a otros. No faltaron las referencias a Alejandro Astesiano, el excustodio presidencial, y tampoco los gritos de “vamo’ arriba, presidente”.

Sobre las 20 horas, Lacalle Pou se retiró ovacionado. Aunque no hizo declaraciones a la prensa, sacó el cuerpo de la camioneta para saludar a las personas allí reunidas. “¡Gracias, presidente, porque nos dejaste laburar, no pusiste cuarentena! ¡Sos un hombre bueno!”, le gritó una mujer de unos 50 años que siguió el trayecto apoyada sobre una bandera uruguaya con una caña de tacuara como mástil. También recibió obsequios, como un espejo con un escudo nacional tallado a mano.