Redacción El País
El alcalde de Porvenir, Ramiro Ayende, sigue dando que hablar en el departamento de Paysandú, donde el intendente Nicolás Olivera dispuso la intervención del municipio por entender que no se estaba cumpliendo con los servicios básicos. Luego de varias polémicas, la Junta Departamental lo convocó para interpelarlo, pero la sesión terminó antes de tiempo porque al alcalde no le gustó que le indicaran cómo debía sentarse en la silla.
De los episodios más insólitos que se han vivido con el alcalde, el más reciente hasta la sesión había ocurrido este martes, cuando una vez dispuesta la intervención del municipio volvió a entrar a la sede y cerró la puerta, impidiendo el ingreso y obligando a la intendencia a sacarlo con la Policía, luego de hacer oídos sordos a un pedido de desalojo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Previamente, hace dos semanas, impidió el ingreso al CAIF que funciona en la sede del municipio alegando que había un cable de alta tensión que podía significar un riesgo, y tuvo que ir personalmente el intendente con la Policía y un cerrajero para habilitar el ingreso.
Durante la sesión de la Junta Departamental, que fue en la noche de este jueves y que fue grabada por el medio local El Telégrafo, Ayende dijo que los funcionarios de la intendencia, por orden de Olivera, “tomaron un municipio” y “eso es violencia”. “Tomar un municipio y sacar al alcalde votado por el pueblo, desoyendo la voluntad popular, eso es violencia. El pueblo de Porvenir ha elegido a este alcalde tres veces”, dijo dirigiéndose al presidente de la Junta Departamental, su correligionario del Partido Nacional Marcelo Tortorella.
Y luego se dirigió al edil del Partido Colorado David Helguera, promotor de la interpelación. “Hay que respetar la voluntad popular, a mi pueblo lo violentaron con el accionar del ejecutivo departamental. Yo entiendo el mandado que está haciendo Helguera, y quiero contarle a todo Paysandú que el sobrino del señor Helguera…”, dijo, aunque no lo dejaron terminar la frase.
Tortorella le recordó que “no está autorizado a hacer ese tipo de acusaciones en sala” porque lo que se estaba debatiendo era “su comportamiento, su conducta y su accionar”, no la de otros.
Entonces el alcalde retrucó: “Yo estoy respondiendo lo que preguntó el señor edil, mi pueblo fue violentado cuando tomaron el municipio. ¿Qué quieren? ¿Que nos agarremos a besos? Mi pueblo votó a un alcalde, votó a un concejo, y ustedes, los blancos dictadores de Paysandú, me sacaron”.
Luego la polémica continuó y mientras hablaron los ediles, algunos pidiendo su renuncia, Ayende cambió su postura corporal y, como estaba al borde de la sala, inclinó su silla y se recostó contra la pared, incluso con gestos como para desperezarse, con las manos en alto.
Y en ese ida y vuelta hubo quienes le recriminaron al alcalde la actitud que tuvo con la directora de directora de Descentralización de la comuna, María Gabriela Gómez Indarte, la responsable de hacerse presente en el municipio para comunicar la intervención, a quien Ayende le arrojó los papeles al piso y le dijo que no abandonaría la sede.
Acusado de violencia contra la funcionaria, Ayende lanzó: “¿Tiene un ojo negro Gabriela Gómez? Pregunto, ¿está machucada? Que vaya al médico y se haga revisar”. Entonces agregó que no podría “tolerar” las agresiones y se defendió alegando que no tenía “una entrada en la comisaría” y que jamás fue preso.
Tomaron la palabra otros ediles y Ayende siguió con su misma postura corporal, lo que terminó de molestar al presidente de la Junta Departamental. “Le ruego que se siente como corresponde en el pupitre, porque está corriendo la silla y está dañando la pared”, dijo Tortorella.
“Le pido que se ponga en el pupitre como corresponde. No estamos en un boliche, estamos en la Junta Departamental, vamos a respetar también las actitudes, yo sé que usted me va a entender”, agregó, pero Ayende no lo tomó de esa forma: “Si no le gusta cómo me siento, me voy”.
Y ya cuando el alcalde iba rumbo a la salida, Tortella lanzó: “Le estoy diciendo, señor alcalde, que usted se tiene que sentar correctamente como están sentados todos los ediles, esto no es un boliche. Usted está acostumbrado a ir a los boliches, señor alcalde, lo lamento”.
Tras la sesión, la Junta Departamental de Paysandú emitió una resolución en la que repudió “enfáticamente” los “hechos de violencia basada en género que han tenido como principal promotor” a Ayende “respecto a sus concejales así como autoridades del gobierno departamental”.
Los ediles manifestaron su “compromiso” en “la búsqueda del efectivo cumplimiento del marco jurídico, garantizando a todos los pobladores del Municipio de Porvenir la prestación efectiva de los servicios públicos”.
Y finalmente decidieron “exhortar al Sr. Alcalde Ramiro Ayende a renunciar, ante la manifiesta ineptitud para el ejercicio del cargo, asegurando la paz social y política” en el municipio.