PANDEMIA
"No es lo mismo que en Uruguay hayan fallecido 24 personas cada 100.000 habitantes, que 120 como Chile, 123 como Argentina o más de 140 en Brasil", dijo.
El expresidente y actual secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, hizo un balance de la pandemia y analizó las nuevas medidas establecidas por el gobierno para intentar frenar el aumento exponencial de contagios de coronavirus.
"No podemos olvidar que nuestro país ha manejado el tema con solvencia. Cuesta hablar de éxito en algo tan penoso. Pero no es lo mismo que en Uruguay hayan fallecido 24 personas cada 100.000 habitantes, que 120 como Chile, 123 como Argentina o más de 140 en Brasil. Al fin de cuentas, esto es lo que más importa porque se trata de salvar vidas, de perder las menos posibles y en esa dimensión nuestro país ha sido ejemplar. Por cierto, lloramos a mucha gente, alguna incluso muy destacada, pero -en la mirada global- hemos logrado estar incomparablemente menos mal que nuestros países afines de la región o de Europa", expresó Sanguinetti en su columna de el "Correo de los viernes".
Sanguinetti indicó que "se trata del último empujón" y que para eso hay que cumplir con "las medidas de restricción".
"Si nos recogemos en nuestras 'burbujas' familiares y salimos solo lo absolutamente imprescindible; si mantenemos el distanciamiento social y el uso del tapabocas, podemos imaginar que los contagios vayan bajando. Mientras tanto, se vacuna a un ritmo ya importante y todo hace pensar que para el mes de agosto, aproximadamente, el nivel de inmunidad nos garantice dejar atrás esta pesadilla que ha sido tan inesperadamente larga", dijo.
"Los dos procesos son imprescindibles y Chile es un buen ejemplo, porque ha vacunado a gran ritmo y ahora ha dispuesto un confinamiento generalizado", añadió.
Sanguinetti remarcó que "el Partido Colorado formuló una propuesta que sin duda contribuyó a inspirar el conjunto de medidas que esta semana adoptó el Poder Ejecutivo".
En ese sentido dijo que "restituir la contribución solidaria que en los meses de abril y mayo del año pasado se hizo con los sueldos elevados, por ejemplo, fue recogida por el Poder Ejecutivo". "Aunque técnicamente pueda considerarse un impuesto, no lo es sustantivamente. Es una contribución solidaria al Fondo COVID-19", sostuvo.
"En una mirada más general, postulábamos una drástica reducción de la movilidad de las personas y eso es lo que se dispuso, comenzando con la educación. No se trata solo de los contagios producidos en ese ámbito sino de todo lo que se moviliza alrededor, con padres o abuelos llevando niños a la escuela y tantos otros desplazamientos y contactos", agregó.
El expresidente dijo que es "muy doloroso" cerrar los free-shops de la frontera, pero "se hacía imprescindible no solo porque desde allí proviene la nueva invasión virósica sino porque habiendo cerrado Río Grande del Sur la mayoría de su comercio, se produjo una corriente instantánea hacia nuestras ciudades fronterizas".
"También lo es con las Termas, que ya se perdieron su zafra anterior (más otoñal que veraniega), pero que por su propio éxito venían movilizando una corriente turística muy amplia", sumó.
"En nuestra declaración también señalábamos la necesidad de "acentuar las medidas de protección de los sectores más desposeídos mientras duren las restricciones" y eso se ha recogido en la duplicando la asignación familiar tanto como en la tarjeta de alimentos. De este modo se llega a 500 mil personas, entre las que se cuenta el penoso legado social de los gobiernos del Frente Amplio, configurado por 300 mil compatriotas sin protección social. Por supuesto, nada es suficiente, pero si se añade que se extiende el seguro de enfermedad a todos los trabajadores, más los seguros de desocupación extendidos, se está resguardando lo principal: salud y alimentación", finalizó.