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Rotundo rechazo político a gesto de canciller de Turquía

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Bustillo en evento de la Organización multiinstitucional Armenia del Uruguay. Foto: Leonardo Mainé
@maineleo

REPUDIO

El primero en pronunciarse contra la actitud del jefe de la diplomacia turca fue el propio presidente Luis Lacalle Pou quien la calificó de “lamentable”.

Tanto el gobierno como integrantes de la mayor parte del espectro político salieron rápidamente ayer domingo a rechazar la actitud del canciller turco, que durante su visita oficial a Montevideo desafió a una manifestación en rechazo del genocidio armenio de 1915 durante la Primer Guerra Mundial, haciendo un gesto utilizado por una organización de ultraderecha de ese país denominada los “Lobos Grises”.

El funcionario visitó Uruguay para firmar una serie de documentos que dieron inicio formal a las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio (TLC). Pero al salir del acto oficial se encontró con una manifestación en rechazo del genocidio armenio y respondió a la movilización con el mencionado gesto con su mano derecha y esbozando una sonrisa.

El primero en pronunciarse contra la actitud del jefe de la diplomacia turca fue el propio presidente Luis Lacalle Pou quien la calificó de “lamentable” al participar ayer domingo de la celebración del 160 aniversario de la fundación de Colonia Suiza Nueva Helvecia.

Le aseguró a la comunidad armenia de Uruguay que el país siempre ha estado en la causa: “Al Uruguay todo, a la coalición y al Partido Nacional en particular y a quien habla cuando fui presidente de la cámara de Diputados” le interesa el tema. “Uruguay ha sido uno de los países pioneros en denunciar este tipo de temas”, agregó.

A propósito del inicio de las negociaciones con Turquía por un TLC el mandatario detalló que “avanzar en temas comerciales con cualquier país del mundo no significa compartir políticas del interior o externas”. Y detalló que fue un “planteo de Turquía hacia el Uruguay y nosotros pretendemos abrirnos a todo el mundo. Con quien podemos avanzar en temas comerciales, vamos a avanzar”.

También sostuvo que “una cosa es el trabajo de los uruguayos y otra cosa es avalar o confirmar algunas prácticas políticas en algunos países”.

Poco después le tocó el turno de rechazar la situación al canciller, Francisco Bustillo, al pronunciar un discurso en el acto de conmemoración del genocidio armenio en el que se estima que murieron más de un millón de personas.

Allí, el ministro de Relaciones Exteriores sostuvo que “Uruguay es un país de memoria, pero también de principios y de compromiso con la paz y con el futuro. Somos un país que prefiere la conciliación a la confrontación. Que predica y practica el consenso, la tolerancia” y espera que también lo hagan quienes visitan “la tierra en la que se cultiva la paz y la tolerancia”.

Bustillo rechazó en nombre del gobierno “cualquier comportamiento, invocación o gesto ofensivo que genere violencia física o moral”.

El canciller rechazó la acción de su par turco: “Somos un país de acogida y armonía, que prefiere la conciliación a la confrontación, que predica y practica el consenso, la tolerancia y el respeto a la libertad de pensamiento (...) Es lo que ofrecemos, es lo que el Uruguay ofrece, pero por ello mismo es lo que esperamos y exigimos de cualquier interlocutor o visitante extranjero en esta tierra en la que cultivamos la paz y la tolerancia”, subrayó.

Además, el ministro de Relaciones Exteriores convocó al Palacio Estévez al embajador de Turquía en Uruguay Hüseyin Müftüo?lu para este lunes 25 a las 11:00 horas, confirmaron a El País fuentes de Cancillería.

El gobierno rechazó cualquier invocación ofensiva que genere violencia física o moral.

Por su parte, Pedro Jisdonian, coordinador de la bancada de diputados del Partido Nacional que pertenece a la colectividad armenia, dijo no tener “más que palabras de rechazo y de condena, sobre todo teniendo en cuenta que viene de un canciller, que no hace más que ahondar en un profundo dolor que existe en todos los armenios y de la diáspora”, y aseguró que es un hecho “que no van a dejar pasar inadvertido”.

En tanto, la senadora frenteamplista y también integrante de la colectividad armenia, Liliam Kechichian, se expresó a través de tuiter sosteniendo: “El canciller Turco haciendo el saludo de los Lobos Grises grupo paramilitar terrorista prohibido en muchos lugares. Un mensaje de odio a la colectividad Armenia que se manifestaba pacíficamente. Pediremos convocar a el canciller para plantear una situación inaceptable”.

El ministro de Trabajo Pablo Mieres, también uso la red social para expresar: “En la conmemoración de un nuevo aniversario del Genocidio Armenio hago llegar mi saludo a toda la colectividad armenia. Y mi rechazo a toda expresión de racismo y xenofobia”.

Por el Partido Colorado se manifestó el diputado Felipe Schipani diciendo: “Inadmisible gesto de provocación del Canciller turco. Toda nuestra solidaridad con la colectividad armenia”.

“El gobierno uruguayo fue muy confiado”

En diálogo con El País, la cónsul honoraria de Armenia en Uruguay, la licenciada Alicia Aprahamian”, repudió la actitud del canciller turco y aseguró que no es la primera vez que incurre en actos de ese tipo. No obstante, agradeció la “rápida reacción del gobierno” en rechazar el hecho. Sin embargo, opinó que la administración Lacalle “pecó de confiada” al aceptar que el funcionario turco visitara el país en los días que se conmemora el genocidio armenio, porque se corría el riesgo de que se produjese alguna situación como la que ocurrió. Más allá de reconocer la importancia de que Uruguay genere oportunidades comerciales para crear empleos y mejoren la calidad de vida de la población, recordó la sentencia de Artigas en la que sostuvo “no venderé el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad”. Por su parte, la comunidad armenia emitió un comunicado que sostiene que la situación fue “un acto provocador, desbordando los límites que impone la diplomacia internacional”.

Antecedentes: quiénes son los “Lobos Grises”

Según un informe elaborado por Radio Francia Internacional, los “Lobos Grises” surgieron a finales de los años 60, como grupos juveniles de choque cercanos al Partido del Movimiento Nacional (MHP) de extrema derecha, que más tarde se convirtió en uno de los principales apoyos del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras la tentativa de golpe de estado en 2016.

El nombre del grupo es una referencia a la loba Asena, madre de todos los turcos según la mitología nacional y figura central de la identidad nacional. Los “bozkurtlar”, como se los conoce en turco, hacen un gesto con la mano que los identifica, el llamado “signo del lobo”.

Los comienzos de los “Lobos Grises” estuvieron marcados por el anticomunismo, y se les atribuye centenares de asesinatos de intelectuales y periodistas de izquierda. Entre sus principales objetivos están los defensores de derechos humanos, militantes de izquierda, y separatistas kurdos y armenios.

Se asegura que los “Lobos Grises” organizaron atentados en el exterior contra los supuestos “enemigos de Turquía”.

En la actualidad siguen siendo un referente para los sectores ultranacionalistas turcos y fervientes simpatizantes de Erdogan.

Un comunicado divulgado ayer domingo por la Organización Multiinstitucional Armenia da cuenta que los “Lobos Grises” “accionan no solo persiguiendo a las minorías y a la oposición que existe en la República de Turquía, sino que persigue a opositores turcos que se encuentran en el exilio, razón por la cual ha sido ilegalizada por países democráticos como Francia en el 2020”.

Su ataque más famoso fue el intento de asesinato en la Plaza de San Pedro en el Vaticano contra el papa Juan Pablo II en 1981 por parte de Mehmet Ali Agca, integrante del grupo, razón por la cual los “Lobos Grises” serían conocidos internacionalmente.

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