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Pablo Bartol: “No es que están en la calle porque tienen derecho o les gusta”

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Pablo Bartol, ministro de Desarrollo Social. Foto: Leonardo Mainé.

ENTREVISTA

El ministro de Desarrollo Social dijo que si en campaña electoral imaginaban que iban a agarrar un “fierro caliente”, ahora con la pandemia del coronavirus ese fierro se les calentó “muchísimo”.

Pablo Bartol, ministro de Desarrollo Social, que debutó en un cargo político el 1° de marzo comentó en una entrevista con El País que desde el día cero de la emergencia sanitaria se les prendieron las “alarmas” inmediatas al ver que tenían que trabajar con un grupo de la población que carecía de toda protección social. El Mides pasó de tener unas 200 llamadas por día a 20 mil. El jerarca dijo que sí ve la luz al final del túnel y destacó que la llegada del coronavirusaceleró procesos que tenían estimados en la campaña.

-¿Cómo se ve en este nuevo rol con traje de político?

-La sensación de estar aprendiendo todos los días, que es un mundo donde hay que tener en cuenta más personas que en cualquier otro ámbito. Por supuesto que está el presidente, pero están los otros ministros, los dirigentes, los técnicos y toda la gente a la que respondés. Te das cuenta que tu rol es mucho de eso: tener en cuenta lo que dice mucha gente y que el ministerio vaya respondiendo a esas demandas.

-¿Le pasó de encontrarse con la burocracia a la que no estaba acostumbrado?

-No. No me pareció que la burocracia sea una traba. Pero tal vez yo tengo una ventaja que es que tenemos una crisis en el medio donde tal vez la gente no esté en una actitud de trabajo burocrático. Todo lo contrario. Todo el mundo se pone las pilas. Estamos teniendo una interacción con otros ministerios maravillosamente. Con el BPS, que era uno de los lugares donde se decía que había ciertas complicaciones, estamos trabajando maravillosamente bien. Estamos jugando de taquito, casi de memoria. Nicolás Martinelli (número tres del Mides) ha trabajado para hacer una reingeniería de proceso espectacular. Cosas que gente del ministerio decía que antes llevaba un tiempo enorme, ahora las estamos sacando a una velocidad impresionante. No he notado la burocracia.

-¿Cómo recibieron el Mides?

-Un ministerio que tiene una potencialidad enorme, que tal vez estaba bloqueado por las chacras en que estaba dividido, y ahí es donde pusimos el primer foco en integrar todas las direcciones. Que haya un trabajo en equipo enorme. Estamos derribando un montón de nichos aislados. Por ejemplo algunos cambios en la estructura que todo el mundo acá cuando llegamos decía que tenían que hacerse. Que programas de proximidad cómo Uruguay Crece Contigo y Cercanía estuvieran bajo una misma dirección es algo claro. Listo, ya está hecho. Y por el reparto de las direcciones por distintos sectores políticos, o por temas personales no se daban pasos que se veían como evidentes.

Pablo Bartol asumió como ministro de Desarrollo Social. Foto: Juan Manuel Ramos.
Pablo Bartol cuando asumió como ministro de Desarrollo Social. Foto: Juan Manuel Ramos.

-Eso es en lo organizativo. Pero de lo que se suele llamar como “la herencia” que reciben de la administración saliente, ¿cómo es?

-(Se toma 11 segundos para pensar) Me parece que hay cosas y bloqueos de tipo ideológico que no les permitían tomar decisiones.

-¿Por ejemplo? ¿Temas en donde no querer meterse?

-Sí, o que la academia los había vuelto tabú.

-¿Para poner uno en concreto?

-Que si vas a dar una tarjeta, que aquellas familias que tengan una dificultad grande, se haga un seguimiento. Tu página web dice que es para comprar alimentos, cosas menos alcohol y tabaco. Pero después no controlás nada. Había como un tabú sobre si controlar o no controlar. Nosotros con esta aplicación nueva (TuApp) vamos a poder generar una trazabilidad de los gastos que permita jerarquizar y valorizar el instrumento. La tarjeta del Mides había perdido cariño, frente a los ojos de los uruguayos y los que pagan impuestos. Es algo que todos estamos poniendo el esfuerzo para sacar adelante a los que la tengan. Se había transformado en un instrumento de… De privilegio y de dar algo sin mirar si se estaba usando para lo que dijimos. Nosotros no tenemos ese prejuicio de hacer una trazabilidad. Se jerarquiza el instrumento para que todos los uruguayos lo valoren. Que sientan que vale la pena que se invierta mucho dinero para la gente que la está pasando mal.

-En campaña decían que iban a agarrar un fierro caliente. ¿Cuánto más se calentó a partir del 13 de marzo con la emergencia sanitaria?

-Y muchísimo. Lo vimos apenas surgió esta crisis y vimos el parate económico que traía esta crisis sanitaria. Te diría que vimos mucha gente que estaba por fuera de los sistemas de protección social que quedaba a la deriva. Nos surgió una alarma inmediata. Esta crisis lo que hizo fue ponerle rostros a los grandes números que tenía el gobierno sobre cuánta gente había en el sector informal. Lo vemos con el 40% de las llamadas que empezaron a entrar. Acá se recibían 200 llamadas por día y pasamos a recibir 20 mil por día. Un 40 por ciento de las llamadas era de gente que nunca había llamado al Mides.

-¿Qué quiere decir?

-Es gente que toda la vida salió a laburar todas las mañanas sin pedirle nada al Estado y ahora, frente a un parate tan grande tiene que venir al Estado. Eso le puso rostros a algo que se decía: "Bueno sí, el 25% de los ocupados en realidad está en negro". En realidad el rostro es que ahora nos vimos y nos dimos cuenta que eran tremendamente vulnerables. Nos dimos cuenta cuan indefensos estaban y esa es la gente que salimos a abrazar y a buscarle una solución. Logramos que se registren rápido. También se ha querido cuidar ese mensaje: de que aquel que se está formalizando no note que capaz que hubiese sido mejor quedarse en lo informal porque cuando viene la mala te ayudan más que si te formalizaste, por eso surgió lo del subsidio. Para que hubiese una clara señal de que ante un problema en ese momento se lo va a apoyar.

-Con el coronavirus la situación del mundo cambio. ¿Qué pasa con el plan inicial con que llegaron al gobierno?

-Ese plan sigue estando ahí. Tal vez están algunos temas en el freezer, porque necesitamos atender la emergencia. Pero a la misma vez estamos aprovechando a hacer cambios que con la crisis se aceleran los plazos. Por ejemplo en algunos modelos para atender a la gente en situación de calle. Algunos eran penosos. Porque tratar a la gente como en un cuartel que llegás a una hora, a que hora dormís, y te digo a que hora comer, y a que hora levantarte e irte, y aunque esté lloviendo igual te saco para afuera. Ese modelo es poco humano. De asistencia muy poco. Nosotros ya habíamos visto que el mundo iba a otros modelos. De a dos o de a tres y no de a 30 que casi que viven en patota. Y que donde este tenga una llave y pueda decir que es su lugar en el mundo: su pequeña casa. Esto ya lo estamos empezando a implementar, ojalá que en 15 días podamos implementar algunos, que vivan de dos o de a tres, con su propia llave y que puedan entrar y salir cuando quieran. Que puedan autogestionarse. Que hagan su vida sin una autoridad que les está marcando todos los tiempos todo el tiempo.

Pablo Bartol, el prosecretario de Presidencia Rodrigo Ferrés, Álvaro Delgado, la ministra Arbeleche y Pablo Mieres. Foto: Darwin Borrelli
Pablo Bartol, Rodrigo Ferrés, Álvaro Delgado, Azucena Arbeleche y Pablo Mieres en conferencia de prensa por el nuevo coronavirus. Foto: Darwin Borrelli

-¿La propiedad de quién es?

-Sigue siendo del Estado pero se le da en comodato. Sabemos que es un sistema que mejora su autoestima. Vamos haciéndolo al mismo tiempo que atendemos la emergencia sanitaria. Así como hay temas que se los puso en el freezer, hay otros que los aceleró. Nos metió un intensivo y los vamos a conseguir mucho antes de lo que lo soñábamos.

-Ha gente que sigue en la calle y se resiste a salir. ¿Cómo trabajan con esos casos?

-Primero hay un discurso distinto que no es que ellos están ahí porque tiene un derecho o les gusta ese estilo de vida. Cree-mos que es gente que justamente ha perdido los vínculos y eso la lleva a aislarse y vivir en la calle. Generamos dispositivos para mayores de 65 años, porque todavía hay algún mayor viviendo en la calle. Pero a todos se les ha insistido por todas las maneras, que los necesitamos y hemos generado lugares de protección las 24 horas. Hemos logrado que muchos más quieran venirse. Sabemos que hay quienes aún se resisten, esperamos seguirlos convenciendo. En algunos hemos acudido a vecinos. Hay vecinos que me han escrito diciéndome que ellos ayudaban a convencerlos. La lógica y el cómo encaramos el tema es porque necesitan una ayuda muy grande porque están con una indefensión muy grande. Tenemos que ponerle todo el afecto, el apoyo muy grande. Que sientan la protección del Estado.

-En el plan que presentaron en la campaña también hablaba de la preocupación con las adicciones. ¿Cómo pueden avanzar en tratar el tema en medio de esta crisis?

-Si me decís qué temas nos quedaron en el freezer pero todavía no pudimos avanzar, ese es uno. Tal vez la emergencia de la situación de calle y la búsqueda de protección para las personas mayores de edad nos abocó, o tal vez el transferir dinero para que tengan alimento nos llevó mucha de la energía y en todo el tema de las adicciones no pudimos avanzar.

“Necesitamos urgente formar a la población”

-El presidente Luis Lacalle Pou empieza a hablar del “Día D”. ¿Lo visualiza?

-Sí, claro. De las cosas que uno ve, nosotros y la gente que estamos ayudando, ves gente que claramente carece de capacidades para trabajos mejores de lo que van surgiendo, pero son gente voluntariosa y buena y quiere trabajar. Pero si no le damos las capacidades para trabajar en lo que se viene, realmente va a ser muy difícil que el mercado laboral les dé sustento. Parte del “Día D” es generar una capacitación mucho mayor, que vincule con los trabajos que se vienen. También la reforma educativa que necesita este país es profundísima. A mí me gustaría que alguien muestre en los últimos 15 años cuantos profesores de matemática graduó el IPA, por ejemplo. Cuando se sepa se nos va a caer la cara de vergüenza.

-¿Imagina que son pocos?

-Muy pocos. Queremos generar una sociedad volcada a la ciencia y la tecnología y nos faltan profesores de matemática graduados. Cómo vamos a apostar a un país moderno con ciencia y tecnología si nuestra formación en matemática es tan mala. Hay gente que cuando la tecnología avanza va a ir quedando por el camino. Y hay que darle herramientas. Necesitamos urgente formar a la población. Ahí el Inefop tiene que dar una mano enorme, y medir su eficiencia. Cuando se mida lo que ha logrado en estos últimos 15 años nos vamos a pegar un susto. Ver cuánto invirtió para lograr tantos salarios promedios entre ellos.

“Pensamos que TuApp va a ser nuestro Plan Ceibal”

-El sistema de cupón mediante la App no era algo que estaba en el plan inicial del gobierno. ¿Piensan extender el beneficio?

-Es una herramienta formidable que llega con la crisis sanitaria. La innovación tecnológica con TuApp para las canastas, en otro momento sin tanta urgencia de transferir fondos, tal vez nos llevaba un año de evaluación, de prueba y plan piloto. Siempre que se adopta una nueva tecnología trae esos tiempos. Esta urgencia y necesidad, que no había tiempo para imprimir 100 mil plásticos y distribuirlos, aceleró. Esto que los más pobres van a tener una tecnología casi de billetera electrónica antes que los más ricos. Los más ricos no lo tienen y los pobres sí. Una de las grandes cadenas me informó que su lugar de mayor descarga del cupón canasta fue en su local en el Cerro. Nosotros estamos pensando que TuApp para nosotros va a ser nuestro Plan Ceibal. Llega primero a los más pobres antes que a los más ricos. Va a tener sus garantías que a medida que se integre con las cadenas y comercios vamos a trabajar para que sea para alimentación saludable de tu familia. Y eso es una garantía de aplicación de fondos a la gente más vulnerable en los puntos que queremos ayudar.

-¿Se pensó en algún momento, dar la canasta y pedir alguna contrapartida por aquella discusión de que el Mides da plata y no pide nada a cambio como forma de revalorizar?

-Cuando la caída de la economía es tan abrupta, de un día para el otro, lo primero que pensás es: el barco entró en la tormenta y hay que atar todo para que no se caiga nada afuera del barco. Después pensaremos por qué cada quien estaba en ese lugar y si tendría que haber estado en otro lugar. Lo primero es atender. La primera reacción fue atar todo.

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