Habiendo pasado casi dos años desde que dejó el cargo como fiscal de Corte,Jorge Díaz se siente más liviano para opinar. En entrevista con El País admitió que le “convence” el proyecto político que “surge del programa del Frente Amplio” porque atiende “las cuestiones sociales”. Sobre el actual gobierno, cuestionó lo que entiende como aumento de la pobreza. Y sobre la Fiscalía, negó que hubiera una división interna.
-Como exjuez de Crimen Organizado, ¿le sorprendió la decisión de la Suprema Corte de Justicia de sumariar a la jueza Adriana Chamsarian por la prisión domiciliaria que dio a un narcotraficante sin el control de una tobillera electrónica?
-Creo que está bien que las jerarquías administrativas de los organismos del Estado tomen las medidas disciplinarias que correspondan. Siempre están dadas todas las garantías.
-¿Cree posible que el narcotráfico se haya infiltrado en el Poder Judicial?
-Yo conozco a las dos colegas en el caso concreto (N.d.r: se refiere a Chamsarian y a la jueza María Helena Mainard, quien igualmente es investigada por haber otorgado prisión domiciliaria a al menos un narcotraficante que también se escapó) y no se me pasa por la cabeza que alguna de ellas haya incurrido en algún acto de corrupción.
-¿El gobierno está siendo efectivo en el combate al narcotráfico?
-(Piensa). Lo que pasa es que hay un problema de fondo más allá de este gobierno y es si el mundo está siendo efectivo en la guerra contra las drogas. ¿Cómo les está yendo a los Estados en esta guerra? Yo ya dije que acá el último plan contra el narcotráfico era del 2012. Pero el gran problema del tráfico ilícito de drogas, en el fondo, es que sean ilegales.
-¿Usted está afín a dar la discusión sobre su legalización?
-Es que no es una decisión que pueda tomar un país por sí solo; hubo una decisión mundial de penalizar y combatir el tráfico de determinadas sustancias que ha llevado a que los narcotraficantes sean cada vez más ricos. Por eso antes de contestarte si el gobierno está siendo eficiente, me pregunto: ¿el mundo acaso está siendo eficiente?
-Le cambio la pregunta, entonces. El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, parafraseándolo a usted ha dicho que no había un plan y que ahora sí hay. ¿Está de acuerdo? ¿Hay un plan ahora para combatir el narcotráfico?
-Creo que hay una focalización en el microtráfico, que es algo que la gente reclama. Pero entiendo que el combate al microtráfico o la priorización del combate al microtráfico es algo ineficiente. No porque sean ineficientes al hacerlo, sino porque es ineficiente en sí mismo. No tiene la eficiencia del combate a las grandes organizaciones. No digo que no haya que hacerlo, ojo.
-Usted se considera un hombre de izquierda. ¿Cómo define hoy ese posicionamiento ideológico?
-Yo me defino como un socialdemócrata. Porque izquierda y derecha también es una simplificación que se usa para que todo el mundo lo entienda. Si me querés ubicar a nivel internacional, yo soy muy favorable al gobierno de España, de Pedro Sánchez.
-¿Dónde estuvo la izquierda de Díaz en la gestión de la Fiscalía?
-Ahí lo que hubo no fue una gestión de izquierda, fue una gestión en la que impulsé un modelo acusatorio, adversarial, oral y público, y en la que se transformó aquel Ministerio Público que servía para todo en un organismo encargado y especializado de la persecución penal. Pero ese ya era un modelo definido a nivel mundial.
-¿La guerra intestina que hay hoy en la Fiscalía es un legado que dejó y del que se arrepiente?
-No creo que haya ninguna guerra intestina en la Fiscalía. Por lo menos, hasta donde yo sé, existe gente que piensa distinto, como existió toda la vida. A ver, antes de que yo llegara a la Fiscalía estaban los partidarios de Mirtha (Guianze) y los contrarios a Mirtha, y antes de Mirtha estaban los partidarios de (Miguel) Langón y los contrarios a Langón.
-Y ahora están los partidarios de Díaz y los contrarios a Díaz…
-Yo no creo que haya fiscales partidarios de Díaz. Me parece que es ofensivo para los fiscales pensar que ellos se dividen.
-En la Rendición de Cuentas hay un artículo que usted ya ha cuestionado y que plantea la inhibición del ejercicio profesional de la abogacía durante tres años a los próximos fiscales de Corte, una vez que dejen el cargo. ¿No hay de cualquier manera cierta influencia que puede ejercer un exfiscal de Corte, como en su caso, al pasar a la actividad privada, tanto en los juzgados como con los fiscales?
-Esa norma tiene un único objetivo y es impedir que hoy los fiscales, que son quienes están mejor formados, mejor preparados y tienen más experiencia en el ejercicio del derecho profesional penal, mañana pasen a la actividad privada y puedan competir en el mercado. Acá no hay un problema ético. Acá hay un problema de restringir la competencia. En mi caso, entré con 44 años (a la Fiscalía) y me fui con 54. Y en 2012 me preguntaron expresamente en el Parlamento: “Doctor, usted se va a ir con 54 años y no va a tener causal jubilatoria, ¿qué va a hacer cuando se vaya?”. Me voy a la actividad privada, voy a ejercer la profesión, respondí. Ahora me cuestionan lo que yo dije que iba a hacer ya en el año 2012… Por eso no me siento cuestionado, porque yo hice toda la vida lo que dije que iba a hacer.
-¿Cómo evalúa la gestión que está haciendo su amigo y actual fiscal de Corte, Juan Gómez?
-Es la gestión de un fiscal subrogante que viene sosteniendo el palo de la carpa. Hay una irresponsabilidad del sistema político en no designar al fiscal, a él o la fiscal titular.
-La ahora exfiscal Gabriela Fossati, a quien conoce bien, ha dicho insistentemente que no se sintió respaldada por el fiscal de Corte en el caso Astesiano.
-Desconozco el caso Astesiano, no tengo ni idea.
-¿Se fue a fondo en esa investigación?
-Bueno, se sigue investigando, ¿no? Ahora sé que va a haber una imputación en estos días.
-Fossati ha dicho también que no están dadas las condiciones para investigar la corrupción política. ¿Qué piensa?
-Hoy que soy un ciudadano libre opino sobre lo que me interesa y no opino sobre lo que no me interesa. Y una de las cosas que no me interesan es opinar sobre lo que digan mis excolegas.
-¿Pero están dadas las condiciones para investigar la corrupción política en Uruguay?
-Durante mi gestión como fiscal de Corte se imputó al vicepresidente de la República (Raúl Sendic), al ministro de Economía (Fernando Lorenzo), al presidente del Banco República (Fernando Calloia)... Traeme la historia del país para ver cuándo pasó eso antes. Nunca se había investigado a un político en funciones. Dato mata relato, como le gusta decir al presidente.
-¿Qué responsabilidades entiende que realmente le caben al gobierno en el caso de la emisión del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset?
-No puedo dar opiniones de carácter general porque la pregunta me involucra como abogado de (la exvicecanciller) Carolina Ache. Lo que puedo decir es que Ache no tuvo absolutamente ninguna responsabilidad en la entrega del pasaporte.
-¿Realmente ninguna? ¿Y con el mensaje que recibió de Guillermo Maciel alertándola de la situación?
-Lo vamos a especificar claramente cuando declare en la Fiscalía, porque la decisión es declarar en la Fiscalía. Pero ella no tuvo ninguna participación. Y hay un dato de la realidad: las comunicaciones o las alertas entre los organismos de seguridad del Estado, no se hacen por WhatsApp. O sea, son del más absoluto poco profesionalismo que he visto esas comunicaciones.
-¿Hubo corrupción en este caso?
-De la investigación a lo que yo accedí no surge.
-En entrevista con La Diaria dijo que está convencido de que hay que sacar al gobierno actual. Que tiene que terminarse este ciclo. ¿Por qué?
-Porque no estoy de acuerdo con las políticas que instrumenta.
-¿Cuáles son esas políticas?
-Por ejemplo, en materia de pobreza infantil. Esta semana salieron los datos de la pobreza y en comparación con el periodo anterior aumentó; por décimas, pero aumentó. La indigencia, también. La concentración de la pobreza en la infancia es brutal. Estamos discutiendo las jubilaciones de los viejos, pero no discutimos a los jóvenes y los niños. Yo respeto muchísimo el gobierno y además el doctor Lacalle Pou está haciendo lo que dijo que iba a hacer, no lo cuestiono en ese sentido. No vivimos en un país donde si gana uno hay que matar al otro, por suerte. Pero sí entiendo que hay un determinado proyecto de país que a mí como ciudadano me convence más y entiendo que es mejor.
-¿Cuál es ese proyecto?
-El proyecto que surge del programa del Frente Amplio.
-¿Por qué lo prefiere? ¿Porque considera que atiende mejor el área social?
-Fundamentalmente, sí. Hay cosas que en Uruguay no se discuten. La propiedad privada no se discute. La seguridad jurídica no se discute. La seguridad en las inversiones no se discute. El país exportador no se discute. Y hay otras que sí se discuten. Bueno, estamos hablando en dónde ponemos el énfasis. Y para mí hay que poner el énfasis en las cuestiones sociales.
-¿Se identifica con algún candidato frenteamplista?
-No me identifico. No tengo militancia política.
-¿La va a tener?
-No está en mi plan.
-¿Se ve volviendo a la gestión pública?
-Es difícil. Tiene que ser algo que enamore.
-¿Al Ministerio de Justicia, sobre cuya creación hay consenso político?
-Ojalá se cree. Es necesario. Pero te tiene que enamorar. A mí me enamoró trabajar como juez. Me encantaba. Me enamoró trabajar como fiscal. Me encantaba. Y hoy disfruto ser abogado.
-¿Y el Ministerio del Interior?
-Por ahora no me voy a autopostular a cargos que nadie me ofreció.
“No me gusta la identidad reservada”
-¿Le sorprendió el caso Penades?
-Sí. Mucho. Yo tuve una muy buena relación profesional con el senador Gustavo Penadés. Creo que todo el sistema político es unánime en ese sentido.
-¿Confía en que podrá demostrar su inocencia?
-Hasta que sea declarado culpable por la Justicia y por sentencia ejecutoriada, es inocente.
-¿Le parece jurídicamente correcto que el imputado en este caso no conozca la identidad de los denunciantes?
-A mí no me gusta nada que todas las víctimas, incluidas los mayores de edad, hayan declarado con identidad reservada.
-¿Por qué?
-Porque resta garantías. Hay un derecho de protección de la víctima que hay que ponderar, pero la realidad es que en un caso en el que todos los testigos declararon con identidad reservada me parece que... Y además ahí va a haber un problema probatorio porque los testigos con identidad reservada tienen una especie de capitis diminutio en la valoración de su testimonio. El propio código dice que el juez tiene que valorar con extrema rigurosidad ese testimonio. Está investigado por delitos graves, pero en principio rige el estado de inocencia. No voy a condenar.