ENTREVISTA
El director general de Secretaría del Ministerio del Interior tiene claro que alguien tiene que empezar por lo menos a dirigirse a “los larrañaguistas que hay en todo el país”.
Luis Calabria, director general de Secretaría del Ministerio del Interior, está convencido de que desde el fallecimiento de Jorge Larrañaga hay un “vacío político” que sus seguidores tienen que llenar, pero no de cualquier forma.
Para empezar tiene claro que, a cerca de un año de la muerte del exministro del Interior, alguien tiene que empezar por lo menos a dirigirse a “los larrañaguistas que hay en todo el país” para decirles que el legado del fundador de Alianza Nacional tiene quien lo defienda. Calabria fue uno de los hombres que siempre estaba al lado de Larrañaga; por eso todavía sufre la pérdida de su líder, pero a la vez, se siente con otra responsabilidad y se suma como figura activa en la defensa de la LUC.
-¿Cómo definiría el legado que dejó Jorge Larrañaga?
-Jorge dejó un legado muy importante. Dejó un camino trazado y nosotros seguimos ese camino, que es el larrañaguismo, porque no habría justicia si se pensara en Jorge solo como un caudillo o un referente. Fue mucho más que eso, fue un articulador de un proyecto de país. Él tenía una visión completa del Uruguay que ahora nosotros queremos defender.
-¿Cómo sería ese país, a grandes rasgos?
-Un país que se basa en la libertad, pero también en la igualdad de oportunidades. Por eso la gran defensa que hizo Jorge de la descentralización, porque en definitiva se trata de igualar las oportunidades. Por eso el énfasis en la educación pública, y ni que hablar en la seguridad.
-¿Quiénes pueden ser hoy los conductores del “larrañaguismo”?
-Hay fantásticos compañeros que pueden encabezar el larrañaguismo, pero primero hay que afirmar el proyecto conceptualmente, porque sin esa afirmación, sin definir qué queremos y cómo queremos, no tiene sentido lo otro.
-¿Usted, por ejemplo?
-Yo no tengo hoy esa pretensión. Mi pretensión sí es defender y decirle al Uruguay que hay un proyecto de país que defendió Jorge Larrañaga, que está vigente, que es una visión completa del Uruguay y que queremos aportar en el partido esa visión. Es el Uruguay que soñó Jorge y le digo a todos los larrañaguistas que hay en el país que vamos a defender ese Uruguay, y que ese es mi motor.
-Hubo un aumento de homicidios en febrero, reconocido por el ministro Luis Alberto Heber.
-Si uno ve los dos años de gobierno, con el cambio de la política de seguridad a partir de marzo de 2020, hay más de 150 homicidios menos. Quienes critican deberían tener por lo menos humildad y autocrítica.
-El senador Guido Manini Ríos empezó a repetir que si se derogan los 135 artículos de la LUC los patrulleros volverían a ser atacados a pedradas en los barrios, y que sobrevendría otra vez el irrespeto a los policías. ¿Está de acuerdo? ¿Volvería a pasar eso?
-Lo que volvería a pasar es que esa gente, si lo hiciera, no tendría sanción penal. Porque el policía es el soporte de la ley, por lo que cuando ese policía entra a un barrio a hacer una detención es porque la ley lo manda. Entonces, seguirían entrando a los barrios, pero si los agreden, no habrá sanción penal, que es lo que permitió la LUC.
-¿Pero en el día a día del trabajo policial, cómo cree que cambiaría la situación?
-La LUC es una ley amiga de la Policía. La aprobación de la LUC fue una buena noticia para la Policía y mala para los delincuentes. Y si se deroga la LUC, va a ser una buena noticia para los delincuentes porque se van a beneficiar.
-Heber también llegó a decir que sí se derogan los artículos en cuestión las cárceles van a abrir sus puertas. Y usted, señaló que una de las posibilidades es que los presos salgan porque se derogaría “el delito por el cual han sido formalizados”. ¿Cree que puede realmente darse esa situación?
-Se van a liberar muchos. Pero va a haber, por ejemplo, 1.700 rapiñeros que van a acceder al beneficio de la libertad anticipada.
-Pero no es que se cae la LUC y al otro día son liberados.
-Podrían salir antes, y con la LUC no. Los violadores, que con la LUC no tienen el beneficio de la redención de pena por trabajo y estudio, podrían también redimir pena y salir antes si se derogan los artículos. Yo creo que mucha gente quiere que las penas se cumplan.
-¿Y si se derogan estos artículos, los delitos podrían volver a subir, ya que el gobierno sostiene que la LUC dio un instrumento jurídico clave para explicar la baja?
-Procuraremos que no, pero evidentemente, si usted tiene más tiempo en prisión a delincuentes violentos, es probable que muchos de ellos pretendan reincidir. La LUC ha sido fundamental para bajar los delitos, tanto por el respaldo a la Policía como por los cambios normativos que suponen la creación de delitos, el agravamiento de penas o la restricción del acceso a beneficios liberatorios. Todo esto genera un efecto de incapacitación sobre los delincuentes.
-¿No hay posibilidad de que haya daños por la aplicación de la LUC que no se den ahora y puedan darse a largo plazo?
-No, ninguna. Hay un artículo de la LUC que habla de la presunción de la actuación legítima de la Policía, porque había un prejuicio ideológico y una presunción contraria a la Policía, y eso cambió. ¿Ahora, dónde están los abusos?
-Los defensores de oficio refirieron hace unos meses a casi un centenar de situaciones de abusos a los detenidos.
-¿A quiénes les hicieron esa denuncia? ¿Qué fiscal interviene en estas denuncias?
-La afirmación de que antes de la LUC la Policía no podía detener ni pedir documentos en la calle, ¿es realmente cierta? ¿No podían?
-Podía hacerse si la Policía pensaba que la persona estaba requerida o que había cometido un delito. Por algo se cambió y es algo que pasa en todo el mundo. Ahora hay 19 meses de la ley y no pasó nada de lo malo que decían que iba a pasar. Ya no hablan de gatillo fácil, pero antes de la ley decían que iba a haber. ¿Dónde está la autocrítica de que se equivocaron?
-¿Ha retrocedido en algo el narcotráfico, que Larrañaga definió como “la batalla madre” o sigue creciendo?
-Es la batalla madre, sin dudas. Le hemos cortado muchas cabezas, muchas más que las que se cortaban antes. Pasamos de 600 bocas desarticuladas en 2019 a 1.152 en 2021, por ejemplo.
-¿Pero cómo lo ve usted como fenómeno? ¿Retrocedió en algo en Uruguay?
-(Piensa). Lo que se ha incrementado es la lucha que estamos dando. Es difícil medir el avance del narcotráfico.
-¿Qué comentario le merece el fallecimiento del exministro Eduardo Bonomi?
-Respeto por quien fue un servidor público y con quien, en la transición, hubo diálogo y cooperación de alta política.