Lacalle Pou transmitió a dirigentes que "está a disposición" para hacer campaña por la Coalición Republicana

El presidente, que hará dos viajes al exterior una vez que deje el cargo el 1° de marzo, comunicó su postura ante consultas políticas que recibió por este tema.

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Luis Lacalle Pou.
Luis Lacalle Pou.
Foto: Estefanía Leal.

Las preguntas sobre el futuro de Luis Lacalle Pou marcaron gran parte de agenda del pasado año electoral, hasta que al comenzar enero las incógnitas —que condicionaron en gran parte a la dirigencia del Partido Nacional— se despejaron por completo: anunció que, pese a haber encabezado las principales listas al Senado de los nacionalistas, no asumiría su banca; y que tampoco era una opción para presidir el directorio de los nacionalistas —además de que, entre otras cosas, tiene planificado ausentarse del país en cuanto deje la banda presidencial al ganador del balotaje del 24 de noviembre pasado, el frenteamplista Yamandú Orsi.

Como futuro inmediato, el presidente definió que trabajará en el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), como informó El País a comienzos de enero.

Pero con la campaña por las elecciones departamentales ya iniciada, dirigentes del Partido Nacional comenzaron a preguntarse qué rol jugará su líder político en esta carrera que ha sido definida como “clave” por el excandidato a presidente Álvaro Delgado —sobre todo en aquellos departamentos donde la permanencia de los blancos en el poder se encuentra en duda, como Río Negro, San José y Soriano, por citar algunos.

Lo que se sabe hasta el momento es que Lacalle Pou recibió algunas consultas políticas en este sentido, y que su respuesta ha sido que en caso de que se entienda que su aporte puede inclinar la balanza a favor de los candidatos de la Coalición Republicana —lema que en Montevideo, Canelones y Salto reúne a blancos, colorados, cabildantes e independientes—, está dispuesto a contribuir. En otras palabras: los va a “ayudar si así lo entienden”, señaló a El País un allegado al primer mandatario.

No obstante, el presidente no está seguro de que su participación pueda tener la incidencia positiva que muchos dirigentes esperan, en gran parte basados en la alta aprobación con la que dejará la Torre Ejecutiva. El último informe de la consultora Equipos, por ejemplo, volvió a ratificar la buena imagen con la que se retira: el 58% de los uruguayos aprobó ese mes su gestión, lo que implicó un crecimiento de dos puntos porcentuales en comparación con la medición de diciembre, y la confirmación de un saldo neto (+33) que solo fue superado por Tabaré Vázquez en su primer gobierno (2005-2010) y José Mujica (2010-2015).

Expectativas y razonamientos

Aunque Lacalle Pou aglutina a los blancos como no ocurría desde hace años en esta fuerza política —el Partido Nacional le organiza una despedida con sus militantes para el 28 de febrero, en la Plaza Independencia, bajo la consigna “¡Orgullosamente gracias!”—, no todos los candidatos a intendente de esta fuerza política creen que su contribución pueda sumar votos. Tal vez compartiendo algunos argumentos del propio mandatario, hay quienes creen que, más allá de su carisma y liderazgo, en algunas intendencias lo mejor es “no achicar la banda” de electores con su presencia, ya que algunas estrategias buscan captar el voto de frenteamplistas.

Pero ese no es el caso de los comandos de los candidatos que compiten en el paraguas de la Coalición Republicana, en particular en Montevideo y Canelones, donde hay postulantes que pertenecen a Aire Fresco, el sector político que fundó el presidente.

En la capital, donde Martín Lema se presenta como el retador —y según cálculos primarios, el candidato a priori con más apoyos de la Coalición—, tanto en el equipo del candidato blancos como en el de la colorada Virginia Cáceres ven con buenos ojos todo aporte que pueda hacer Lacalle Pou. Para Lema, señalaron incluso desde su entorno, que milita con el líder blanco desde hace más de 20 años, Lacalle Pou es una referencia casi exclusiva de “consulta” política.

En Canelones, en tanto, compiten dos nacionalistas —los blancos Sebastián Andújar y Alfonso Lereté, que integran el lema junto con el colorado Walter Cervini— en cuyos comando valoran positivamente una participación de Lacalle Pou.

En el de Lereté, de la lista 400 —en donde inició su carrera el propio Lacalle Pou— entienden que la inclusión del presidente en la campaña —en un rol y en tiempos que no están definidos— sería un “plus” que “aportaría mucho”, siempre y cuando el apoyo se haga “equitativo” con los tres postulantes.

En el equipo de Andújar la valoración es similar: “Sería un lujo que se sume”.

Por lo demás, otros dirigentes blancos al tanto de la disposición de Lacalle Pou imaginan que, en todo caso, la presencia de su líder en esta campaña, de concretarse, bien puede llegar “después de Semana Santa”; es decir, a mediados de abril.

Nota a la Asamblea General

La solicitud al nuevo Parlamento para salir de viaje en marzo

Luis Lacalle Pou tiene definido desde hace tiempo —y lo saben allegados y dirigentes del Partido Nacional más cercanos— que viajará al exterior una vez que, en la Plaza Independencia, le traspase a Yamandú Orsi la banda presidencial. Su intención es tomarse un tiempo de descanso.

Fue por esto que en la primera sesión de la Asamblea General de la actual legislatura —que tuvo lugar el sábado de tarde, luego de que sesionaran también por primera vez en este período las cámaras de Senadores y Diputados— el primer mandatario envió una nota al presidente temporal del cuerpo, el senador Alejandro Sánchez —secretario de Presidencia a partir del 1° de marzo— solicitando permiso para ausentarse desde el 2 del próximo mes hasta el 10, y del 18 al 31.

Esto es así porque en el artículo 172 de la Constitución de la República se establece que los jefes de Estado están “sometidos a residencia” durante el tiempo que dura su mandato, más “los seis meses siguientes” al fin de su gestión. Con lo cual se encuentran obligados a pedir “autorización para salir del país”, la que será concedida “por mayoría absoluta de votos del total de componentes de la Asamblea General, en reunión de ambas Cámaras”, a no ser que el viaje dure menos de 48 horas.

La moción, como es de estilo, fue aprobada por la unanimidad de los 126 legisladores que estaban presentes en sala.

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