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Guido Manini Ríos: "Delinquir es casi gratis y la Justicia hoy hace agua"

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Guido Manini Ríos. Foto: Francisco Flores

LA ENTREVISTA DEL DOMINGO

Guido Manini Ríos, precandidato de Cabildo Abierto.

Fue cesado como comandante en jefe del Ejército el 12 de marzo pasado y algunas semanas más tarde confirmó que sería candidato a presidente. En una entrevista con El País, Manini Ríos contó cuáles son sus propuestas en seguridad y cómo sería su cárcel militar para “pesos pesados del delito”. Además, dijo que existe una “operación” para que se discuta del pasado reciente “y no de los asesinados diarios, de los robos, la desocupación y la corrupción”.

-Usted dijo que por un tema de sensibilidad social se siente de izquierda pero a la hora de dar certezas es de derecha. ¿Cómo es eso?

-A nosotros nos preguntan: ¿son de derecha o izquierda? A mí no me gusta que me etiqueten. Si poner orden en un caos que hoy lleva a una situación de inseguridad insoportable se puede asociar a la derecha, Cabildo Abierto es de derecha. Pero nosotros somos artiguistas, y el artiguismo no es de izquierda ni derecha.

-No parece tan simple ordenar el caos del que habla. ¿Cómo lo haría?

-Hay que tomar medidas drásticas. O, más que drásticas, contundentes.

-¿Qué medidas?

-Hay que hacer cambios sustanciales en la Policía, la Justicia, las cárceles, en el tratamiento de adictos a las drogas y en recuperar a la juventud que no trabaja ni estudia y está al costado del camino. Si somos gobierno, el 2 de marzo de 2020 vamos a remitir un proyecto de ley de urgente consideración que abarcará esas cinco áreas.

-¿Qué haría con la Policía? En estos años hubo refuerzos en presupuesto y equipamiento.

-La Policía debe tener respaldo para actuar: hoy está de manos atadas. Se le falta el respeto, la insultan. A veces mira para el costado porque sabe que, si procede, termina en el juzgado. Hay comisarías en los barrios con un solo policía, vimos lamentables episodios de robos. Respecto a la Justicia, con la aplicación del nuevo código hay muchísimos delitos que no se investigan ni castigan. Es casi gratis delinquir acá.

-¿Realmente cree que es casi gratis delinquir? La Policía trabaja, resuelve casos y las cárceles están llenas...

-Sí, pero hay muchísimos delitos que terminan no investigándose por falta de medios y recursos. O terminan en un acuerdo con el fiscal, lo que se llama juicio abreviado. Para mí no hay dos lecturas: la Justicia hace agua y hay que cambiarla.

-¿Y qué haría con las cárceles?

-Las cárceles en Uruguay no rehabilitan.

-Lo de las cárceles lo vengo escuchando hace muchos años, incluso antes de que gobernara el Frente Amplio, y nadie ha podido conseguir que rehabiliten…

-Las cárceles son tierra de nadie. Deben estar dirigidas y mandadas por los guardias y no por los reclusos. Pero insisto: en las cárceles hay que rehabilitar. La mejor forma es hacer trabajar a los presos. Hoy las cárceles devuelven gente en peores condiciones que las que ingresaron.

-Pero hay presos que ya trabajan o estudian, incluso para acortar la pena. ¿Usted plantea que todos trabajen?

-Que todos trabajan un mínimo, por ejemplo, de seis horas diarias.

-¿Incluso los que están en máxima seguridad, muchas horas encerrados?

-Lo dicen los relatores de ONU y el comisionado parlamentario: el trato en las cárceles es inhumano. ¿Qué estamos esperando para reaccionar ante eso? Hay que disciplinarlos. También tenemos la idea de crear una cárcel militar. Ahí vamos a recluir a los pesos pesados del delito: los narcotraficantes, los que manejan bandas delictivas.

-¿Sería una cárcel solo para narcos?

-Sí, y otros pesados. Los que pudren el cajón. Son menos de 1.000 de los 11.000.

-¿Estarían aislados esos presos?

-Estarían en condición de aislamiento, como corresponde. Será una cárcel diferente, manejada por militares, con un sistema de relevo periódico.

-Escuché varias veces que usted habla de terminar con el “malandraje”. ¿Por qué se refiere así a los delincuentes?

-Malandraje es un término coloquial que significa delincuencia. En campaña lo usan, por eso lo empleo. Hay malandras de cuello duro, que roban bancos enteros, y otros que roban gallinas.

-¿Qué opina de la pena de muerte?

-No soy partidario de la pena de muerte, más allá de situaciones que indignan. Sí creo que el Estado no puede devolver a la sociedad gente que no está comprobado que esté rehabilitada y que se sabe que seguirá delinquiendo.

-¿Entonces apoya la cadena perpetua?

-Para los delitos graves, de gente que no ha demostrado que está rehabilitada, lo podríamos estudiar.

-¿Y qué opina del planteo de Jorge Larrañaga de usar a los militares?

-No estoy de acuerdo con el proyecto de la guardia nacional para que cumplan funciones policiales 2.000 militares. No podemos pedirle a un militar que actúe como policía. Es como decirle a un odontólogo que actúe como médico. Pero los militares sí pueden apoyar a los policías.

-¿Por ejemplo?

-Hoy lo hacen en la custodia de los perímetros de las cárceles. Mañana lo pueden hacer en la vigilancia de la frontera. En casos puntuales, por ejemplo barrios complicados que la Policía necesite apoyo, los militares se lo podrán dar, teniendo el marco legal necesario y actuando bajo sus propios mandos. Esa posibilidad está siempre abierta. Los militares pueden ayudar a la Policía, pero no creo que sea bueno asumir un papel protagónico.

-¿Cómo sería ese apoyo callejero?

-Es una hipótesis. Pero, si mañana la Policía está sobrepasada porque hay una banda delictiva armada de forma especial y tiene problemas para ingresar a ese lugar, puede pedirle apoyo a los militares. Pero cuando actúan las Fuerzas Armadas hay que medir las consecuencias.

-Usted habló del tratamiento de adictos a las drogas. ¿Qué haría?

-Es un problema muy serio. De la adicción al delito hay un paso muy corto. Estamos trabajando con psiquiatras y psicólogos para ver la viabilidad de la internación compulsiva del adicto con el permiso de sus responsables.

-Cuando era comandante, usted hizo una propuesta de rescatar a los “ni-ni” en dependencias militares. ¿En qué quedó?

-Eso quedó en nada. El Estado no dio respuesta a la propuesta. Yo veo a vein- teañeros que no estudian, que no tienen trabajo ni nadie que les dé empleo. Tenemos que recuperarlos. Devolverles la dignidad humana. Hay que enseñarles normas de convivencia y hábitos saludables, introducirlos a oficios y darles empleo.

-¿Cómo se hace eso con alguien que no tiene ganas de trabajar ni estudiar?

-Hay que salir agresivamente a hacerles ver los beneficios. No pueden acostumbrarse a vivir de la limosna.

-¿Se arrepiente de lo que dijo de los inmigrantes?

-No, lo repito en cualquier lado. A veces se informa la mitad de la noticia. En una recorrida en San Ramón, una persona dijo que hay empresas que dan trabajo solo a los inmigrantes y no a los uruguayos. Yo respondí que Uruguay debe tener los brazos abiertos. También dije que todos los beneficios que tenga un inmigrante, antes debe tenerlos un uruguayo.

-O sea, hay que darle prioridad al trabajador uruguayo.

-Es lo que estoy diciendo. Ninguna empresa puede buscar solo trabajadores extranjeros. Pero de ahí a la xenofobia, no.

-En una entrevista en Búsqueda, el ministro de Defensa, José Bayardi, le pidió “a los más viejos de la familia militar” que “liberen” a los más jóvenes y “no los sigan teniendo de rehenes”. Hoy da la impresión que algunos militares piensan casi igual que hace 30 años. ¿Qué responde?

-Los militares hoy no están con la mente parecida a la de hace 30 años. Si dice eso, es porque desconoce. Está hablando a la ligera. Pero entre los retirados, como también ocurre en el bando de enfrente, hay gente que se quedó en aquella época.

-¿Leyó la entrevista que publicó El País a José Gavazzo hace algunas semanas?

-¿Sabe que no la leí completa? Leí comentarios en redes pero he estado bastante ajetreado.

-Es asombrosa la frialdad con la que Gavazzo habla de la tortura en esa nota.

-Eso es un tema de Gavazzo.

-Sobre las actas, ¿por qué ordenó seguir adelante a los integrantes del tribunal de honor tras las revelaciones de Gavazzo?

-Ellos hicieron lo correcto: informaron al comandante en jefe, que les ordenó que continuaran. ¿Por qué lo hice? No lo quiero hacer público ahora. Si la Justicia me cita, voy a dar todos los detalles.

-En una entrevista en radio Carve, usted dijo que las revelaciones de Gavazzo no tenían valor en su mayoría porque se sabían desde hace años. ¿Lo ratifica?

-Todo lo que dije lo ratifico, pero no quiero seguir con el tema, porque creo que hay una operación para poner ese tema en el centro de la discusión, cuando lo importante es plantear soluciones a los problemas de la gente.

-¿Operación de quién?

-Hay mucha gente interesada en que se discuta de eso y no de los asesinados diarios, de los robos, la desocupación, los casos de corrupción, los escándalos. Prefieren poner a Gavazzo, al pasado, en el centro de la discusión.

-¿Habla de algo premeditado?

-Sí, de una intencionalidad. Es un tema que no está en el centro de las preocupaciones de los miles de uruguayos con los que hablé en esta campaña.

-Usted incluso dijo que hay gente harta de este tema.

-Sí, sí. Estoy convencido. Hablo de la gran mayoría. Habrá alguien que no...

-¿Hartos del tema desaparecidos y del pasado reciente?

-Sí señor.

-Hace unos días fue la Marcha del Silencio con miles de personas en la calle.

-Sí, sí. Hay algunas personas que siguen mirando el futuro con un espejo retrovisor. Nosotros queremos mirar por el parabrisas: para adelante.

-¿Pero no faltó un perdón más fuerte del Ejército?

-El Ejército una y otra vez ha reconocido los errores del pasado. Lo reconoció el teniente general (Hugo) Medina en 1986. No sé cuántas veces lo tiene que hacer.

-¿Y por qué hay militares que saben cosas y no las han contado?

-Eso hay que preguntarle a ellos. Yo no sé quiénes son. Debe ser gente muy mayor que tiene algún elemento más.

-¿Qué vínculo le quedó con el presidente Tabaré Vázquez?

-Nunca más lo vi.

“Me tentaron de distintos partidos”
Guido Manini Ríos. Foto: Francisco Flores

-¿Por qué un partido nuevo?

-Un partido nuevo es más coherente con mi manera de pensar. Yo no tengo ninguna atadura con ningún partido político, más allá de mi historia familiar. Por el lado de mi padre tengo antecedentes en el Partido Colorado y por mi madre en el Partido Nacional, además de mi señora. En el Ejército decimos que nosotros somos verdes, de ningún partido. Cuando tuve las manos libres, hubo acercamientos.

-¿Lo tentaron?

-Hubo acercamientos tentadores de distintos partidos.

-¿Por ejemplo?

-Prefiero no decir. Hubo ofertas. Lo hablé en el ámbito privado. Si ellos algún día lo quieren decir, lo dirán. Yo entendí que, para alguien que fue comandante en jefe del Ejército, no era apropiado entrar en una estructura partidaria. Cabildo Abierto levanta la bandera del artiguismo, que es la bandera del Ejército.

-Julio María Sanguinetti dijo que lo peor que podría hacer usted era liderar un partido militar.

-Sanguinetti nos quiere poner esa etiqueta para estrecharnos la base de acción. Nosotros no somos un partido militar, por más que hay militares que simpatizan. Pero hay militares en todos los partidos y en todos los sectores. Estoy en condiciones de dar nombres, si me los piden.

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