El día del candidato: los pilares de Álvaro Delgado en un domingo definitorio

El candidato nacionalista repitió sus cábalas de cada elección, se apoyó en su familia y visitó al presidente; en clima festivo, votó y se prodigó en selfies y abrazos.

Álvaro Delgado, candidato a presidente por el Partido Nacional, saluda a militantes tras votar.
Álvaro Delgado, candidato a presidente por el Partido Nacional, saluda a militantes tras votar.
Foto: Natalia Rovira.

El sol intenso y un calor sofocante no frenaron el entusiasmo de los simpatizantes blancos una vez que vieron al candidato Álvaro Delgado llegar al Club Banco República, donde votó ayer sobre las 13 horas acompañado por su esposa, Leticia Lautelade.

“¡Ahí viene Álvaro!”, fue el comentario que, al hacerse eco entre los adherentes a Delgado, desató los cantos en su apoyo. El repertorio incluyó el clásico “¡Pre-si-den-te! ¡Pre-si-den-te!” y otro que afirmaba: “El pueblo pide la Coalición”. Muchos vehículos que pasaban por allí se sumaban al coro haciendo sonar sus bocinas. Otras personas expresaban su respaldo gritando y haciendo flamear sus banderas del Partido Nacional.

Álvaro Delgado, candidato a la presidencia por el Partido Nacional, vota.
Álvaro Delgado, candidato a la presidencia por el Partido Nacional, vota.
Foto: Diego Ferreira.

A su paso, entre la marea de periodistas, fotógrafos y asesores, el candidato saludó sonriente y levantó el pulgar con optimismo. Desde los balcones de los edificios aledaños varias personas vitoreaban al presidenciable.

La votación de Delgado fue ágil, en parte porque el propio candidato había avisado en la mañana, a través de los medios, la hora a la que iría a sufragar de forma de evitar incomodar a otros votantes.

“Ya voy, ya voy”, respondía el nacionalista a los pedidos de los camarógrafos y fotógrafos para no perderse el momento de su voto. Su esposa se puso a su lado en ese instante clave.

A la salida del circuito, el candidato habló con los medios. Allí expresó su satisfacción por haber hecho la “mejor campaña”, “sin agravios, sin descalificaciones”. También reveló que el sábado habló con su rival, Yamandú Orsi, y le transmitió su idea de construir “un gobierno de unidad nacional”, si era electo presidente.

Álvaro Delgado junto a sus padres.
Álvaro Delgado junto a sus padres.
Foto: Natalia Rovira.

Como ha sido costumbre en cada elección, Delgado acompañó a Leticia a votar, en el colegio Ivy Thomas. Pocos minutos después y luego de las últimas fotos y saludos, ambos regresaron a su casa en Carrasco para almorzar con sus hijos. El menú fue lasaña, una tradición en día de elección.

A la espera de los resultados, los hijos de Delgado hicieron su propio balance primario. Pilar, la menor, había dicho en la mañana que su padre es “muy trabajador y dedicado”. “Lo he visto estudiar y prepararse toda la vida para esto. No es trabajo solo de estos meses, sino de años para poder llegar hasta acá y cumplir una de las metas más grandes. Es un ejemplo y un orgullo, y eso va más allá de los resultados de hoy (por ayer) de noche. El orgullo está en el esfuerzo, la dedicación y el trabajo”, cerró.

Diálogo con los aliados y Orsi

Durante el sábado, Delgado conversó con los líderes de los partidos de la Coalición Republicana -de hecho, compartió con ellos en Plaza Varela- y también lo hizo telefónicamente con su rival, el frenteamplista Yamandú Orsi. “Lo llamé ayer, lo he hecho en todas las elecciones”, reveló. En ese marco, destacó que las campañas electorales “no son peleas”, sino que en ellas compiten proyectos de país. “Le deseé una buena elección. Obviamente, le dije: ‘seguramente a mí me va a ir mejor’”, bromeó.

Visita

El abrazo de “amigos” con el presidente Lacalle Pou

Delgado “me vino a dar un abrazo como amigo, siempre estamos juntos en estas”, manifestó el presidente tras el breve encuentro con el candidato, quien lo visitó acompañado de su hija Agustina. “Ahora la vocera es la hija de Delgado”, bromeó el mandatario. El presidenciable recordó que trabajan juntos con Lacalle Pou desde 2008 y que el día de ayer era “especial para ambos” por “todo lo que vivimos juntos y todo lo que soñamos juntos para adelante”.

El abrazo entre Luis Lacalle Pou y Álvaro Delgado.
El abrazo entre Luis Lacalle Pou y Álvaro Delgado.
Foto: Natalia Rovira.

Dos generaciones

Los hijos de Delgado fueron a votar poco antes de las 10.30, repitiendo sus cábalas de las pasadas elecciones como usar la misma vestimenta y lucir, en el caso de Agustina, un pañuelo que llevó el día que Lacalle Pou ganó la elección de 2019. Cerca del mediodía, el candidato partió de su casa rumbo a Pocitos, donde visitó a sus padres y a su madrina.

Emoción: el beso a sus padres y a madrina antes de ir a votar

Antes votar en el Club Banco República, el candidato pasó por la casa de sus padres para saludarlos. “Como ayer no pude combinar, voy a pasar a darles un beso”, había adelantado en la previa. No eran los únicos que lo esperaban allí: su tía y madrina Alba vino especialmente desde Rosario (Argentina) para acompañarlo. Varios simpatizantes esperaron su momento para pedirle una foto y lo despidieron bajo el clásico cántico “¡Pre-si-den-te! ¡Pre-si-den-te! “.

CÁBALAS

De los scones a la perra “militante”

Sobre las 8.20, el candidato atendió a los periodistas apostados en la puerta de su casa. Lo hizo acompañado de Cala, la perra de la familia, que lució un poncho adornado con la foto de Delgado. El nacionalista invitó con “más de 80” scones, que había preparado la noche anterior su hija Pilar, y jugo de naranja, siguiendo la cábala de octubre.

Álvaro Delgado junto a su esposa, a punto de votar.jpg
Álvaro Delgado junto a su esposa, Leticia Lateulade, a punto de colocar el sobre con su votación.
Foto: Natalia Rovira.

Previa: Horas de recorrida, lectura y descanso en familia

Delgado confesó que vivió “muy tranquilo” la noche previa al balotaje. Luego de leer un poco, optó por acostarse “temprano”. “A las 11 ya estaba en la cama. Dormí bastante bien para estar descansado”, comentó. Sus hijos, en cambio, tenían “mucha ansiedad” y Leticia, su esposa, estaba “hiperactiva” y “pendiente de todos”, mientras él procuraba poner calma en el hogar. Durante el sábado, Delgado había recorrido Canelones y Montevideo para saludar a la militancia.

Un ritual que nació en octubre

Al menú de scones caseros, Delgado le sumó bizcochos de la Panadería del Museo, cumpliendo el “compromiso” que dijo había asumido ante los periodistas el 27 de octubre. La llegada del candidato a la panadería de Carrasco, acompañado por su hija mayor Agustina, despertó la curiosidad y los pedidos de fotos y saludos de los clientes del local.

Bizcochos

Entre dulces y salados y deseos de éxito

Mientras su hija compraba bizcochos dulces y salados (los favoritos del presidenciable), Delgado respondió a las consultas de la prensa, hizo de movilero, repartió besos, se sacó selfies y conversó con los clientes del comercio. Con algunos de ellos, incluso, había coincidido el día de la elección de octubre, recordó. Antes de retirarse, le desearon suerte y un hombre canoso lo alentó: “Álvaro, hay que ganarles a estos”, dijo en alusión al Frente Amplio.

Álvaro Delgado saluda a la empleada de la panadería donde compró bizcochos.
Álvaro Delgado saluda a la empleada de la panadería donde compró bizcochos
Foto: Natalia Rovira.

Mates y saludos con referentes

La mañana del presidenciable nacionalista estuvo marcada por los encuentros con dos figuras del gobierno: la visita que le realizó al presidente Luis Lacalle Pou en su casa, y el saludo que recibió de la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, más tarde en su domicilio. Con ambos, compartió unos mates e intercambió mensajes de apoyo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar