FUEGO CRUZADO
Doreen Ibarra explicó que el consejo directivo del Sodre, que preside, “siempre ha sido respetuoso de la democracia”.
Lejos de la música relajante que despierta una orquesta clásica, el cese del director de la Ossodre, Diego Naser, despertó suspicacias políticas a una semana del cambio de mando.
“El presidente (del Sodre) Doreen Ibarra me citó de urgencia para preguntarme por qué programé en setiembre un concierto para el 1° de marzo para acompañar ese acto cívico de cambio de gobierno. Le dije que la Orquesta tiene que estar, y me dice ‘¿tú crees que nosotros le vamos a dejar ese privilegio a Lacalle Pou?’. Yo le dije que el Sodre es una institución para todos, no es partidaria, no es suya”, dijo Naser en una entrevista con El País.
Pero Ibarra dio la versión contraria. “Como hombre político me indigna que se digan estos disparates: la Orquesta Juvenil del Sodre y el Coro Nacional serán parte del acto de cambio de mando en el Palacio Legislativo. Y la escuela de folclore estará en el acto de plaza Independencia… Y todo con acuerdo de las autoridades entrantes”.
Ibarra explicó que el consejo directivo que preside “siempre ha sido respetuoso de la democracia” y, como ejemplo, citó que la Orquesta Juvenil había participado del aniversario del Partido Nacional en el Teatro Solís.
El jerarca dijo que todos los pasos que se siguieron por el “caso Naser” fueron conversados con el coreógrafo Martín Inthamoussu, designado para la directiva del Sodre por el gobierno electo.
En ese “acuerdo” de partes, ambos gobiernos habían acordado que Naser trabajará hasta el 29 de febrero (en realidad fue una prórroga porque su contrato venció el último día de diciembre) y que la nueva administración determinará quién será el sucesor, concurso mediante.